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Revive la preocupación por el acoso escolar entre los estudiantes caleños

En los colegios de la ciudad se pueden registrar hasta cuatro casos diarios de agresiones físicas o verbales, según la Personería Municipal.

27 de abril de 2012 Por: Redacción de El País

En los colegios de la ciudad se pueden registrar hasta cuatro casos diarios de agresiones físicas o verbales, según la Personería Municipal.

La muerte de un joven de 12 años en Itagüí, una semana después de que tres compañeros lo golpearan repetidamente, volvió a abrir el debate sobre el acoso escolar en las instituciones educativas colombianas.A pesar de que el Instituto de Medicina Legal dictaminó ayer que la causa del deceso del menor fue una artritis infecciosa, que no estaría relacionada con la golpiza, la violencia ejercida en su contra revivió la preocupación por el llamado ‘bullying.’ En Cali, de acuerdo con registros de la Personería Municipal, se pueden presentar entre tres y cuatro casos diarios de acoso estudiantil en una sola institución educativa, la mayoría de ellos mediante agresiones verbales.“Hay que entender que el acoso escolar no sólo se da cuando hay violencia física, sino también psicológica y verbal”, explicó el personero delegado de la Oficina del Menor y la Familia, Edward Hernández.Lo más grave es que, según un estudio de la Secretaría de Educación de Cali, realizado entre septiembre y diciembre del 2010 en 48 instituciones oficiales, el 85,1% de los alumnos se ha sentido discriminado por otros compañeros.La investigación arrojó que las mayores causas de discriminación entre los menores en el colegio son el peso (29,4%), la estatura (24,2%) y obtener buenas notas (19,1%). Además, el 47,1% de los alumnos aceptó que se ha burlado alguna vez de uno de sus compañeros. Aunque el estudio se hizo en instituciones oficiales, los expertos aseguran que el acoso escolar es un problema de carácter mundial y que en Cali se ve en todos los estratos sociales.“Lo que pasa es que cuando hay enfrentamiento físico y las consecuencias son graves -como en el caso de Antioquia- se visibiliza la situación”, indicó Edward Hernández. Agregó que “muchos estudiantes viven este drama de manera silenciosa, lo que puede llevar a que se afecten a nivel emocional y disminuyan su rendimiento académico. Entonces comienzan a buscar excusas para no ir al colegio o para que los cambien de centro educativo”.Ese fue el caso de Carlos*, un joven bogotano que llegó a Cali a cursar grado once y que tuvo que cambiarse de colegio, pues sus compañeros se burlaban constantemente porque su piel se ponía “roja por el sol”. En el nuevo centro educativo “hubo una actividad entre la Personería y el Icbf, por lo que se trabajó la situación y el joven pudo terminar su periodo académico”, contó Hernández.Y es que para los expertos, los programas de sensibilización sobre el acoso en las aulas (también conocido como ‘bullying’ o ‘matoneo’), permiten que los estudiantes tengan espacios para resolver sus conflictos y que se “reconozcan en la diferencia”.Estas campañas de prevención, que se desarrollan a través de entidades como la Secretaría de Educación, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la Personería y la Policía de Infancia y Adolescencia, ayudan a abrir espacios de expresión de los estudiantes, para que casos como los de Itagüí no se repitan.*Nombre cambiado.

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