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Los caleños opinaron. | Foto: Imagen: El País

MAURICE ARMITAGE

Saltar del dicho al hecho, la prueba que no han logrado pasar los caleños

Según la encuesta Cali Cómo Vamos, el 71% de los ciudadanos no ha hecho ninguna acción en el último año para resolver los problemas de la ciudad. Apatía política y desconocimiento sobre mecanismos de participación, entre las razones. ¿Usted de qué lado está?

17 de abril de 2017 Por: Santiago Cruz Hoyos / El País 

Los caleños tal vez seamos campeones mundiales si de denunciar los problemas de la ciudad se trata. Basta navegar por las redes sociales para darse una idea. En la mayoría de los casos, por supuesto, las quejas tienen fundamento.

Hace apenas dos semanas este diario preguntó en Facebook dónde estaban los huecos más grandes de la ciudad. En un dos por tres el muro se llenó de comentarios con las respectiva denuncias, algunas eso sí exageradas. “Cali es un enorme hueco”, escribió uno de los lectores.

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Lo mismo ocurrió el sábado pasado, tras la noticia del atraco a la esposa del exarquero Alexis Viera.

“Así como lo leen, es tanta la inseguridad que hay personas que son atracadas 2,3 y 4 veces, pero según la Alcaldía la ‘percepción de inseguridad’ la dan algunas personas que han sido asaltadas. Estamos al mismo nivel de las ciudades más peligrosas de Brasil y no es especulación: Cali está entre las diez más peligrosas del mundo”, escribió Camilom1980.

Para este informe, sin embargo, preguntamos: ¿Ha realizado alguna acción en el último año para ayudar a solucionar los problemas de Cali?
Al cierre de esta edición solo cinco personas respondieron - Juan Ibagón escribió a manera de broma ‘no doy papaya, así ayudo a disminuir los índices de criminalidad en la ciudad’ - y eso de alguna manera certifica los más recientes resultados de la encuesta Cali Cómo Vamos.

La encuesta formuló una pregunta similar: ¿cuáles de las siguientes acciones realizó en el último año para resolver los problemas o apoyar ideas o personas? Las opciones de respuesta eran, entre otras, solicitar apoyo de las autoridades o funcionarios, hacer peticiones o cartas, algún voluntariado, asistir a marchas, contactar a medios o ninguna.

El 71% de los encuestados respondió que no había hecho ninguna acción para resolver los problemas de la ciudad.

Los encuestadores también preguntaron: ¿En el último año ha participado en algunas de las siguientes organizaciones, espacios o redes?: JAC, asociaciones deportivas, culturales, religiosas; grupos cívicos, sindicatos, movimientos políticos, organizaciones defensoras del medio ambiente o de derechos humanos...

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El 60% de los consultados respondió que no había participado en ninguna de esas organizaciones.

Lo extraño es que también la mayoría, el 58%, consideran que participar de los asuntos de ciudad es un deber de todos. Entonces: ¿por qué no lo hacen, no lo hacemos, mejor?

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Armando Aristizábal Ramírez es el Secretario de Desarrollo Territorial y Participación Ciudadana de Cali. Contador público, especializado en derecho administrativo, nació en el municipio de Caicedonia pero completa 30 años viviendo en la ciudad.

– Este despacho es el enlace entre la comunidad y la Administración. Como Secretario, eso sí, juego un papel un poco raro. Cuando voy a la comunidad, me ven como Administración. Y en la Administración me ven como comunidad. Estoy en el medio de los dos, pero la idea es articularse con todos los secretarios para que los ciudadanos sean escuchados. Es una prioridad de esta Alcaldía. No solo escuchar sino resolver las problemáticas de la gente.

Desarrollo territorial y participación ciudadana significa justamente el desarrollo del territorio con aportes de la comunidad. El despacho es nuevo. En administraciones pasadas era apenas una asesoría.

Y para promover la participación de los caleños se ha enfocado en una estrategia: ‘Territorios progresan contigo’. Son las visitas del Alcalde Maurice Armitage a los barrios.

