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A veces la noticia busca al reportero: Homenaje a Antonio José Caballero

El País le rinde un homenaje a Antonio José Caballero, ese reportero que logró grandes historias en Colombia y en el mundo. Acá recordamos una de las entrevistas al maestro.

17 de diciembre de 2013 Por: Meryt Montiel Lugo / El País

El País le rinde un homenaje a Antonio José Caballero, ese reportero que logró grandes historias en Colombia y en el mundo. Acá recordamos una de las entrevistas al maestro.

Su verdadera pasión es la reportería. Por eso ser jefe o la fama que brinda la televisión no le mueven la aguja. Tampoco los premios alcanzados ni las comodidades adquiridas. Para Antonio José Caballero lo más importante es estar donde se produzca la noticia. Precisamente esa pasión, acompañada de algo de suerte, lo condujo el sábado 13 de abril de 2002 hasta el Palacio de Miraflores de Venezuela. Desde allí, 'en vivo y en directo' le contó a Colombia y al mundo los pormenores del contragolpe contra Pedro Carmona y el regreso del presidente Hugo Chávez Frías al poder. Caballero fue el único periodista del planeta que estuvo en el lugar de los acontecimientos en Caracas. Sin embargo, esta no es su primera hazaña reporteril. Este hombre moreno, de cabellera plateada y al que sus amigos tildan de "malgeniado pero buena gente", ha entrevistado 'cara a cara' a personajes de la talla del papa Juan Pablo II, Yasser Arafat, Felipe González, Fidel Castro y Vladimir Puttin. Tras su regreso de Venezuela y antes de emprender un nuevo reto hacia Tres Esquinas, Caquetá, Antonio José Caballero aceptó recordar sus peripecias reporteriles para El Pais. ¿Cómo logró estar en el lugar y momento ideal para poder contarle al mundo todo lo que acontecía en Venezuela? Logró no. A mí no me gusta planificar las cosas. Yo estaba con un colega de la competencia, que es mi amigo. Decidimos irnos para Miraflores. Mi amigo toma para un lado y yo para otro y nos perdimos. Al observar la horda me dije: esta vaina está jodida. La turba empieza a agredirme: 'coño de madre', colombiano ... inmediatamente me cerraron los círculos bolivarianos y me dijeron ¿qué quiere? Quiero que me dejen entrar a la reja del batallón Guardia de Honor, dije. Al llegar, la gente que estaba allí, empieza a tirarme contra la reja. Veo un coronel y le digo, coronel, sálveme. Ya yo pensaba en la muerte. El militar me dice, muéstreme su identificación, lo hago. Cuando entro, oigo las órdenes que le están dando a la Guardia de Honor. Y me digo: ¡lo que estoy es chiviado! Cojo el celular y empiezo a transmitir el levantamiento. ¿Cómo logra llegar al despacho presidencial? Me encuentro con Aristóbulo Irusti, que venía acompañado de tres ministras. Me dice, el 74% de la fuerza militar se va a tomar el palacio. Pasamos el túnel que comunica la guardia de honor con el palacio de Miraflores y en la mitad me encuentro un mundo de gente. ¿Y esto qué es? Son nuestros prisioneros, me dice. Yo iba entre risas, rabia y miedo. Me digo: se posesionaron a las once de la mañana y ahora son detenidos, y son los ministros de Carmona. Y pregunto: ¿Los puedo entrevistar? No, con ellos nada, me dijo Aristóbulo. Al llegar, me dice, Caballero, este es el despacho del Presidente, aquí estamos y de aquí no nos movemos. Entonces es cuando yo transmito otra vez para Colombia y el mundo. Luego, obviamente, nos sacaron del despacho del Presidente. Y desde el cuarto de al lado pude seguir transmitiendo. Lo cierto es que en varias de sus 'hazañas' periodísticas la suerte ha estado de su lado, como ahora... Cuando el atentado a Jaime Castro, Gossaín escribió una cuestión que ahora te repito: el reportero berraco busca la noticia, pero hay veces que también la noticia lo busca a él. La periodista venezolana Patricia Poleo no cree en los cambios de Chávez. ¿Qué opinión tiene