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“La política que hago no me avergüenza”, Presidente del Concejo de Cali

El presidente del Concejo de Cali, José Fernando Gil, dice que hay que iniciar un cambio en la Corporación, a partir de un mejor comportamiento y gestión. “Al Concejo le dan palo porque boga y porque no boga”.

21 de febrero de 2013 Por: Judith Gómez Colley, editora de Poder.

El presidente del Concejo de Cali, José Fernando Gil, dice que hay que iniciar un cambio en la Corporación, a partir de un mejor comportamiento y gestión. “Al Concejo le dan palo porque boga y porque no boga”.

El presidente del Concejo, José Fernando Gil, admite que esa Corporación tiene mala imagen entre los caleños y está convencido de que la única manera de cambiarla es con trabajo.Afirma, también, que va a hacer oposición al Gobierno Municipal cuando considere que deba hacerla, pero que la misma no va a ser destructiva. Por eso desde ya anuncia que se hará control político para ‘empujar’ a la Administración, ya que este año debe ser el de las ejecuciones, de las obras.¿Cuál es su principal aspiración o tarea en la Presidencia del Concejo?La primera: lograr que tengamos un control político eficiente. Es decir, que no vamos a hacer una oposición destructiva ni tampoco un respaldo servil, sino que vamos a mover a la Administración para que cumpla con dos mandatos: el Plan de Desarrollo y el Presupuesto, para que este año se vean las obras. Segundo, quiero hacer del Concejo una entidad más profunda en cuanto al análisis y las responsabilidades y en ese sentido ya empezamos a hacer acuerdos con universidades para cualificar mucho más al concejal. Y tercero: hacer al Concejo mucho más visible para que la gente participe más.Cuando habla de mover a la administración, ¿a qué se refiere?El año anterior el Gobierno se dedicó a poner en orden la casa. Se tomaron decisiones valientes, como el retiro de Sicali, se hicieron diagnósticos, pero las necesidades de Cali no dan espera. Este año tiene que ser el de las ejecuciones, donde ese $1,3 billones que aprobamos en el Plan Anual Operativo de Inversiones se note. Hay que salir exitosos de los Juegos Mundiales y que la gente, que eligió este gobierno, sienta que les está respondiendo a las expectativas.Quiere visibilizar el Concejo, pero este carga un gran desprestigio. Usted como cristiano, que promueve valores, ¿cómo va hacer para recuperar la imagen de la Corporación?Una imagen no se cambia de la noche a la mañana y menos con una estrategia publicitaria. La imagen de una corporación se construye sobre la base del trabajo. Lo primero que tengo que hacer es una buena gestión en el Concejo, con austeridad en el gasto, claridad y transparencia en la contratación. Nos hace falta mayor presencia en las comunidades. Tenemos que hacer una mediación para que mejore la inversión social, una interlocución ciudadana para privilegiar necesidades de la comunidad. Hacer política de cara a la ciudad. Así se recupera nuestra imagen. ¿A qué atribuye la mala imagen de Concejo? mucha gente lo asocia con corrupción…Hay varias razones. Hemos arrastrado con una cultura, donde los cuerpos colegiados son los malos. Cuando un alcalde funciona bien, él es el bueno, pero no es el Concejo que le ayudó. Y si el alcalde es malo, pero la gente lo quiere, dice es que el Concejo no lo dejó hacer. Ese aspecto cultural, no lo podemos cambiar sino con trabajo, emprendiendo un cambio a partir de nuestro mejor comportamiento y mejor gestión, eso es absolutamente claro y clave. Nos toca tener relaciones mucho más fluidas con el Gobierno, pero sin perder nuestra autonomía e independencia en el sentido de que al Gobierno también hay que enseñarle que si no le aprobamos un acuerdo, no quiere decir que estamos pidiendo coima. Estoy dispuesto a liderar un proceso en donde se apruebe todo lo que sea bueno para Cali y se desapruebe lo que esté errado. ¿Pero, no puede negar que existen presiones hacia la Administración?En política