– Hemos ido 111 veces al territorio. Lo primero que se pretendía era generar confianza por parte de la comunidad hacia la Administración y eso se ha logrado cumpliendo los compromisos asumidos en las visitas a las comunas. Antes de la llegada del Alcalde a los barrios hago reuniones previas con los actores de la comunidad para definir qué es lo más prioritario para el sector, y así saber previamente a qué se le va a apuntar. Cosas, eso sí, alcanzables. No imposibles como construir un estadio en la ladera. Fue una advertencia del Alcalde: no comprometerse en lo que no se puede cumplir.

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Sumando las 111 reuniones sostenidas entre el Alcalde y la comunidad, han asistido 15.213 personas.

Parece un número importante pero en realidad no es ni el 1% del total de ciudadanos. Y sin embargo, esos 15.213 han incidido en algunos avances de Cali, por lo menos según datos oficiales.

– El 70% de las obras a las que se ha comprometido la Alcaldía en las visitas al territorio se han materializado o están en ejecución, lo que ha genera un efecto de confianza en la gente hacia la Alcaldía, dice Aristizábal.

La mayoría de las solicitudes tienen que ver con arreglos de vías, iluminación, seguridad.

– Gracias a esos requerimientos es que Cali pasó de tener dos cuadrillas para reparar las vías, a 22; o que se le destinarán a la Policía $70 mil millones para mejorar la seguridad. Se han reconstruido además quince sedes educativas. Sin embargo, deben participar más caleños. Que la mayoría no lo esté haciendo se debe, creo, a una desconexión entre lo que estamos haciendo en los territorios junto a la gente que participa, con el grueso de la comunidad, dice Aristizábal.

Esa desconexión, sospecha, obedece a dos asuntos: primero, que la Alcaldía debería contar más lo que hace en las comunas. “Es una falencia por corregir”. Y segundo, que los colombianos, pero sobre todo los caleños, “capitalizamos de una manera diferente la información”.

Lo bueno que tenemos nos parece normal, no le damos valor, y en cambio se le da más eco a los problemas. El famoso dilema del vaso medio lleno o medio vacío, aunque expertos en participación ciudadana que no hacen parte de la Alcaldía tienen otra idea de lo que está ocurriendo.

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Yonny Rojas es veedor ciudadano. Entre otras cosas, ha hecho el seguimiento del proceso de reubicación de las familias que viven en el jarillón del río Cauca. Incluso ha advertido sobre presuntas irregularidades.

Para Yonny, la falta de participación de la mayoría de los caleños tiene múltiples explicaciones. Una de ellas es que hay instancias como las JAC y las JAL, donde en algunos casos están vedadas para los ciudadanos.

– Hay personas que han querido llegar a estas instancias para incidir en las políticas de la ciudad, pero se han encontrado con gente que lleva 20, 30 años, como si fueran cargos vitalicios que no permiten que otros se acerquen.

Además, hay un desconocimiento generalizado sobre cómo participar.

– No hay espacios claros para el ciudadano. Por ejemplo, pocos conocen cómo se formulan las políticas públicas y de qué manera puede participar en ello. No se sabe tampoco cómo y cuándo se hacen los planes de desarrollo de las comunas. Cali debe hacer pedagogía sobre sus mecanismos de participación.

Los horarios son otro obstáculo para la participación ciudadana, opina Rojas. Porque, por ejemplo, quien trabaje en una empresa en la que debe cumplir un horario difícilmente podrá asistir a las reuniones que programa la Alcaldía en los barrios.

Cali, además, es una ciudad en la que gran parte de la economía es informal. Según los particulares datos del Dane, 571.000 ciudadanos están en la categoría de trabajadores informales. Eso significa que viven con la urgencia del rebusque, por lo que participar en temas de ciudad tal vez se les haga algo secundario.

– De ahí que una alternativa para promover la participación es abrir espacios en horarios no laborales. Lo otro es establecer opciones como el presupuesto participativo. Que la ciudadanía en su comuna, en los barrios, pueda incidir sobre en qué se va a destinar ese presupuesto. Yo creo que la gran mayoría participaría, dice Rojas.

Camilo Bolaños es integrante del Observatorio de Democracia y Participación Ciudadana de la Universidad del Valle. Considera que la mayoría de los caleños no participan en los temas de ciudad “debido a la estrategia de la actual Administración”.

