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Los daños que genera el vandalismo en la capital del Valle

Cada año Cali pierde unos $10.000 millones por daños y hurtos a su infraestructura y mobiliario urbano. Uno de los mayores afectados es el servicio de telecomunicaciones que administra Emcali.

22 de mayo de 2011 Por: Luiyith Melo García, reportero de El País.

Cada año Cali pierde unos $10.000 millones por daños y hurtos a su infraestructura y mobiliario urbano. Uno de los mayores afectados es el servicio de telecomunicaciones que administra Emcali.

Los delincuentes se están robando la ciudad. Se roban su mobiliario urbano, las luminarias, los semáforos, las señales de tránsito, el cable telefónico y de energía, las tapas del alcantarillado, los contadores de agua, las barandas de los puentes... Hasta los bolardos de los andenes y los jardines que adornan las vías del MÍO son saqueados por los ladrones.No hay un cálculo oficial preciso, pero algunos estiman que la ciudad puede perder unos $10.000 millones anuales en estos robos, no sólo por el valor de lo hurtado en sí, sino también por los daños y perjuicios que esos hurtos generan.Uno de los mayores afectados es el servicio de telecomunicaciones que administra Emcali. La razón es que los delincuentes van detrás del cobre que tienen los cables telefónicos para venderlo por kilos, ya que ese metal tiene un gran mercado a nivel internacional.El ingeniero Laureano Ávila, director operativo de redes de ese servicio, indicó que el vandalismo a las líneas de cobre va directamente ligado con el comportamiento del precio internacional del metal. De hecho, en los años 2006 y 2007 el valor del cobre subió y se incrementó igualmente el robo de cable. En el 2009 y 2010 la cotización bajó y se redujo también el vandalismo.Ávila precisó que en el año 2007 la reposición del cable (incluido material, mano de obra y lucro cesante) le costó a Emcali $2.200 millones. En 2008 llegó a $2.300 millones, en el 2009 a $731 millones y en el 2010 esas pérdidas fueron de $563 millones.Recordó que tan sólo en el último año el hurto equivale a 10.000 kilos de cobre y hubo 17 acciones grandes de robo de cable. Pero en ese mismo año los ladrones también se robaron más de 20.000 kilos de alambre de bajada (conexiones que van a las residencias).En los picos altos el robo de cable (como entre 2006 y 2008) el promedio ha superado las seis toneladas mensuales de cobre hurtado. Toda un negocio ilegal.La más reciente estadística muestra que en los primeros tres meses de este año los robos de cable telefónico suman $200 millones lo que, según la proyección, terminaría duplicando las cifras del vandalismo del año pasado.El problema con este metal es que detrás parece haber toda una mafia que lo compra al precio que sea porque hay una demanda mundial muy alta, principalmente de China, que supera con creces la producción global minera de cobre.En Cali, los lugares más afectados con estos hurtos son el oriente (Marroquín, Bonilla, Aragón, Manuela Beltrán y todo Aguablanca), la Avenida Pasoancho cerca de Cosmocentro y el centro de la ciudad. Con estas acciones se afectaron 108.000 pares telefónicos el año pasado.Luminarias y contadoresOtro hurto significativo es el del alumbrado público y las redes de energía. El ingeniero Fernando Contreras, jefe de mantenimiento de energía de Emcali, precisó que cada mes se roban unas 200 luminarias de los puentes vehiculares, la Avenida Simón Bolívar, la vía Cali Jamundí y el centro de Cali. Esas pérdidas cuestan $720 millones al año.Adicionalmente, el año pasado se perdieron 9.550 metros de redes eléctricas de distribución de media y baja tensión que valen $400 millones.Los sectores más afectados son El Caney, Vipasa y Tequendama, pero también todo el oriente de Cali. De hecho, en Manuela Beltrán se sabe de un sujeto al que le dicen ‘La mula’ que tiene