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“Univalle ha dejado de estar encerrada en ella misma”: rector Édgar Varela

El rector de esta institución habla de las inversiones que se vienen para el alma mater, entre ellas nuevos edificios en San Fernando y Meléndez. Dice que es un “optimista moderado“ respecto al futuro del HUV.

20 de noviembre de 2016 Por: Luz Jenny Aguirre Tobón, editora de Cali

El rector de esta institución habla de las inversiones que se vienen para el alma mater, entre ellas nuevos edificios en San Fernando y Meléndez. Dice que es un “optimista moderado“ respecto al futuro del HUV.

Mejoramiento de infraestructura, aulas inteligentes, contratación de docentes en regionalización y posgrados virtuales están entre las cosas que se vienen en el nuevo año de la Universidad del Valle. 

Édgar Varela, rector de esta institución, cumple un año en el cargo y asegura que  se ha avanzado en que el alma mater deje de estar encerrada en sí misma y se articule cada vez más con los sectores productivo y público.  Incluso analizan una propuesta a largo plazo para operar un hospital que se quiere hacer con recursos privados, pero eso no significa que se abandone al HUV, asegura el directivo. 

Usted cumple un año en la rectoría ¿qué ha cambiado en ese tiempo en la universidad?

Diría que lo que más ha cambiado es la apertura que he propiciado para que la universidad esté más integrada y relacionada con el medio. Este año hemos tenido un gran acompañamiento al tema de la paz, también hemos logrado una apertura con los sectores empresarial y productivo, hemos trabajado mucho más de la mano con la Gobernación del Valle en los temas que tienen que ver con regalías y hemos jugado un papel importante en poder articular los temas de ciencia y tecnología y destrabar un esquema de recursos que venía funcionando irregularmente. Creo que hemos logrado avances en hacer que la universidad deje de estar encerrada en ella misma.

Cuáles pueden ser ejemplos de la apertura con el sector productivo...

En el campo productivo hemos hecho patentes y desarrollos innovadores  en la industria alimenticia, en la infraestructura y construcción, estamos avanzando en temas de energía, hay un cluster de energía que lo lidera la Universidad del Valle. Hay muchos casos en los que nuestra investigación se está haciendo de carácter aplicado. No quiere decir que todo haya comenzado con mi rectoría, pero sí nos hemos abierto mucho para que esos procesos se puedan mejorar y agilizar. En lo público, acompañamos a la Gobernación del Valle  en su reforma administrativa, con la Alcaldía de Cali venimos trabajando en un proyecto de Ciudades Sostenibles y también estamos en el Plan Pacífico. 

¿Cuáles serán las tareas para este nuevo año en Univalle?

Hay varios nuevos focos. Uno es regionalización, donde tenemos 10.500 estudiantes en nueve sedes. Nos hemos propuesto ir integrando el sistema a los niveles de organicidad, capacidad y excelencia que tiene Cali. Haremos una primera convocatoria para planta docente propia, aspiramos a tener en el 2018 por lo menos 80 profesores de carrera. Haremos que todos los profesores de regionalización estén desde el otro año contratados directamente por la universidad, empezamos una oferta de posgrados en regionalización que esperamos ampliar y queremos articularlos a la investigación. 

Hay un gran reto en lo que tiene que ver con posgrados...

Hoy tenemos 3150 estudiantes de 27.500 de posgrados  del país, lo que es cerca del 14%, aspiramos en cinco años estar en el 20 %, porque hay un concepto detrás de esto, que es educación por toda la vida. Y queremos empezar educación virtual, ya firmamos varios convenios para hacer posgrados internacionales con universidades brasileras, norteamericanas y españolas. Esto viene para el segundo semestre del 2017. 

¿En qué áreas?

TIC, política pública, educación e  ingenierías. Para el 2018 aspiramos también tener programas en el campo de las ciencias de la salud, con lo que ahora llaman telemedicina, que es algo que se ha desarrollado mucho.

¿Cómo será la inversión en infraestructura?

Hay un plan de inversiones ambicioso. Las universidades públicas tenemos una paradoja, no tenemos mucha plata por Ley 30 para financiar el gasto funcional, pero tenemos recursos importantes por la estampilla, por rentas propias, para hacer inversión que tenga impacto en calidad, en infraestructura. Tenemos  el plan Aulas a Punto, con el que aspiramos a transformar la totalidad de las aulas de la universidad en tres años para que sean todas inteligentes. Ya comenzamos, en esto se invertirán $20.000 millones. Y la inversión  de la universidad durante los próximos tres años estará en $220.000 millones. 

¿Habrá construcciones?

