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Si el sistema de transporte masivo, MÍO, migrara de diesel (acpm) a gas natural vehicular, en 15 años podría lograr un ahorro de $140.000 millones, reduciendo a su vez los niveles d | Foto: Foto: Archivo de El País

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Proponen que el MÍO opere con gas natural

Orlando Cabrales, presidente de Naturgas, dice que usar ese combustible ahorraría al MÍO de Cali $140.000 millones en 15 años.

28 de agosto de 2017 Por: Alfredo García Sierra / Reportero de El País

El uso del gas natural vehicular en las flotas de los sistemas de transporte masivo, entre ellos el MÍO de Cali, permitirá no solo ahorrar costos a los operadores, sino reducir la contaminación ambiental en las principales ciudades del país.

Bajo esta premisa, el presidente de Naturgas, Orlando Cabrales, gremio de las firmas del sector, dice que en Colombia existen suficientes reservas de este combustible limpio para atender la futura demanda.

El diesel, sostiene, es el principal responsable del deterioro de la calidad del aire en las zonas urbanas.

¿Por qué los sistemas de transporte masivo, incluido el MÍO de Cali, deberían migrar y operar a gas natural y no a diesel?

Oportunidades hay no solo en los sistemas de transporte masivo de pasajeros en las ciudades, sino en carga intermunicipal y hasta en camiones recolectores de basura.

La racionalidad de migrar a tecnologías limpias como la del gas natural tiene varias razones fundamentales. La primera, es que se logra una mejor calidad del aire al sustituirse el diesel (acpm).

De igual manera, se puede obtener una reducción del 30 % en CO2, que es el elemento responsable del calentamiento global.

La segunda razón es la económica. Un estudio reciente de Davis, una consultora internacional muy reconocida, estableció que Cali en 15 años podría ahorrarse $140.000 millones si cambia el diesel (en su flota del MÍO) a gas natural. Es decir, unos $9000 millones al año.

Además, se cuenta con la ventaja de que la infraestructura de gas ya existe para atender el mercado vehicular. En eso se han invertido más de US$1000 millones en 20 años.

¿Qué otros impactos se han medido en Cali?

De acuerdo con el estudio Huellas de Ciudad, publicado por el Banco Mundial, en Cali se emiten 3,8 millones de toneladas de CO2 equivalentes por año, de las cuales el 51 % es generado por el transporte automotor, y de esto el 97 % es emitido por vehículos impulsados a gasolina y diesel.

¿Con base en todo eso, el MÍO y otros sistemas de transporte masivo deben entrar ya a la era del gas natural vehicular?

Deberían. Si el transporte masivo de pasajeros de las principales 14 ciudades del país migrara de diesel a gas natural el ahorro sería de más de $10 billones en 20 años. Y si a eso se le adiciona el sistema de carga intermunicipal estaríamos hablando de $13, 5 billones.

Con Metrocali se adelantan acercamientos para incentivar el uso del gas en los nuevos buses del sistema que entrarán a operar en el 2018.
No hay definiciones en ese sentido, pero existe una sensibilidad hacia el tema ambiental y la calidad del aire.

¿Qué explica esa negligencia, a pesar de que el gas es un combustible más limpio?

Ha faltado un lineamiento de políticas más claro en ese sentido. Lo que uno ve es que ciudades como Cartagena, Medellín, Palmira y algo de Manizales, que ya tienen flotas a gas, todo ha obedecido a cambios en políticas municipales en materia de medio ambiente. Hoy, en esas ciudades ruedan 600 buses a gas que movilizan a 600.000 pasajeros. Y se espera que pronto sean 1000.

Infortunadamente, también ha faltado una política o estrategia nacional en ese sentido. Y se necesita, asimismo, que haya un cambio de mentalidad entre los operadores de transporte, ya que allí sigue existiendo una resistencia natural frente a ese tipo de políticas.

¿Cuál es hoy la verdadera penetración del gas vehicular en el país, y qué se espera para el 2018?

En vehículos livianos hoy ruedan a gas un poco más de 250.000, pero en carga todavía son pocos. Algunos fabricantes e importadores de camiones (de China) están penetrando lentamente en el tema.
Pese a lo anterior, Colombia es el octavo país que más automóviles convertidos a gas natural vehicular tiene en el mundo.

Cabe recordar, que en muchas capitales del mundo ya se tomaron decisiones para abandonar el diesel como combustible, y hasta la gasolina antes del año 2040.

¿Si existe suficiente oferta de gas para atender esa futura demanda, pues se habla de que esa autosuficiencia no será más allá de diez años?

Totalmente. El tema de abastecimiento puede ser con gas nacional o importado. Hoy, nadie se pregunta cuando compra un carro si hay suficiente diesel, cuando la verdad es que la mayor parte de ese tipo de combustible es importado por Colombia. Además, el mercado internacional promueve más ahora el gas líquido o licuado que se transporta en grandes buques, y cada vez menos a través de tuberías.

Lo mejor es que hay precios más razonables de ese gas importado.
Y otra ventaja es que se podrán realizar contrataciones de largo plazo para atender el mercado.

Teniendo en cuenta lo anterior, no se hace ahora más necesaria la planta de regasificación de Buenaventura y no contar solo con la de Cartagena...

No le veo misterio a eso. Si el país quiere hacerlo, que lo haga. Obviamente, siempre será mejor buscar nuevos yacimientos, pues el gas nuestro será más competitivo que el importado. La exploración mar afuera (Offshore) para acumular mayores reservas se demorará un poco, pero es prometedora con los recientes hallazgos anunciados en la Costa Atlántica.

Si por alguna razón no podemos materializar eso, hay que importar el gas sin problema, así como sucedió con Cartagena para atender el sector térmico. Y existe, por supuesto, la posibilidad del Pacífico.

¿Usted descarta un nuevo gasoducto Buenaventura-Yumbo?

Otra forma de mejorar la confiabilidad es a través del almacenamiento de gas a las entradas a las ciudades (City Gate) con unidades especializadas para cubrir la demanda en casos de contingencias sin necesidad de realizar una megaobra adicional costosísima, o de invertir US$800 millones en esa infraestructura.

Sé que en el Valle del Cauca el tema es sensible y nosotros en Naturgas no estamos en contra, pero sí creemos que puede haber otras soluciones. Aunque las plantas térmicas del interior del país de pronto sí requerirían de ese respaldo como sucedió en Cartagena. Si ellas (las térmicas) migran de líquidos a gas el asunto cambiaría.

¿Se ha pensado en subir o modificar tarifas del gas natural?

Ahí tenemos un rezago de más de diez años. Existe una propuesta que estamos mirando, pero esa falta de señales de inversión compromete los futuros proyectos y la ampliación de la cobertura. Estamos remando en ese tema, pero todavía no hay nada. Lo importante es que este año vamos a llegar a 9 millones de usuarios del gas natural en el país.

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