azotado el sector con esos robos.Pero también, los cacos se alzan con tapas de las alcantarillas y los medidores de agua de las residencias. El ingeniero de acueducto Carlos Gallego, manifestó que el año pasado se robaron 2.199 medidores de agua y este año ya se han robado 505. Los vándalos van tras partes metálicas para venderlas como chatarra.El costo que implica cada robo por la reparación, cambio de la acometida, la válvula y el medidor mismo es de unos $180.000 por unidad robada.El problema es que el medidor es del dueño de la vivienda y la reposición corre por su cuenta. Pero se pierde plata por derrame de agua y falta de venta. Hace dos años Emcali dejó de vender 144.000 metros cúbicos de agua por esa causa.Semáforos y señalesLo otro que se roban los vándalos en Cali son los semáforos y las señales de tránsito. El ingeniero Jairo Gómez indicó que cada mes desaparecen cinco semáforos. Hace un par de años eran 20 ó 30 mensuales los que se hurtaban. Se roban los semáforos de aluminio para sacarles el metal y venderlo a $15.000 el kilo en el mercado negro. Además, se roban los cables del sistema y los queman para sacarles el cobre.Las tapas de hierro de las cajas de semáforos en el piso también se las llevan. La Carrera 10 con Calle 13, toda la Carrera 15 y la Autopista Sur con calles 25 y 26 son los sitios más azotados con esos hurtos.A su vez, Alexánder López, secretario de Tránsito indicó que cada mes se están robando o dañando 15 señales verticales metálicas de pare o cruces, las cuales también son vendidas como chatarra. De esta manera, el patrimonio de la ciudad está siendo destruido y enajenado por vándalos para su provecho particular, en perjuicio de toda la ciudadanía.Bolardos y floresComo si fuera poco, el vandalismo no le dan tregua al MÍO. Según el presidente de Metrocali, Luis Eduardo Barrera, han sido destruidas y hurtadas unas 57 cestas de basuras, más de 700 bolardos han sido arrancados para extraer su base de hierro, 30 módulos publicitarios también han sido dañados y 300 metros de adoquines del espacio público están en mal estado.La recuperación del mobiliario y la infraestructura dañada cuesta $1.500 millones y Metrocali no tiene recursos incluidos en su presupuesto para eso.Pero ni los 380.000 metros cuadrados de jardines que adornan los corredores exclusivos del MÍO se salvan. Cada semana los ladrones se roban entre el 50% y el 80% de la resiembra de cada jardín para vender las flores en las calles.“De cada 20 garzas (tipo de planta) que se siembran en un jardín, 16 no amanecen al día siguiente”, dijo Octavio Trujillo uno de los encargados de la siembra.Plantas ornamentales como veraneras, heliconias, palmeras, anturios, garzas y maní forrajero son sembradas permanentemente en al menos 27 puntos de corredores del MÍO. Pero se las roban y terminan en las ventas de semáforo de la ciudad.Bandas organizadas, tras el vandalismoEl coronel Germán Huertas, jefe de seguridad de Emcali, advirtió que desde el 2004 se notan con mayor fuerza los robos. “Hemos identificado que se trata de bandas delincuenciales exclusivamente dedicadas a la venta del cobre que lo sacan hacia Buenaventura y de allí embarcan hacia la China”, señaló el oficial.Se ha capturado cantidad de indigentes porque las bandas los contratan a ellos por $20.000 ó $30.000 para que vayan a cortar cable y los intermediarios ilegales empiezan a almacenar la mayor cantidad de cobre para exportarlo posteriormente.Aunque muchos vándalos son capturados los jueces los dejan libres con el argumento de que se trata de hurtos de menor cuantía, advierte el coronel Huertas.“No tenemos duda de que hay una organización de peso que estimula este robo, porque cuando se roban cien metros de cable tienen que llevar una grúa y un carrete para transportarlo”, señaló el ingeniero Laureano Ávila.

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