usted de él? Es un hombre querido, importante, que llegó al poder por votación popular. Pero si no cambia su discurso y su actuación va a voltear lo que él cambió como discurso y como actuación. Cuando se enfrenten de verdad lo que él enfrentó, las dos clases que hay en Venezuela, puede haber una tragedia mundial: 70.000 muertos serán poquitos. El país está polarizado. ¿De esos grandes personajes que usted ha entrevistado cuál es el que más lo ha impactado? Admiro a Fidel Castro como un berraco de América Latina, es un gran estadista. Él habla de cifras, las conoce todas. Un día me preguntó ¿cuántos pobres crees que hay en Colombia? Le dije, muchos. Muchos no, el 60% de tu país es pobre. ¿Qué le decía yo? ¿Qué situación desagradable le ha tocado vivir como reportero? Kadaffi me escupió la cara porque le dije que él entrenó al M-19. Me mandó a sacar del Palacio de Trípoli. Es la única entrevista de él que se logró para Colombia. ¿Cómo le fue con Yasser Arafat? Guardo de él un regalo: la última cena grabada a mano en una concha de nácar. Tiene su firma. ¿Es cierta su cercanía personal con el Vaticano y Fidel Castro? Yo lo que tengo son buenas fuentes en el Vaticano. Allí aprendí que se podía entrevistar a un Papa. Fui el primer hombre de la radio del mundo que entrevistó a un Papa. Fue a Karol Wojtyla. Al llegar a Colombia comienzo a conocer a obispos jóvenes como Darío Castrillón, Alfonso López Trujillo, hoy son amigos. Ahora, hay cercanía con lejanía, es decir, con calle de por medio. Yo los llamo para que opinen de ciertas cosas. Y a Castro, lo he entrevistado como ocho veces. Hemos estado hablando de muchas vainas. "Oye tú", me dice una vez en México, "vente para acá y conversamos". Y lo estaban buscando 40 reporteros de América y del mundo (risas). ¿Cuáles han sido los cubrimientos que más satisfacciones le han dejado? Cuando eligieron al Papa Wojtyla. Muchos medios del mundo le dieron crédito a Caballero y a RCN. Las entrevistas con Castro, una reunión de la ONU. Allí le hice una entrevista a Vladimir Puttin donde habló del Plan Colombia y ahora, lo de Chávez. ¿Cómo se convierte en el reportero de los sucesos papales? Cuando se murió el papa Pablo VI hicimos una transmisión mundial. Orlando Cadavid, entonces director de RCN, me propuso que me viniera para Colombia. A los 33 días, muere Juan Pablo I. Yo había viajado de vacaciones con una novia a Grecia, cuando llego a Roma me dicen, se murió el Papa. Esto es mentira, pensé. Miré el periódico. Confirmado. Bueno, había que ir a cubrir eso. Transmití desde Roma. ¿Cómo logró entrevistar al papa Juan Pablo II? Estaba con dos amigos comprando un cristo. Cuando depronto vemos al Papa. Santidad, Santidad, le gritamos. Y él llegó a donde estábamos. Hicimos la primera entrevista en radio que se ha hecho en el mundo a un Papa. ¿Cómo fue la primera entrevista con Castro? Fue en la casa de García Márquez en La Habana. Recuerdo que a eso de la 1:00 a.m. Castro empieza a contar lo del 9 de abril. Yo lo dejo. García Márquez estaba casi dormido. Y dice, mira Fidel, yo conozco tres versiones del 9 de abril: una que dura tres días, otra que dura un día y medio y una que dura media hora. Y Fidel le contesta: Por respeto a mí que dure quince minutos. Y estuvimos hasta las 7:00 de la mañana. Fue una entrevista del carajo. En ese entonces no había relaciones con Colombia. Yo le dije, envíe un mensaje a la gente de Colombia, a la gente guerrillera. Me dice: ¿mensajes? Yo no doy mensajes. Bueno, un saludo. Invítelos a la paz. Ah bueno, eso sí, me respondió. ¿Con Castro cuál ha sido la entrevista que más lo ha llenado? El día que lo encontré en guayabera en Cartagena. Ya era tarde. Los jefes de Estado ya se habían ido de la reunión. Ahora me ayudas a salir de aquí me dijo, y se prendió de mi brazo. Lo llevé hasta el carro. Antes de subirse me dio las instrucciones para hablar con