Las barreras no acaban para la población con discapacidad en Cali

Enero 08, 2018 - 11:45 p. m. 2018-01-08 Por:
Redacción de El País 
Discapacidad

Grupos de personas con discapacidad física y cognitiva aseguran que ingresar al bachillerato y a la educación superior es complicado, incluso cuando lo logran, el mercado laboral no ofrece empleo a estas personas por estigmas sociales.

Jorge Orozco / El País

Grandes obstáculos para transportarse en la ciudad, poca oferta de empleo, difícil acceso a la educación y trabas en los servicios de salud, son solo algunas de las barreras a las que se enfrentan las más de 154.881 personas que tienen diferentes discapacidades en Cali.

A esa barrera iba a sumarse la exclusión de la población con discapacidad del Censo Nacional, hasta que el mismo presidente Juan Manuel Santos anunciara que esa caracterización debía incluirse en la encuesta.

Anteriormente no iban a ser incluidas las preguntas sobre discapacidad “por restricciones fiscales y presupuestales”, según manifestó el director del Dane, Mauricio Perfetti.

La aclaración del Presidente puso sobre la mesa nuevamente los problemas que siguen enfrentando los ciudadanos en situación de discapacidad en el día a día en Cali.

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Jeison Aristizábal, fundador de Asodisvalle, asociación dedicada a la atención de niños y jóvenes en situación de discapacidad del distrito de Aguablanca y también galardonado como Héroe CNN por su labor con esa población, aseguró que conseguir empleo es uno de los mayores líos.

“Yo me pregunto cuántos puestos laborales tiene el Estado y cuántos de esos los ocupan personas con discapacidad, es menos del 1 % que tiene un empleo digno, eso refleja la falta de compromiso del Estado y también demuestra que no es incluyente”, dijo.

Aristizábal aseguró que el acceso a la educación superior es una situación compleja, pues “de la población universitaria menos del 0,5 % son personas con alguna discapacidad, no hay política de inclusión que elimine las barreras para que se pueda hacer una carrera profesional”.

A su vez, Wilson Perea, quien presenta ceguera total y es líder de grupo de personas con baja visión del Centro Cultural Comfandi, revela que moverse por las calles es ya un obstáculo.

“Hay barreras temporales como cuando se parquean motos sobre los andenes o se dejan carros mal estacionados que impiden caminar con seguridad en las calles”, dijo.

Además, advierte, algunos buses del MÍO no cuentan con el sonido que indica la dirección de las paradas y eso complica la movilidad para las personas con discapacidad visual.

“A algunos les molestan los pitos y altavoces pero deben entender que es un servicio que se debe prestar, al igual que los semáforos sonoros que nos facilitan el tránsito, hay muchos dañados”, dijo.

Perea relató que a finales del año pasado, una institución pública de la ciudad le negó la educación a una persona con discapacidad auditiva.

“En esa institución por lo general reciben personas sordas y había una que tenía un implante y podría funcionar con la parte oral, sin embargo no lo recibieron porque no manejaba el lenguaje de señas”, agregó.

Y aunque muchos logran culminar sus estudios secundarios y a la vez universitarios, cuando salen a la vida laboral todo se complica.

“Muchos de los que tenemos discapacidad visual, también tenemos un buen nivel profesional, pero el empresario no quiere una persona ciega, aún hay mucho estigma y esto genera frustración personal, porque uno se forma y sale al mercado laboral sin buenas opciones”.

Alexander Camacho, defensor del Paciente y subsecretario de Salud de la ciudad, aseguró que el acceso a la salud también es un dolor de cabeza, especialmente en quienes también sufren de enfermedades huérfanas.

“Estas personas requieren el servicio de manera continua e ininterrumpida, por lo tanto son las más expuestas a que se les vulneren los derechos de la salud porque todo es permanente, necesitan de por vida medicamentos e insumos y los servicios de las EPS”, explicó.

Camacho aseguró que desde el 29 de marzo hasta diciembre del 2017 se reportaron 566 casos de pacientes con enfermedades huérfanas (que generan situaciones de discapacidad), de los cuales 42 tuvieron barreras para acceder a los servicios de salud.

El Defensor del Paciente agregó que el actual Instituto de Ciegos y Sordos “se ha quedado corto en Cali para garantizar el servicio de los pacientes, esto hace que tengan demoras en la atención porque la programación de las citas es muy lejano por la alta demanda y la poca oferta”.

Maribel Beltrán, presidenta de la Mesa Municipal de Enfermedades Raras en Cali, presentó ante la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes las barreras de acceso a las que se exponen los pacientes. “Por ejemplo no nos brindan orientación psicológica para el paciente y cuidadores por ser enfermedades sin pronóstico, además envían auxiliares de enfermería sin el entrenamiento preciso para manejar el protocolo de la enfermedad”, explicó.

Camacho, ante esto, aseguró que la Secretaría de Salud creó una Mesa Municipal de Enfermedades Huérfanos para atenderlos, además tienen acceso a algunos derechos como la exoneración del copago en las EPS.

“En la Mesa buscamos que las demás dependencias del Estado realicen las acciones necesarios para este tipo de pacientes, porque las relaciones familiares, económicas, culturales, sociales y demás de estas personas cambia cuando se les dificulta el acceso a la salud”, dijo.

Por su parte, Esaúd Urrutia, secretario de Bienestar Social de Cali, afirmó que una de los mayores quejas que recibe el área de Discapacidad de la dependencia es la accesibilidad en las calles.

“Esto no es nuevo, nosotros adaptamos 200 equipamientos en el municipio para permitir el acceso a las personas con discapacidad, está en el Plan de Desarrollo y es una meta, también hemos estado en contacto con la Secretaría de Infraestructura para que tengan en cuenta el proceso de accesibilidad para personas con discapacidad física y visual”, relató.

Según la Secretaría de Bienestar Social un 67.43 % de la población con discapacidad no tiene ingresos y el 24 % recibe menos de un salario mínimo legal vigente.

Datos 

En Cali, en el 2017 se registró una población con discapacidad de 154.881 personas. La Secretaría de Bienestar Social tiene caracterizadas a 58.588.

-Las alteraciones que más le afectan a los caleños, en un 18.67 %, es el sistema nervioso.
-El 19.66 % los ojos.
-Un 8.70 % los oídos.
-El 1.97 % el olfato, tacto y gusto.
-Un 7.73 % la voz y el habla.
-El 11.56 % el sistema cardiorespiratorio y las defensas.
-El 5.92 % la digestión, el metabolismo y las hormonas.
-El 3.42 % tiene alteraciones en el sistema genital y reproductivo.
-Y un 20.46 % alteraciones en movimiento de cuerpo, manos, brazos y piernas.

Grupos de personas con discapacidad física aseguran que acceder a una silla de ruedas es complicado, pues algunas pueden llegar a costar hasta $20 millones.

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