– Se le ha apostado todo a una sola estrategia, las visitas del Alcalde a los barrios, al punto que la metodología se ha desgastado. Enfocarse en ello ha invisibilizado otras formas de participación, con otro problema: en las visitas se solucionan teman de corto plazo como tapar un hueco, el arreglo de un parque, la iluminación de una calle, pero no problemáticas mayores. Cali debe abrir espacios alternativos de participación.

El concepto de ‘política’, de otro lado, también podría explicar la apatía de la mayoría. Es decir, la política se ha presentado en Colombia generalmente como corrupción: algo dañado.

Además, se nos ha hecho creer que la política es externa, exclusiva de la élite, lejana. Por lo tanto, la mayoría podría suponer que participar es una pérdida de tiempo o un asunto que no le compete.

Aquello se evidencia en días de elecciones. Históricamente en las jornadas electorales se registra en promedio un 54% de abstencionismo. Más de la mitad de los ciudadanos habilitados para votar no lo hacen.

La academia y los medios, entonces, tienen una gran responsabilidad en todo este asunto, dice el Secretario de Desarrollo Territorial y Participación Ciudadana. La academia y los medios debemos explicar por qué participar en política.

Entre otras cosas, la cotidianidad está mediada por la política: lo que pagamos por el bus se debe a una decisión política, el día que debemos dejar el carro en casa por pico y placa es una decisión política, qué tanto podemos acelerar se debe a una decisión política...

– Por eso, más allá de todos los argumentos, lo que sucede tanto en Cali como en el país es que hay una falta de interés en la mayoría. Yo resumo el problema así: el mundo se divide entre los ciudadanos críticos, y los criticones. Los críticos son aquellos que advierten sobre lo que está pasando, denuncian los problemas, pero toman acción, participan en los procesos. El criticón se queda en la queja, en el fácil comentario en el muro de Facebook, dice Armando Aristizábal.
¿ Usted de qué lado está?

Caleños se sienten orgullosos de la ciudad

Pese a las constantes críticas que se leen en las redes sociales, en especial sobre la seguridad, los caleños, paradójicamente, se sienten orgullosos de Cali.

Según la encuesta Cali Cómo Vamos, el 53% de los consultados piensa que las cosas van por buen camino en la ciudad. Quienes viven en el sur, y pese a los trancones, fueron los que más opinaron así, con el 69%. Le siguen los habitantes del Oriente con el 52%.

Específicamente en el Distrito de Aguablanca, en cambio, apenas el 42% piensa que las cosas van bien. De hecho, según los estratos, quienes hacen parte del 5 y del 6 opinaron en un 69% que las cosas marchan sobre ruedas; el 50% de los estratos 1 y 2 piensan lo mismo.

De otro lado, el 62% de los ciudadanos encuestados aseguraron sentirse orgullosos de Cali, un punto menos que en 2015 (63%). El año 2010 fue cuando más caleños se sintieron orgullosos de su ciudad en la última década: 76%.

En general, el 65% de los habitantes de la ciudad consideran que Cali es buen vividero. Sobre todo piensan así los estratos altos: 78%.
Sin embargo son varios los asuntos en los que la ciudad deberá mejorar, por lo menos según la percepción de la gente.

La calidad de la educación, para empezar; la calidad de los servicios de salud; seguridad en los barrios, por supuesto; una mayor oferta cultural; el mejoramiento, por fin, de los servicios del MÍO.

En ese sentido, uno de los datos más inquietantes es que el 12% de los encuestados manifestó que en algún momento del último año algún miembro de su hogar tuvo que comer menos de tres comidas diarias, porque no había suficientes alimentos. En 2015 había sido el 8%.

En barrios como La Isla precisamente, según Armando Aristizábal Ramírez, Secretario de Desarrollo Territorial y Participación Ciudadana, se están adelantando intervenciones estatales para contrarrestar “no la pobreza, sino la miseria de la zona. En las visitas del Alcalde y los secretarios pudimos establecer la magnitud del problema escuchando a la gente. Por eso insisto: todos los que están participando en los temas de ciudad están incidiendo en las políticas que se están ejecutando”.

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