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Las últimas 9 horas de David, el abuelo que murió esperando atención en clínica Esimed

La hija del hombre fallecido en la clínica Esimed relata la deficiencia en la atención que sufrió su padre, quien murió en la sala de urgencias mientras esperaba sentado en una silla de ruedas.

3 de marzo de 2016 Por: Elpaís.com.co

La hija del hombre fallecido en la clínica Esimed relata la deficiencia en la atención que sufrió su padre, quien murió en la sala de urgencias mientras esperaba sentado en una silla de ruedas.

Sentado en una silla de ruedas transcurrieron las últimas horas de vida de David Ballén, mientras esperaba en una sala de Urgencias que un médico atendiera sus dolencias en una clínica del norte de Cali.

Al menos así lo relatan sus familiares, quienes denunciaron que el adulto mayor falleció sin recibir ningún tipo de atención médica en la clínica Esimed (antigua Saludcoop) en la noche del pasado miércoles.

Llevaba más de cuatro meses en delicado estado de salud, a raíz de una enfermedad renal, por la cual requería de diálisis constantemente. Pero el miércoles se sentía mal y sus hijos decidieron llevarlo al médico para que lo atendieran. 

"Lo llevamos a una clínica especializada, pero el médico que lo vio dijo que era mejor hospitalizarlo en la clínica de su EPS", cuenta Marta Ballén, su hija. Debido a que su EPS era Cafesalud, lo remitieron hasta la IPS Esimed Norte, sobre la Avenida 3N #32N-40, a donde llegaron a las 10:00 a.m.

Desde su llegada a la clínica, David de 74 años, estuvo en compañía de uno de sus cinco hijos en la sala de Urgencias, sentado en su silla de ruedas y aguardando por atención, pero en el centro hospitalario había muchas personas en lista para ser vistas por los médicos, relatan los familiares.

Cuenta su familia que en el transcurso del día, sólo una doctora llamó al señor David y le dijo que ya estaba en lista, que debía esperar a que lo llamaran. Pero pasó toda la tarde y el adulto mayor no fue atendido oportunamente.

"Yo volví a la clínica a las 7:00 p.m, para relevar a mi hermano en el cuidado de mi papá, pero cuando llegué era muy tarde porque él ya estaba muerto", contó Marta con la voz quebrada.

Según su relato, padecieron nueve horas en Urgencias, insistiendo por atención en una sala donde había más de 40 personas, entre pacientes acostados en el piso, recostados sobre las sillas o acomodados sobre camillas en los pasillos. "Estaba muy lleno, era impresionante, había gente en el suelo, de todo, era horrible", describe.

La larga espera supera en siete horas la meta que el presidente Juan Manuel Santos fijó en septiembre del 2014, al determinar que el tiempo de atención en las salas de urgencias de todo el país no podía superar las dos horas.

Y también invalida la reciente resolución 5506 de 2015 del Ministerio de Salud que establece un tiempo de 30 minutos en Urgencias para la atención de pacientes en graves estado de salud.

En el caso de don David ambas premisas no se cumplieron. Finalmente "había pasado tanto tiempo que mi papá ya ni se quejaba, no hablaba, se fue quedando en silencio", recuerda su hija.

David Ballén vivió la mayor parte de su vida en El Diamante, uno de los primeros barrios que se conformaron en lo que hoy es la comuna 13 del Distrito de Aguablanca, al oriente de la ciudad.

Dedicó su vida a trabajar como constructor de obras, labor con la cual sacó adelante a una familia de cinco hijos, después de separarse de su esposa cuando los niños aún estaban muy pequeños. Todos sus hijos ahora son adultos y le dieron el regalo de tener nueve nietos.

"Fue padre y madre para cada uno de nosotros, y con su esfuerzo nos sacó adelante como familia", cuenta su hija.

Lo recuerda como un hombre muy alegre, trabajador y un padre cariñoso, dice antes de romper en llanto.

Por su edad, don David ya no trabajaba, pero tampoco recibía pensión. Sólo contaba con un auxilio del Sisbén por 160 mil pesos que recibía cada tres meses. El próximo pago sería el 8 de marzo. 

Al momento de su muerte, los familiares del señor grabaron un vídeo en el que se observa al hombre derrumbado sobre la silla de ruedas, en un consultorio en el que también hay otro paciente acostado en una camilla.

En el lugar hay un médico y un enfermero atendiendo al paciente, pero no asisten al señor, quien se ve derrotado y con la cabeza caída. En el lugar se escuchan los llantos de los familiares y sus lamentos: "¡Nos lo dejaron morir, nos lo dejaron morir!, ¡Ni siquiera lo voltearon a mirar, y eso que traía una remisión médica, ¿qué tal si no?!".