Haremos una completa configuración de infraestructura deportiva, tenemos 25 hectáreas de terreno deportivo, estamos acondicionando un gimnasio aquí, en Buenaventura y Palmira. Vamos a trabajar en un edificio de aulas en San Fernando (se derriba un edificio y se construye otro). También haremos un edificio de aulas inteligentes en ciudad universitaria sobre la Carrera 16, así como  un edificio de sistemas y vamos a invertir recursos en comprar infraestructura educativa en Buga. Tenemos un proyecto con la gobernadora, con recursos de regalías vamos a comprar un teatro y algunas edificaciones para ir consolidando un campus urbano. Hay $17.000 millones para terminar el edificio de artes integradas. En todas las regionales habrá inversión. 

¿A dónde irá el resto de la inversión?

La inversión en infraestructura será un poco menos de la mitad de los recursos, cerca de $100.000 millones serán para esto y lo demás serán  para temas académicos, para financiar investigación, políticas de internacionalización, acreditación, bienestar universitario. He sido muy cuidadoso  de que la inversión no sea solo en ladrillo. Es muy importante invertir en talento humano. 

Alguna vez hablaron de construir un hospital de baja complejidad. ¿En qué está esta idea?

No está en nuestros planes, salvo que alguien lo construya y pida que la universidad lo opere. No tenemos los recursos para eso, pero sí hemos sido contactados por inversionistas que lo han propuesto, estamos explorando opciones y evaluándolas, pero eso no significa que vayamos a abandonar el Hospital Universitario, en eso quiero ser claro. Esa es una propuesta de largo plazo, que se haría en tres o cinco años. Estamos en función de acompañar al HUV para que salga adelante.

¿Cómo  ha impactado la formación de sus estudiantes lo que ha pasado con el HUV?

Ha impactado mucho menos que en el 2015, cuando hubo tres meses de paro y una parálisis  de la relación de formación, este año nos hemos cuidado de eso y el hospital, con momentos críticos, nunca se ha paralizado, ni siquiera hoy que se tomaron decisiones tan difíciles  como la reducción de personal. 

Hoy tienen 400 camas, casi la mitad de años anteriores. Eso los tiene que afectar...

Quiero aclarar que en el hospital los temas misionales de alta complejidad han reducido un poco su volumen, pero no han desaparecido significativamente. Lo que se ha suprimido mucho es el servicio de primer y segundo nivel. El grueso de la formación no se ha afectado sustancialmente, aunque una situación crítica como la del hospital genera tropiezos indudables en algunos casos, como  falta de equipos, hemos buscado que cuando hay problemas en el hospital los muchachos nuestros puedan estar rotando en muchos otros lugares de Cali y el Valle, tenemos convenios con más de 35 entidades. No nos imaginamos un escenario en el que no exista el HUV. 

¿Usted sí ve al HUV saliendo de esta crisis?

Sí lo veo. Quiero reconocerles a los sindicatos que pese a su beligerancia no han paralizado el hospital. Hay ajustes que se están dando en esta coyuntura que yo creo pueden darles una salida a esta crisis, tengo un optimismo moderado en que eso se puede sacar adelante. 

Hace seis meses usted denunció a supuestas redes de ventas de drogas en la universidad y pidió investigaciones. ¿Qué ha pasado con eso?

Hemos logrado en lo fundamental erradicar el tráfico de drogas del campus, recuperamos los lugares que habían sido tomados por estos grupos, hemos venido haciendo un cotrol de los accesos de la universidad. No puedo desconocer que siguen existiendo manifestaciones de microtráfico, porque donde haya consumidores se puede dar este fenómeno a pequeña escala. En el frente de la violencia protagonizada por los disturbios, las seguimos rechazando. No tenemos información de resultados de las investigaciones de las autoridades sobre este tema, es algo que no es de nuestra competencia, pero no deja de preocuparnos.  

Pocos pilos

Tenemos 350 pilos. Son pocos comparados con las universidades privadas porque este esquema no nos favorece.  Este establece un puntaje mínimo de 345 puntos, pero a Univalle entran de 370 hacia arriba porque tenemos muchos aspirantes y pocos cupos.

Las universidades privadas no tienen  el rango de puntaje de la Universidad del Valle, hacen un listón más abajo y pueden admitir más pilos.

No podemos bajar los puntos porque si  bajáramos a 340 tendríamos que admitir el doble de los estudiantes y no tenemos salones ni recursos. 

He insistido ante el Gobierno Nacional en  que el programa debería dividirse en pilos privados y públicos para que no sea una competencia desigual. Además, reconozco que los muchachos y sus familias, cuando obtienen esta beca, quieren movilidad social y para ellos es mejor una universidad de élite que una pública. 

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