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Polémica por propuesta de cambiar armas por cuadernos y mercados

La propuesta lanzada este viernes por el alcalde (e) de Cali de cambiar armas de fuego por mercados y cuadernos, fue calificada por algunos concejales como improvisada. El tema será presentado este lunes en el consejo extraordinario de seguridad donde analizarán las medidas para reducir los homicidios.

27 de agosto de 2010 Por: Redacción de El País

La propuesta lanzada este viernes por el alcalde (e) de Cali de cambiar armas de fuego por mercados y cuadernos, fue calificada por algunos concejales como improvisada. El tema será presentado este lunes en el consejo extraordinario de seguridad donde analizarán las medidas para reducir los homicidios.

La propuesta lanzada este viernes por el alcalde (e) de Cali, Carlos Alberto Rojas, de cambiar armas de fuego por mercados y cuadernos, fue calificada por algunos concejales como improvisada. Según Rojas, la Administración ya tiene 500 mercados y paquetes escolares que esperan entregar a cambio de armas de fuego en las zonas donde más homicidios se registran en la ciudad, en especial en las comunas 13,14,15,21 y 6. El tema será presentado este lunes en el consejo extraordinario de seguridad, donde se analizarán las medidas implementadas para reducir los homicidios y la criminalidad y que iniciaron con la declaratoria de la alerta naranja hace un mes. No obstante, Rojas, quien citó a los medios de comunicación para presentar la iniciativa, no explicó la metodología para el desarrollo de la misma, ni hizo claridad sobre los recursos que utilizarán para este programa que denominó ‘Plan de Desarme Voluntario’. Para el concejal de Cali y epidemiólogo Rodrigo Guerrero, intentar que quienes portan armas de fuego ilegales las entreguen es un proceso complicado. “Si los funcionarios de la Administración reciben armas se verían en la obligación de denunciar a quien la posee o se convertiría en cómplice de un porte. Es un tema legal muy complicado”, señaló Guerrero. "Los primeros intentos del Gobierno caleño por sacar adelante estas campañas se iniciaron con el programa Desepaz. Sin embargo no tuvieron éxito. Pero lo que se propone ahora es una improvisación que de nada sirve. Cali necesita medidas de rigor, como el plan desarme acompañado del toque de queda para menores de edad en barrios conflictivos y de patrullajes por parte de la Policía MIlitar”, dijo el concejal de Cali Milton Castrillón, quien afirmó categóricamente que se trata de “pañitos de agua tibia”. El mismo comandante de la Policía Metropolitana, Miguel Ángel Bojacá, al ser consultado por El País sobre esta iniciativa, dijo desconocer su contenido. De hecho, pese a que la institución ha decomisado este año un total de 2.866 armas de fuego en operativos, no posee un registro de cuántas han sido entregadas de manera voluntaria. Se cree que esa cifra no existe porque en las 14 jornadas de desarme desarrolladas este año solo han sido entregados por los jóvenes delincuentes aproximadamente 8.000 cuchillos. Pero el Alcalde (e) considera que lo diferente de esta campaña radica en que estos paquetes y mercados (cada uno por $120.000) motivarán a que muchas personas “desarmen sus corazones y se den cuenta que es mejor un cuaderno en manos de un niño y no un arma en un hogar”. “Implementaremos la campaña durante un mes y, si hay buenos resultados, la extenderemos hasta diciembre. Para ello habrá que buscar recursos y apoyo. Aclaramos que no es una transacción del valor del arma por el mercado, sino un acto simbólico para movilizar voluntades y compromisos de los ciudadanos”. Al respecto, el concejal Castrillón señaló que se trata de una propuesta sin objetivos claros e inadecuada. “Esas ideas son buenas, pero no para la situación actual de Cali”, cuestionó el cabildante. La última jornada de cambio de armas por mercados no fue del todo exitosa. Se realizó el pasado 21 de mayo en el barrio Manuela Beltrán, donde solo algunos niños entregaron armas de juguete y una pandilla se despojó de algunos cuchillos. De hecho, algunos jóvenes armados con revólveres que asistieron al acto, aseguraron que entregar su arma no era garantía para evitar ir a la cárcel. Prescisamente sobre este punto, el concejal Rodrigo Guerrero recalcó que “un arma de fuego es para muchos de esos pandilleros su forma de buscar dinero y si no se les cambia por empleos, por ejemplo, ellos no mostrarán ningún interés en deshacerse de ella”. El mismo Carlos Rojas reconoció, empero, que el desarme no es fácil porque en Cali hay organizaciones criminales que no se desarmarán.

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