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¿Se convirtió Cali en una ciudad 'importadora' de indigentes?

Los caleños perciben desde hace meses una mayor presencia de habitantes de calle. ¿Es cierto que vienen de otras ciudades o es el resultado de un fenómeno de 'desplazamiento urbano'?

29 de octubre de 2016 Por: Santiago cruz hoyos - reportero de el país

Los caleños perciben desde hace meses una mayor presencia de habitantes de calle. ¿Es cierto que vienen de otras ciudades o es el resultado de un fenómeno de 'desplazamiento urbano'?

A Cali estarían llegando habitantes de calle de otras ciudades del país. Es lo que, por lo menos, sospecha la Policía.

“La ciudadanía nos  ha reportado quejas  por la presencia de estas personas  en sectores residenciales. Y tenemos la percepción de que el número de habitantes de calle en Cali ha aumentado. Estarían llegando  de otras ciudades, sobre todo del Eje Cafetero.  

Por ello, con la Alcaldía,   estamos buscando mecanismos para revisar cómo controlar el tema y tener un censo  de todos los habitantes de calle de la ciudad e  impedir que lleguen de otras regiones”, dijo  el general Nelson Ramírez, comandante de la Policía.  

Entre los ciudadanos hay esa misma percepción:  se ha notado una proliferación de los habitantes de calle. El parque Versalles, el corredor del río Cali, El Templete, San Fernando, el parque Alameda, la Calle Quinta,  los puentes de la Autopista Sur, son algunas de las zonas donde se ha evidenciado el incremento de indigentes.    

El País realizó un recorrido y lo constató.  A las 9: 40 a.m. del pasado jueves la mayoría de las bancas del parque Versalles estaban ocupadas por habitantes de calle, que a esa hora aún dormían.

Lo mismo sucedía en El Templete, en los alrededores del Parque del Perro, los barrios  Alameda,  San Antonio y El Peñón, pero, sobre todo, en la orilla del río Cali entre el Hotel Intercontinental y el Zoológico. En el parque de  El Ingenio  vive desde hace meses una mujer indígena  bajo un gran  árbol.

En un sondeo que realizó este diario en redes sociales fue común además    una sospecha entre los lectores: a Cali podrían estar llegando las personas que fueron desalojadas del Bronx, en Bogotá.

Sin embargo, dice el secretario de  Desarrollo Territorial y Bienestar Social de Cali, Esaud Urrutia Noel, aquello no se ha comprobado hasta el momento.

“Es cierto que en la ciudad hay la percepción de que ha aumentado la presencia de habitantes de calle.  Pero nosotros, desde la Secretaría, y a través de nuestros dispositivos de atención al habitante de calle, es decir los hogares donde les brindamos atención,  no hemos comprobado  que hayan llegado de otras ciudades. No podemos decir que no esté sucediendo, pero tampoco podemos afirmarlo”.

El sacerdote José González, quien desde hace 20 años viene trabajando con los habitantes de calle a través de la Fundación Samaritanos, en cambio, asegura con certeza que a Cali no han llegado de manera masiva indigentes  de afuera.

“La percepción de la ciudadanía  en el sentido de que estas personas son más visibles es cierta, pero no porque venga gente de otras ciudades. Nosotros en Samaritanos tenemos un monitoreo permanente  y eso no ha ocurrido. En Cali se están viendo  más los habitantes de calle porque se sacó a muchos de donde estaban: el barrio  San Judas, en el sur. Esa gente se desplazó a engrosar otros grupos de habitantes de calle que había en el centro y en el norte”.

Es decir: debido a los operativos de la Policía  y  los avances  del proyecto de renovación urbana Ciudad Paraíso en El Calvario, San Pascual, Sucre, en el centro, los habitantes de calle que permanecían en esa zona se desplazaron al resto de la ciudad.

En la fundación Samaritanos de hecho se realizan recorridos para “georeferenciar” las zonas con presencia de indigentes.

Desde marzo de este  año hasta la fecha, dice Andrés García, el  coordinador de los hogares de paso de la Fundación, se han  realizado 86 de estos recorridos en diferentes comunas y lo que se ha comprobado es que se ha dado una movilización interna de los habitantes de calle de Cali.    

“Hay que tener en cuenta, sin embargo, que el habitante de calle tiene una movilidad impresionante, sobre todo van a las ciudades en días de feria. Por eso en Cali, a finales de año, se incrementa el flujo de estas personas”, comenta el padre Alexander Matiz, fundador de Sergente, una entidad ubicada en el barrio El Piloto que les ofrece a las personas en situación de  calle, alimentación (desayuno, almuerzo y comida) y la posibilidad de asearse y lavar su ropa. Al ciudadano, además, Sergente intenta formarlo: dar una moneda a un habitante de calle es, en el fondo, auspiciar el microtráfico de drogas. 