él en la mañana. Me dijo, rompe el carné. Y se llevó la mitad. Mañana, cuando baje el ascensor muestra la otra mitad. Así fue. Duramos dos horas y media en directo. Una chiviada para todo el mundo. Yo le decía: comandante, esa guayabera le queda pequeña. Gaviria que me ha puesto esta cosa, decía. ¿Usted me puede llevar a comprar una? Le dije no, no Presidente. Después supe que le compraron unas 20 guayaberas. Volvamos a la realidad mundial. ¿Cuál sería el principio de una posible solución del conflicto palestino-israelí? Que los palestinos tengan tierra, cuando se les devuelva la tierra empezarán a hablar. Que sean libres, que no los molesten. Ese día empezará la paz. Y cuando Sharon aleje de su boca la palabra guerra. Usted que ha cubierto cinco procesos de paz. ¿Cree que pronto haya uno nuevo en Colombia? Ojalá que el próximo sea serio, porque no se puede hacer un proceso de paz para hacerse elegir presidente o para ganarse un Nobel. El proceso es social, no es de premios. Y todos se crearon pensando en premios menos el de Barco. Algún día el país evaluará y respetará y aplaudirá al presidente Virgilio Barco. El M-19 firmó definitivamente, ese es un proceso. ¿A quién considera su maestro en este oficio? Mi gran maestro y amigo es Juan Gossaín. Me dejaba hacer todo lo que yo le decía. Le propuse hacer crónicas en radio y me dijo: haga lo que quiera. Me convertí, creo, en la mano derecha de Gossaín. ¿Regresaría a la televisión? Duré unos siete años en la televisión. La sintonía era buena. Pero como presentador no me dejaban salir y eso me molestaba. Me explicaban que por lo de la sintonía. Me importa un bledo la sintonía, les decía. Yo quiero es irme a Puerto Carreño, al Putumayo, en fin, a hacer reportería. Tuve mucho problema por eso. Porque yo me voy para donde haya noticia. ¿Qué tanta importancia les da a los premios de periodismo? Ninguna (risas). A mí me dan pena esas cosas. Gossaín me enseñó un día que los honores no se reclaman sino que se reciben. Yo tengo como cinco premios en mi casa. El que quiera dar el premio pues que lo dé. Para mí es más importante que digan es el reportero más verraco del país antes que, se ganó 20 premios. ¿Por qué nunca ha querido ser jefe? Porque no tengo tiempo y no sé manejar gente, pues me sacan la piedra las personas que no hacen las cosas bien. ¿Cómo se prepara para entrevistar a un personaje mundial? Además de mucha documentación, uno como reportero tiene que quitarle misterio a la entrevista. Quitándole misterio hallarás un pedazo, pero con respeto, por supuesto, llegas a la gente. ¿Qué atributos debe reunir un buen reportero? Oriana Falacci decía una vez en Florencia: Un reportero sólo necesita cerebro, corazón e inteligencia. Un enamorado de su profesión De la mano de Juan Harvey Caicedo, su medio hermano y tutor, y con la complacencia de su tía Celmira Velasco, Antonio se inició en su oficio a los 17 años. En la Voz de Quilichao hizo sus pininos. Luego trabajó en Radio Palmira, con Otto Burckardt y Fernando Urbano, donde confirmó "que el periodismo es lo mío". En Cali pide trabajo a Alberto Acosta "mi otro maestro, él me infunde mi trabajo de reportero". Tiempo después marchó a España, donde residió catorce años. Allí estudió en la Universidad Complutense, de Madrid, y trabajó en la televisión española. Luego se trasladó a Italia, donde permaneció tres años. En Colombia además de ser presentador por varios años de noticieros, como Cinevisión, se convirtió en el reportero estrella de RCN, bajo la dirección de su "gran maestro y amigo, Juan Gossaín". Hoy brilla en Caracol, soñando con entrevistar al sucesor de Juan Pablo II. "Fidel Castro es difícil de entrevistar. Aquí todo el mundo dice entrevisté a Castro y sacan dos preguntas. Entrevistar es entrevistar. Con Castro pueden durar las entrevistas seis horas".

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