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Cali tiene 140 botaderos crónicos de escombros

Escombros se toman espacios públicos, por falta de un sitio de disposición final en la ciudad.

5 de febrero de 2015 Por: Redacción de El País

Escombros se toman espacios públicos, por falta de un sitio de disposición final en la ciudad.

“Los escombros son como un cáncer que ha hecho metástasis en toda la ciudad”. Con es frase, el intendente Luis Eduardo Peña, coordinador de comparendos ambientales de la Policía Ambiental, resume el crítico problema al que se enfrenta Cali por cuenta de estos botaderos.En la ciudad hoy se cuentan por lo menos 140 puntos críticos donde se depositan escombros sin control, según un diagnóstico hecho por el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma.Son separadores viales, canales de aguas lluvias y lotes baldíos en los que carretilleros, conductores de volquetas y personas del común dejan los desperdicios. Lo hacen, según el intendente Peña, por evitar el viaje hasta Candelaria, Yumbo o Puerto Tejada, donde hay ocho sitios autorizados para dejar los escombros.“El gran problema es que no existe un sitio de disposición en el área urbana de Cali y realmente se necesita. Por cada foco que controlamos, aparece uno nuevo y por más que tengamos disponible personal, no nos damos abasto para vigilar cada uno de ellos”, advierte el oficial.Hay que ver las proporciones de escombros que se producen en Cali. Son, en promedio, 2500 toneladas diarias de residuos sólidos y su tendencia “es estable y depende del movimiento constructor en la ciudad. Se da por muchas causas, porque la gente no quiere pagarles a las empresas para que los recojan, por la falta de cultura. El problema es que el generador del escombro pierde la responsabilidad del material una vez lo entrega a carretilleros o volqueteros”, explica Manuel Vallecilla, del área de residuos sólidos del Dagma.La entidad, en su diagnóstico, dice que en las comunas 13 y 14 (Oriente) es donde se concentra el mayor número de botaderos. Pero Jhon Freddy Bermúdez, gerente de operaciones de Promoambiental, que atiende el Norte y el Sur, también dice que la situación es preocupante.Solo en el Norte, esa empresa recoge al mes 1200 metros cúbicos. Eso equivale, en promedio, a 62.700 bultos de concreto cada uno de 40 kilogramos. En el Sur, la proporción de escombros mensual es entre 700 y 800 metros cúbicos (equivalentes 42.000 bultos de concreto, en promedio). “Tenemos sitios críticos, como el corredor de la Calle 25, el sector de Cinta Larga, en el barrio Petecuy, la Avenida 4N entre calles 52 y 62 y la estación del MÍO en Sameco”, advierte Bermúdez.En Cinta Larga, por ejemplo, cuenta un carretillero que hay que pagarle a quien se dice el dueño de un pedazo del jarillón del río Cauca, donde está la escombrera. Son $1000 por poder dejar ahí su carga. El carretillero, de acuerdo a su recorrido, cobra entre $15.000 y $20.000 por cada viaje, puede hacer siete viajes diarios. Se dice que allá, a ese sector de Petecuy, pueden llegar hasta 60 carretilleros al día.“El problema de los escombros es cada vez más crítico. A eso se suma que para movilizar el material hasta Candelaria debemos utilizar camiones sencillos y no de doble capacidad, por las restricciones que hay para pasar por el puente de Juanchito, eso nos quita capacidad de respuesta”, explica Bermúdez.Catherine Arteaga, vocera de la empresa Ciudad Limpia, dice, además, que “hay sitios en los que no podemos intervenir porque son lugares privados, lo que es un problema. Nosotros, por ejemplo, ofrecemos recoger el primer metro cúbico de escombros de manera gratuita, si son más, cobramos $25.000 y podemos negociar de acuerdo a la cantidad, se paga por consignación o por el recibo, es un servicio legal. La gente no debería darle sus escombros a cualquiera”.Botar escombros en sitios públicos es considerado dentro del comparendo ambiental como una falta grave que puede generar multas entre $966.000 y $9.600.000 en promedio. Y aunque se está multando a personas naturales y empresas, el otro impedimento para el control de los botaderos son las competencias de las autoridades.Se dice que la solución para este ‘cáncer’ será la habilitación de seis lotes que servirán como estaciones de transferencia en toda la ciudad. Pero su habilitación no ocurrirá en corto plazo, dicen voceros del Dagma, por lo que la ciudad seguirá padeciendo las dolencias de los botaderos crónicos.Lea también: Montaña de escombros crece en las faldas del cerro La Bandera

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