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Pablo Hermoso, el rejoneador que le susurra al oído de su caballo, ya está en Cali

El triunfador de la pasada Feria Taurina de Cali regresa a Cañaveralejo. Pablo Hermoso de Mendoza toreará el 28 y 30 de diciembre.

23 de diciembre de 2012 Por: César Polanía | Editor de Afición Taurina

El triunfador de la pasada Feria Taurina de Cali regresa a Cañaveralejo. Pablo Hermoso de Mendoza toreará el 28 y 30 de diciembre.

Si lo observan detenidamente este 28 de diciembre, verán que antes de que salga el toro al ruedo, el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza acariciará las orejas de su caballo y se inclinará para susurrarle al oído. Le dirá que no está solo, que le desea suerte y que confíe en él. Luego recuperará su posición en la silla y besará una medallita que lleva atada a una pulsera en su muñeca derecha.Sin ese ritual, Pablo no podría estar tranquilo en la arena. No tendría fe. Y el propósito, además de cuajar una buena faena y matar bien a su enemigo, es que tanto el caballo como él abandonen el ruedo ilesos.Un año después de haberse erigido como el triunfador de la Feria Taurina de Cali, regresa a Cañaveralejo el mejor rejoneador del mundo. El hombre que partió en dos la historia del toreo a caballo. Desde su finca, en Navarra, el español atendió telefónicamente a El País, antes de emprender vuelo a Colombia, donde estará un mes.¿Cómo hace para mantenerse con tanta regularidad en la cúspide?Considero que he tenido mucha suerte, porque hago lo que me gusta y no me cuesta ningún esfuerzo, sino todo lo contrario, disfruto cada que me monto a un caballo y enfrento a un toro, y así es fácil seguir en primera línea.¿Lo ilusiona estar de nuevo en esta Feria o es una más de su agenda?Me ilusiona muchísimo porque luego de lo que viví la feria pasada he quedado marcado. Indultar un toro en Cali y cortarle un rabo para mí ha sido uno de los momentos que han marcado mi vida profesional y ahora mismo sueño con verme toreando en esa plaza.¿Con qué cuadra de caballos llega a Cañaveralejo?Voy con todas mis estrellas. La gente en Cali ya conoce la mayoría de mis caballos, pero voy con dos novedades, uno de ellos es ‘Disparate’, que es un caballo muy joven, ha hecho su primera temporada y ha estado muy bien.Repite esta temporada las mismas ganaderías del año pasado en Cañaveralejo, parece que le vienen muy bien a usted los toros de Juan Bernardo Caicedo y Ernesto González...Sí, la verdad es que los conozco, me gustan. El año pasado en cada una de las dos tardes hubo un toro bueno y uno malo, pero la verdad es que los buenos me permitieron darlo todo. El del indulto fue maravilloso y el jabonero de Juan Bernardo fue importantísimo.¿Qué es lo que lo enamora cada día más del rejoneo?Es fascinante hacer posible que un animal tan miedoso, que le puede huir a todo lo que ve, se enfrente a otro animal que infunde miedo como el toro. Y no es solo enfrentarse, sino recrearse, jugar, esa es una maravilla que no acabas de entender ni de explicar.¿Alguna vez ha toreado a pie?Sí, en la finca y los tentaderos lo hago porque me aporta muchísimo en cuanto a terrenos y las distancias.¿Qué fue lo que lo hizo ser torero de a caballo y no de a pie?Yo llegué al toro de la mano del caballo. No entiendo mi vida sin el caballo a mi lado. Sin el toro, a lo menor podría ser feliz, pero sin el caballo no. Con el caballo tengo una convivencia desde niño y cualquier otro oficio que hubiera tenido en mi vida, distinto al rejoneo, seguramente me hubiera llenado, pero de la mano del caballo.Dice usted que no entiende su vida sin el caballo. ¿Qué estaría dispuesto a hacer por uno de los suyos?Todo. El caballo es parte de mi vida y cuando uno siente que el caballo le da todo, no debe hacer nada menos que darlo todo a cambio.¿Podríamos contarle a la gente cuántos caballos tiene usted?Es una pregunta que no sé contestar con exactitud porque son tantos y tan individualizados todos en cuanto a la relación conmigo, que nunca voy a hablar de números precisos, pero diría que en la finca debo tener unos 600 caballos.¿Tiene algún caballo en ciernes, que lo esté adiestrando para el rejoneo?Ahora mismo hay uno muy bonito, hijo de ‘Caviar’, que lo estoy montando y entrenando para el rejoneo con mucha ilusión. Es de esos caballos a los que le pones toda la fe, cuando lo monto surge una sensación inexplicable en mí, es como cuando te enamoras, lo sientes simplemente, oyes esas campanitas dentro de ti. ¿Cuándo fue la última vez que lo hizo llorar un caballo suyo?No hace mucho. Este año, en septiembre, ‘Chenel’ tuvo una lesión de ligamentos; lo operaron, se está recuperando, pero no tengo claro si podré montarlo de nuevo en el ruedo.¿Cuánto dura ese proceso de alistar un caballo para el rejoneo?Yo he sacado al ruedo caballos de un año de proceso, pero no es lo normal. Lo que sucede es que así como hay esos niños prodigios para la tauromaquia, también hay caballos. Y sientes que un caballo está listo cuando hay un nivel de compenetración de tal tamaño con el jinete que parecen uno solo, como si tu cerebro diera una orden y el caballo la asimilara, como si él moviera una parte de tu cuerpo cuando tú se lo dices.¿Qué es lo que le susurra al caballo cuando va a torear?Que estoy con él, que no lo dejaré, que somos uno solo. Siempre le deseo suerte y beso la medallita que llevo en mi mano, pienso en mi familia y quedo listo para torear. Eso me da fuerza. ¿Qué medallita es?Un San Pablo.¿Qué le inspira?La historia nació en México. El hijo de un buen amigo me regaló una pulserita con una medallita que tiene por un lado un San Pablo y por el otro una cruz azteca. El niño me la dio con todo su cariño para que ese santo me cuidara y me diera suerte; eso me gustó, empecé a llevar la medallita y es una superstición que tengo, que antes de que salga el toro, la beso. Le tengo mucha fe y cuando se me revienta, le pido a un amigo que me regale otra.Es su ángel guardián en el ruedo...No sé si tanto, pero cuando uno tiene un momento de riesgo se aferra a algo y San Pablo es mi protector, en él deposito mi suerte.

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