Cali respira buen aire, dice informe

La calidad de aire en la ciudad se considera satisfactoria y la contaminación atmósferica plantea poco o nada de riesgo, según el Informe Anual de Calidad de Aire de Santiago de Cali del 2016.

Este informe se conoce justo cuando la calidad del aire en el Valle de Aburrá, Antioquia, fue considerada como la peor en lo corrido del 2017, por lo que se declaró la alerta roja.

El Sistema de Vigilancia de la Calidad del Aire de Cali, Svcasc, que opera bajo la coordinación y administración del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, Dagma, actualmente cuenta con nueve lugares que monitorean la calidad del aire en Cali.

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Las estaciones de monitoreo están alrededor de toda la ciudad, estas son: Obrero (Centro), La Flora (Norte), Pance, Univalle (Sur), Base Aérea (Noreste), Cañaveralejo (Suroeste), Compartir (Oriente), La Ermita (Centro) y Transitoria (Oriente). Actualmente la estación de la Base Aérea se ubica en el Acuaparque de la Caña.

Gisela Arizabaleta, del Área de Calidad del Aire del Dagma, dijo que según el índice de Calidad de Aire, Ica, la ciudad respira buen aire, en las categorías buena y moderada.

Sin embargo, en la ciudad aún persisten algunos problemas como contaminación y quema de combustibles. Joaquín Vivas, docente, físico PhD e investigador Colciencias, afirmó que “una de las causas de la contaminación es la quema de combustibles fósiles por parte de los carros y motos. Aún vemos en la ciudad circulando vehículos viejos y eso deteriora el ambiente”.

Además, aseguró que las quemas de los ingenios que se encuentran en la cercanía de la ciudad también generan este tipo de problemas.

Las calles destapadas es la tercera causa de contaminación en la ciudad, según el experto, pues los carros al pasar levantan partículas y polvo.

Frente a los extraños olores que a veces se pueden reportar en la ciudad, explicó que es porque “Cali está ubicado en el piedemonte de la Cordillera Occidental y detrás está el Óceano Pacífico. En él se generan los vientos que bajan a nuestra ciudad, cogen los gases y los diseminan. Por esto la calidad del aire también se puede ver deteriorada. Hay que prestarle mucha atención a estas tres causas”, concluyó.

Por último, el Dagma viene trabajando con la CVC y el Instituto de Aire Limpio, en el ‘Programa de Aire Limpio para Cali’, el cual incluye la identificación de las causas de algunos problemas en la ciudad. Entre ellos se destacan las emisiones y su impacto en salud, el mejoramiento del Sistema de Vigilancia de Calidad del Aire, la aplicación de medidas de reducción de la contaminación y la evaluación del costo-beneficio de las medidas identificadas.

*0-50 (buena): la calidad del aire se considera satisfactoria y la contaminación atmosférica plantea poco o nada de riesgo.

51-100 (moderada): la calidad del aire es aceptable. Sin embargo hay preocupación moderada de la salud para un número pequeño de la población.

101-150 (dañina a la salud para grupos sensibles): Algunas personas con enfermedades pueden presentar efectos en la salud.

151-200 (dañina a la salud): Las personas pueden comenzar a experimentar efectos en la salud.

201-300 (muy dañina a la salud): Se debe usar una alarma para prevenir efectos de salud en toda la población.

*Se mide en microgramos / metro cúbico

Ayer, el Valle de Aburrá fue declarado en alerta roja por tener la peor calidad del aire en lo corrido del 2017.

Por tal razón, la Junta Metropolitana decretó una serie de medidas de obligatorio cumplimiento, como el pico y placa a seis dígitos y las restricciones al transporte de carga y volquetas para reducir la contaminación.

La restricción de movilidad de pico y placa será hasta el próximo sábado 25 de marzo en los diez municipios del Valle de Aburrá.

El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, explicó que el 80% de las fuentes contaminantes en el Área Metropolitana son los vehículos que queman combustibles como diesel y gasolina. El otro 20% son fuentes fijas, es decir, las empresas que emiten algún tipo de contaminante a la atmósfera. Entre 2005 y 2015, el parque automotor de vehículos particulares creció en un 200 %, mientras que la cantidad de motos se multiplicó por cinco.