Porque aunque no todos los que viven en la calle son adictos, la mayoría ha llegado allí  por el consumo  de alucinógenos. 

Andrés García, de Samaritanos,  asegura incluso que justamente en esos recorridos que hace la fundación  se han percatado de  que el consumo de drogas en espacios públicos de la ciudad ha crecido considerablemente. Y consumir es el primer paso para convertirse en un habitante de calle. 

Además, Cali es una ciudad que, por su cercanía a las regiones donde se cultiva droga, es más barato consumirla. Eso, y el clima cálido, hace que los habitantes de calle se queden. También, por la ruta asistencialista del indigente. Los habitantes de calle saben dónde ir cada día de la semana para asegurar un desayuno, un almuerzo, una comida, algo de ropa, a veces una colchoneta.

“La ciudad nos facilita el rebusque. En Cali hay gente que viene hasta de Ecuador y Perú a vivir en la calle”, dice Javier Ramos, un hombre nacido en Medellín que duerme en las calles del norte  desde hace 13 años. Alguna vez fue conductor de buses, y hoy se gana la vida cuidando carros en los parqueaderos de la Clínica de los Remedios.   

“Los habitantes de calle rotan por todas las fundaciones, conocen de memoria la ruta para sobrevivir. Por eso migrantes sí tenemos. Hay días en los que el 50 % de los que llegan a escuchar mi  testimonio sobre mi pasado en las drogas   y recibir un plato de comida, son de otras partes del país. Pero así como llegan, se van. No es que lleguen buses llenos de habitantes de calle de otras partes y los dejen en Cali como se está diciendo, eso no ha pasado. Y del Bronx de Bogotá no han llegado.

 Además, hay que tener en cuenta que en temporada de lluvias como las actuales, ellos tienden  a moverse más”, comenta  Henry Aristizábal, un caleño que estuvo a punto de ser habitante de calle después de 20 de años de adicción a las drogas, y tras su recuperación, creó una fundación para intentar ‘pescar’ a los que están en esa situación: ‘Jesús, pescador de hombres’.

Según los cálculos oficiales, basados en una proyección del censo de 2005, en la ciudad hay un promedio de entre  4000 y 6000 personas que duermen en andenes o debajo de los puentes  y desde la Secretaría de Desarrollo Territorial y  Bienestar Social se diseñó un proyecto que empezará a cristalizarse en 2017: la construcción de un gran centro de atención al habitante de calle, de tres torres, que haría parte del proyecto de renovación urbana del centro, Ciudad Paraíso.

“La propuesta es que  este gran centro de atención al habitante de calle cuente con espacios para que ellos puedan parquear sus carretas, dejar sus perros, ubicar una carpa grande, porque hay  gente que simplemente se acostumbró a dormir al aire libre y en el suelo y no quieren hacerlo en una cama.  Algunos han nacido ahí, en la calle. Es su manera de vivir y no aceptan otra.

Por eso la propuesta es crear este gran centro de atención en su zona: El Calvario y Sucre. Allí no los aman, pero los toleran. Dejemos a los habitantes de calle ahí para trabajar con ellos en esta gran ciudadela y buscar rehabilitarlos. Porque antes de una intervención policial, se debe hacer una intervención social. De lo contrario, se atomizaría el problema, que es lo que está pasando hoy con el desplazamiento de los habitantes de calle desde el centro al resto de la ciudad”, dice el padre José González.

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Datos claves

En el año 2012 la inversión de Cali para la atención al habitante de calle  era de solo de $300 millones. Este año se invertirán $2800 millones.La Fundación Sergente, dirigida por el sacerdote Alexánder Matiz, está ubicada en la Calle 23B No. 2N-119, del barrio El Piloto, en la Comuna 3. Teléfono de contacto: 6834595.

Aumentó la inversión

Cali ha aumentado la inversión y su capacidad de atención al habitante de calle. Mientras que en 2015 el presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Territorial y  Bienestar Social en el tema fue de $1500 millones, en este año se pasó a invertir $2800 millones. Además, se pasó de tener un hogar de atención al habitante de calle, a tres.

Están ubicados en Santa Elena, El Calvario y San Bosco. Igualmente se creará una unidad móvil para atender al habitante de calle en su mismo entorno e iniciar el trabajo de rehabilitación. “Estamos consolidando  todo un sistema de atención integral al habitante de calle, en el que  la prevención a las drogas es fundamental.

Este es un problema estructural de la sociedad que no se soluciona solo con recursos”, dice el secretario de Bienestar Social Esaúd Urrutia.

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