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Transporte pirata en Cali, un mal que recorre toda la ciudad

Carros viejos y nuevos, motos y gualas, están aprovechando el vacío que ha dejado el transporte colectivo y el MÍO para hacer un buen negocio.

11 de junio de 2013 Por: Por Luiyith Melo García | Reportero de El País

Carros viejos y nuevos, motos y gualas, están aprovechando el vacío que ha dejado el transporte colectivo y el MÍO para hacer un buen negocio.

De repente, la Avenida Ciudad de Cali se estrecha, casi que se cierra. Una muchedumbre invade más de media calzada a la altura del sector Los Mangos, de Norte a Sur. Se le atraviesa a los taxis, a los carros particulares, a las gualas. Imploran un transporte. Ya son más de las 7:30 a.m. del viernes 7 de junio y aún hay cientos de personas en la vía que no han podido llegar a su trabajo, a su estudio. Están desesperadas.Los vehículos que transitan por la vía reducen la velocidad al mínimo para no atropellar a nadie. Pero una pareja que va en moto trata de evadir la muchedumbre y se le atraviesa a un bus de servicio especial. La moto queda prácticamente debajo del bus. La gente ayuda a sacar las piernas del hombre y de la mujer que quedaron debajo del bómper del automotor. El hombre arranca la moto de las llantas del bus, la prende y se va dejando a la mujer (la pasajera) en el piso. No tiene papeles y prefiere huir.Un taxi que viene detrás es abordado por la horda humana. Casi que lo obligan a recoger pasajeros. Lo mismo ocurre con otro y otro más que vienen más atrás. Casi que a la brava, allí los taxis se vuelven piratas junto a viejos autos Chevette, Dodge, Hyundai, Daewoo y Renault que no cesan de recoger gente a $1.500. La gente se pelea un puesto.Jorge Eliécer Ocampo, uno de los conductores, dice que son 600 los carros que piratean en la zona. “Les prestamos un servicio porque, mire esto, si no lo hacemos quién lleva a esta gente”, dice.Para sorpresa de algunos, una lujosa camioneta Toyota Hilux, de muy reciente modelo, también se para a recoger pasajeros en esa avenida. No sólo autos viejos. También carros nuevos piratean en el Oriente porque la clientela abunda.Decenas de personas se ven caminando por la avenida en busca de un transporte. Bajan desde Cuatro Esquinas a Los Mangos, a lo largo de un kilómetro. “Es que aquí arrancan los carros, más arriba ya no encuentran puesto”, explica Jorge Eliécer. Cuando el operativo de Policía y Tránsito llega a Los Mangos, entonces se van para otro lado.Pasan piratas, gualas y buses tradicionales como Montebello, Coomoepal y Villanueva. Todos llenos. En contraste, por el mismo lugar los buses del MÍO van casi vacíos. La A53, la A51 y la P14A pasan entre el gentío y casi nadie se monta.Paola Córdoba, una joven que espera entre la multitud, explica que la gente no tiene para comprar una tarjeta del MÍO ni para cargarla porque para muchos cinco mil pesos son el diario y por eso buscan un pirata que los lleve más barato.Otra persona, entre la multitud, afirma que el MÍO “hace mucho trasbordo, lo lleva para donde uno no va y se pierde más de media hora en eso”...Metrocali sostiene que es cuestión de cultura ciudadana, porque el sistema es ágil y conecta con todas las rutas.Por el lado de la Autopista Simón Bolívar, otra historia parecida se repite. De Ciudad 2000, La Alborada, Cañaverales y otros sectores, cientos de personas salen cada día en busca de transporte. Los piratas van por toda esa avenida hasta Sameco, al extremo norte. Los taxis hacen carreras colectivas a $2.500 por persona hasta el centro.Cerca de allí, un grupo operativo del Tránsito no cesa de inmovilizar carros piratas. Alrededor de 180 de esos van a parar cada mes a los patios.También los abordan al lado de Jardín Plaza, en la salida a Jamundí, en la entrada a La Buitrera, a lo largo de la Avenida Pasoancho y aún en la Calle Quinta.Un agente de Tránsito indicó que para evadir sus controles, la red de piratas tienen auxiliares con avantel que llaman los carros cuando reunen cuatro o cinco pasajeros frente a Carrefour o a la salida a Jamundí para que los recojan rápido.En la entrada a Meléndez (Calle 5 con Carrera 94), las que piratean son las motos. Los mototaxis son el trasbordo hacia esa semiladera, para los pasajeros que se bajan del MÍO. Más de un centenar de mototaxistas trabajan en esa ruta.Bicitaxis y motos de tres llantas adecuadas con carros para dos o tres pasajeros han sido vistas ya en la ciudad.De esta manera, lejos de ceder, el transporte informal o pirata parece crecer cada día. Jorge Eliécer, el conductor pirata, lo reconoce: “Después de cinco días en los patios uno saca el carro y ¿qué se pone a hacer? seguir pirateando porque en la casa hay que llevar pa’ la comida”.Los transportadores formales estiman que el 25% del transporte público de pasajeros de Cali está en manos de particulares. Si aquí se mueve un millón de pasajeros diarios, alrededor de 250.000 lo hacen en el servicio informal.El secretario de Tránsito, Alberto Hadad, le declaró la guerra al transporte pirata. Dice que la gente debe entender que es inseguro porque no la protege en caso de accidente, que genera caos en la ciudad y que le hace daño al MÍO. Por eso un grupo especial contra la informalidad caza a los infractores. Pero ya los piratas recorren toda la ciudad. El problema no parece tener fin.

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