Le contamos las claves para no perderse viendo a Odín Teatro

Disfrutar del movimiento, los gestos y la música antes que de la historia recomiendan tres dramaturgos para ver a Odín Teatret. Guía del público.

El desconcierto ha aflorado en algunos espectadores que han ido a las obras que el grupo danés Odín Teatret representa por estos días en Cali. Dicen no entender lo que ocurre en escena.Para tres dramaturgos como Beatriz Monsalve, del Teatro Salamandra, Álvaro Arcos, de Cali Teatro, y Orlando Cajamarca, de Esquina Latina, la reacción es lógica, pero todos dan causas diferentes.Según Arcos, los montajes “son puestas en escena llenas de símbolos, gestos y códigos, muy abstractas, que no son para el común del público, sino para el acostumbrado al teatro, pues no son fáciles de entender. El idioma también es una barrera”, explica.Para Beatriz, “el público colombiano se fija mucho en el texto, lo cual no sucede con el Odín, que es un teatro de imagen y de sentidos, que toma referencias de pinturas y de situaciones de la vida, para ponerlas en escena como ellos las perciben. Es una diferencia y un contraste entre dos formas de entender el teatro, ambas válidas”. Y Cajamarca considera que como Odín “es un grupo de teatro experimental que no cuenta las historias con el método planteamiento-nudo-desenlace, sino con una poética inspirada en la gestualidad, el ritmo, la música. Es un lenguaje refinado y excelso, que requiere de una actitud distinta de la de ver un sainete o una comedia”.A pesar de todo lo cual, “no se trata de un teatro para iniciados, sino para todo público y cada uno lo interpreta a su manera”, dice la directora del grupo Salamandra. Y a la pregunta de cómo ver las obras de Odín y salir contentos, el director de Cali Teatro ofrece una respuesta sencilla: “Hay que tomarlo muy desprevenidamente, porque el arte no necesariamente hay que entenderlo, sino disfrutarlo”. Coincide con él, en parte, Beatriz Monsalve: “No hay claves para entender a Odín Teatret. Se trata de sentir, de interpretar lo que el grupo hace en el escenario, de acuerdo con las vivencias personales de cada espectador”.Y el director de Esquina Latina propone una comparación: “Ver a Odín es como entrar a una joyería a ver las perlas y luego uno se imagina el collar. Hay que disfrutar los detalles, ver cada elemento, sin aferrarse al todo, porque se confunde”. De modo, pues, que a olvidarse del texto y a seguir paso a paso los fascinantes movimientos del grupo danés.