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“Uno decide si acepta o no malas propuestas”, modelo Diana Arbeláez

Arbeláez acepta que en todo el mundo es complicado ser modelo por la reputación que la gente le da y que algunas modelos no ayudan a que cambie, porque “siguen aceptando propuestas indecentes sin concientizarse de las consecuencias”.

24 de febrero de 2013 Por: Alda Mera, periodista de El País.

Arbeláez acepta que en todo el mundo es complicado ser modelo por la reputación que la gente le da y que algunas modelos no ayudan a que cambie, porque “siguen aceptando propuestas indecentes sin concientizarse de las consecuencias”.

Diana Arbeláez, la caleña que llegó a ser Señorita Valle y fue virreina nacional en 2004, cuando Adriana Tarud ganó el Concurso Nacional de Belleza, es una de las chicas que los agentes ponen de ejemplo por su profesionalismo.“Ella era de clase media pero parecía millonaria porque posee un porte y distinción casi genéticos”, dice Alejandro Prado, quien la conoció en 2004. El País contactó a la modelo en México, donde desarrolla una exitosa carrera profesional y dio su versión de las tentaciones que rodean el modelaje.Arbeláez acepta que en todo el mundo es complicado ser modelo por la reputación que la gente le da y que algunas modelos no ayudan a que cambie, porque “siguen aceptando propuestas indecentes sin concientizarse de las consecuencias”. “Hay modelos a las que les ofrecen ir a países maravillosos y pagarles solo por ir de ‘acompañantes’ un fin de semana. Me pregunto, ¿eso es trabajo?, pero muchas sí lo hacen porque en su escala de valores predomina el dinero y los lujos, no su dignidad y ética”, dice.La modelo enfatiza que es decisión de cada quien “si lo tomas o sigues tu camino y no te involucras en ello”. Decisión que para ella basta con preguntarse: ¿qué ganas con aceptar dinero o salir con alguien, que ni siquiera te gusta, por obtener un triunfo en televisión? ¿Acaso así debe ser? Prefiero comer arroz con huevo e irme por la vía de lo correcto. Y así hace 15 años llevo formando esta carrera, para bien, pero otra parte de la sociedad la ensucia con su ignorancia y morbo”.Diana Arbeláez denuncia también la doble moral de la sociedad con relación a esta carrera. “Mucha gente cree que el modelaje es una estupidez y que la modelo es solo un gancho para colgar la mejor prenda, que no piensa ni sabe hacer nada más, entonces muchos se quieren sobrepasar e irrespetarnos. El modelaje es malinterpretado, pero ¿y qué pasa con las personas que están detrás de todo esto? Ni suenan ni truenan, son las modelos las malas, se señala a las víctimas de engaños muchas veces por inocencia, pero de los que proponen nadie dice nada”.La joven confiesa que sí le llegaban papelitos con frases de alguien que iba al mismo restaurante donde ella iba. “Claro que me han propuesto esta vida y la otra y todo con base en el dinero, al lujo y al morbo, pero puede más la dignidad, así no tenga qué comer, que tenerlo todo bajo esas circustancias”.La joven reconoce que el de las malas influencias en el modelaje es una problemática de siempre y que “cada vez se pone más grave, pero que le echan tierrita y no sale a la luz”.“Conozco casos de modelos que siguen disfrutando de una vida de lujos, pero dónde queda la paz interior de un ser humano, la dignidad, la ética y su existencia, porque hasta entregan su vida por ello”, concluye.

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