"¡No le hicieron nada, no puede ser eso!, ¡Si ve que a uno le toca entrar es peleando, haciendo bulla, porque no le ponen atención a uno de otra manera!, dice una de las familiares llorando, mientras una de las enfermeras le pide que se calme, levanta la cabeza del señor y comprueba que no responde a los estímulos visuales. Él está inmovil con la boca abierta.

La última foto que guardan sus familiares es la del pasado 22 de septiembre, cuando cumplió 74 años y le llevaron hasta su habitación un pastel de crema blanca con salsa de chocolate, decorado con unas fresas grandes y una vela en forma de botella de aguardiente blanco del Valle.

"Esto ha sido muy difícil para todos, no sabemos ni qué hacer, ahora sólo pensamos en las diligencias para su entierro", dice Marta.

La muerte de don David es otro de los campanazos de alerta de las deficiencias que presenta la red de salud de la ciudad en clínicas públicas y privadas.

Su muerte pudo pasar desapercibida y ser un número más en los casos de presunta negligencia que ocurren en el país, a no ser de la visita que circunstancialmente adelantaba el personero de Cali, Héctor Hugo Montoya, en esa clínica del norte de la ciudad.

Montoya estaba acompañando el levantamiento de la huelga de hambre de la médica María Elena Guerrero, quien labora en la misma clínica y desde el jueves 26 de febrero estaba reclamando el pago de tres meses de sueldo.

"La huelga de la médica se estaba adelantando cerca al área de urgencias y desde ahí uno escucha todo lo que pasa. En un momento la gente empezó a gritar y me acerqué para ver qué sucedía y me di cuenta que se había muerto alguien que había ingresado al servicio de urgencias para solicitar atención", aseguró el Personero de Cali.

¿Qué dicen las autoridades?

La muerte del señor David Ballén motivó una visita de funcionarios de la Secretaría de Salud, Defensoría del Pueblo, Personería Municipal y Superintendencia de Salud a la clínica Esimed Norte quienes constataron las fallas de atención de la entidad de salud y el drama que enfrentan los pacientes. 

Sobre el caso del paciente Ballén, el reporte médico indica que el señor recibía diálisis por problemas renales y que tenía una peritonitis renal, además al momento de la atención tenía elevada la presión arterial.

Sin embargo, en el reporte entregado por la clínica a las autoridades del Municipio, el paciente habría ingresado a las 3:50 p.m. y luego había sido evaluado en Triaje (clasificación de gravedad, síntomas y problemas de salud de un paciente que llega a urgencias) a las 5:43 p.m.

Esta información va en contravía de lo denunciado por los familiares, quienes dicen que llegaron a la clínica a las 10:00 a.m. y que no recibieron atención oportuna. La clínica reportó el fallecimiento a las 6:30 p.m. y no a las 7:00p.m. como dice la familia.

"Esto evidencia que tardaron dos horas en atender al paciente desde el momento que ingresa a la clínica, según los reportes médicos", informó el defensor del paciente, Alexander Camacho. 

Añadió que una comisión de la Secretaría de Salud liderada por el secretario Alexander Durán, está haciendo inspección y vigilancia en cada área de la clínica para corroborar la atención.

Por su parte, el defensor regional del Pueblo, Carlos Hernán Rodríguez, manifestó que se adelanta la investigación del caso, pero que el panorama de esta IPS es similar en otras clínicas de la ciudad.

"Desde finales del año pasado hemos revelado las dificultades del sistema de salud; se inyectaron algunos recursos en diciembre para evitar una contingencia, pero siguen existiendo las deficiencias; lo que no se puede desviar es que hay un servicio deficiente de salud en la ciudad", aclaró.

Al respecto, la Supersalud indicó que una comisión adelantará la respectiva inspección a la IPS Esimed Cali Norte, para establecer las condiciones de atención y poder determinar responsabilidades ante el hecho.

Médicos también se quejan

Anibal Hurtado, presidente del sindicado de Médicos Unidos de Colombia, indicó que en la clínica Esimed y en Cafesalud hay fallas y mucha congestión por falta de médicos.

"Los médicos que están trabajando en Esimed Norte, eran los que estaban en la sede del sur de Saludcoop; eso está sucediendo porque hace menos de un mes renunciaron cerca de 18 médicos en el norte y otros seis médicos en la sede del sur", denunció.

Dijo que debido a ello no hay urgencias en la sede de Saludcoop del barrio Champagnat, y que los usuarios deben dirigirse hasta el norte para ser atendidos.

Añadió que todos los servicios de la IPS están afectados por falta de personal, ya que le suelen decir a los médicos que están en los pisos de hospitalización que bajen a atender urgencias.

"Eso es grave porque si bajas a un médico que normalmente está en piso, los pacientes de hospitalización quedan desprotegidos", enfatizó.

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