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Polémica por uso del espacio público en el Oeste de Cali

Denuncian prohibición de mascotas en sendero del río Cali que es utilizado por un restaurante.

3 de marzo de 2014 Por: Redacción de El País.

Denuncian prohibición de mascotas en sendero del río Cali que es utilizado por un restaurante.

La negación a la permanencia de mascotas en el sitio conocido como la Plazoleta del Obelisco, junto al río Cali, donde hoy funciona un restaurante, ha generado todo un debate sobre el manejo del espacio público para fines comerciales en la ciudad. El sábado pasado, algunos activistas de los animales realizaron una manifestación en dicho sector, porque el restaurante del Hotel Obelisco prohíbe a los clientes asistir con sus perros al lugar, por tratarse de un espacio que es público.Ello, a raíz de una queja que fue conocida en las redes sociales, en la cual un ciudadano aseguró que un mesero del restaurante no le prestó el servicio porque iba en compañía de su mascota, un perro de raza bulldog inglés.Uno de los afectados por esta situación argumenta que “se está poniendo un reglamento sobre el espacio público que funciona muy bien de puertas para adentro de su establecimiento. El Municipio debe velar porque no haya discriminación en la zona pública”.La Secretaría de Gobierno anunció que hace seguimiento al tema, tras recibir un derecho de petición de manos de la Defensoría del Pueblo basado en una denuncia ciudadana.“El restaurante no tiene la facultad para reglamentar el espacio público, o en este caso para prohibir la permanencia de mascotas. Eso solo lo hace el Municipio a través de decretos o medidas especiales”, explicó Luis Alfredo Gómez, subsecretario de Gobierno de Cali, quien aseguró que habrá un llamado de atención para el establecimiento comercial. ¿Quién manda en el Obelisco?El permiso para que la Plazoleta del Obelisco sea utilizada por un restaurante viene del año 2004, cuando la Alcaldía oficializó un convenio con la Sociedad Basilio Klonis y CIA S.A., a cargo del hotel Obelisco. Desde entonces, según voceros del Municipio, se renovó durante los siguientes nueve años.Para el 2012, el Municipio y el Dagma actualizaron este acuerdo bajo la figura de “convenio de adopción de zonas verdes públicas y separadores viales”, de la Carrera 1 entre calles 4 Oeste y 5 Oeste. Esto, según el documento que conoció El País, incluye el mantenimiento de la zona verde pública por parte de dicha Sociedad. “Es un convenio para mantener las plantas de la zona. Pero los permisos de uso del espacio público los otorga la Secretaría de Gobierno a través de la Subdirección de Ordenamiento Urbanístico”, explicó la ingeniera Blanca Ramos, coordinadora de espacio público y gestión del riesgo del Dagma.De acuerdo con Luis Alfredo Gómez, el uso de ese espacio público está justificado en el convenio. Actualmente, el restaurante no paga ninguna tarifa por el uso de ese espacio.“El costo en que incurra el adoptante con ocasión al cumplimiento de su objeto, se entiende prestado a título de mera liberalidad y espíritu cívico, sin compensación ni contraprestación alguna por parte del Municipio”, reza el convenio.“Nunca hemos negado que este espacio es público, lo que pasa es que lo adoptamos, tenemos un contrato con la Alcaldía y hacemos grandes inversiones para que el espacio permanezca en perfectas condiciones. Llevamos 30 años haciendo mantenimiento a los jardines, iluminación y en seguridad”, explicó Fredy Victoria, administrador de Empanadas El Obelisco.Según el señor Victoria, con respecto a la prohibición de mascotas “el decreto 3075 (de 1997, de buenas prácticas para manipular alimentos) se tiene que aplicar tanto al interior de un establecimiento como en el exterior del mismo. Sabemos que estos perros permanecen en perfectas condiciones pero nos ‘curamos en salud’ con esta norma”.Cuestión de gustosEl detonante para el debate sobre el uso de este espacio público fue el hecho de que algunas personas deseen llevar a sus animales al negocio aledaño al río. “Hay personas que manifiestan que no quieren comer al lado de mascotas y exigen al establecimiento hacer algo, en ese caso uno debe actuar”, explicó Fredy Victoria.Pero ciudadanos como Elsa Martínez creen que “uno lleva a los animalitos para no dejarlos solos en casa y también para compartir con ellos. Hay muchas limitantes en los negocios y no debería ser así”. Elsa es dueña de un perro de raza Boston Terrier.Por su parte, voceros de la Secretaría de Gobierno explican que en los sitios públicos, los tenedores de animales tienen obligaciones que cumplir, como llevar a sus mascotas con collar y tener bolsas para recoger las heces.“Lo cierto es que comer al aire libre, ahí en el Obelisco, que es espacio público, sobre una avenida, con el humo de los vehículos es mucho más dañino que el hecho de que las mascotas estén al lado de sus dueños”, aseguró la directora de Paz Animal, Liliana Ossa.

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