siempre hay presiones. De la comunidad para que les ayudemos en sus necesidades. También, a veces, hay presiones del Gobierno, porque este puede interpretar que lo que estamos buscando es otra cosa, y hay presiones del Concejo, porque nosotros también presionamos. Yo presiono cuando se trata de una situación que, en mi opinión, debe ser corregida o mejorada por el Gobierno y que no se da así.Dice que no le va hacer oposición a la Administración porque sí. ¿Seguirá con esa premisa o eso va a depender de los estados de ánimo del Concejo?No haremos oposición destructiva. Voy a hacer oposición cuando lo considere y cuando deba señalarle a la Administración correcciones. Lo que quiero es que construyamos una agenda de ciudad donde debatamos con criterio amplio, sin sesgos, sin prevenciones y trabajamos para mejorar las condiciones de vida de los caleños. Siempre estamos en la picota pública y nos dan palo porque bogas y palo porque no bogas.¿Cómo están hoy las relaciones con el Alcalde y con los funcionarios? Con el Alcalde han estado bien. Con algunos funcionarios están bien, con otros no tanto. ¿Cómo se logró la paz política con el Gobierno, tras las tensiones del año pasado? se comenta que les dieron participación burocrática...Por mi parte, tuve una noche de reflexión y oración y al día siguiente decidí ir a hablar con el Alcalde y decirle: tenemos una situación incómoda, tratemos de solucionarla y abramos paso a la reflexión. Nos desprevenimos un poquito y empezamos a trabajar juntos. Era que no íbamos para ningún lado, y al final la que perdía era la ciudad. Por el otro lado, cada uno hizo su catarsis. Entendimos que no ganábamos nada con ‘tirarle’ al Gobierno y darle candela. Lo mismo le pasó al Gobierno. Este es un Gobierno que todo el mundo reconoce y respeta, tiene una enorme reputación por su corrección, por su transparencia, entonces es imposible que decida entregarnos fortines burocráticos o prebendas contractuales.Dicen que usted es de los concejales que más presiona al Gobierno...Claro, presiono para que las cosas se hagan bien, lo hago y me han visto en las comisiones o cómo cree que me he ganado la reputación de ser uno de los hombres que más conozco el tema financiero, de ser un hueso duro de roer dentro del Concejo, pero hasta ahora no hay ninguno que diga que soy extorsionista ni nada por el estilo, porque sé separar el tema de las personas. No es mi estilo, ni nunca lo haré. Con el anterior Gobierno no tuve un solo cargo y con Rodrigo Guerrero tampoco tengo. No he utilizado siquiera mi posición de Presidente del Concejo para pedirle una subsecretaría y no lo voy a hacer. Alrededor de su elección como Presidente del Concejo hubo un tire y afloje en el que estuvo involucrado el hijo de su antiguo aliado político, Roy Barreras, que quería ser Presidente. ¿Esa situación se debió a que querían pasarle una cuenta de cobro por haberse ido de ese grupo o porque el senador quería que su hijo llegara a la Presidencia?No sabría porqué tendría que haber cuenta de cobro. Lo que sí es cierto es que al interior de los partidos se generan acuerdos. Cuando salgo elegido, pido ser Presidente del Concejo, por ser hombre de mayor experiencia. Ahí empieza la otra puja. Para el senador la Presidencia debía ser para su hijo Roy Barreras, que había sacado la mayor votación, pero ya elegido se trataba de cómo hacer una gestión en el Concejo. Cuando se conforma la coalición se decide que el candidato del Partido de la U es José Fernando Gil, así se acordó y yo siempre he honrado los acuerdos.¿Pero el senador Barreras trató de romper esos acuerdos?Eso fue lo que me comentaron. Yo tuve con él dos conversaciones. En la primera me solicitó que llegáramos a un acuerdo sobre ese particular y le respondí que el presidente era yo porque así lo decidió la coalición. En otra ocasión nos encontramos y me dijo: ‘Porqué no volvemos a hablar para que compartas período’’, y le respondí: No, el acuerdo está hecho. ¿Es cierto que durante esa puja se ofrecieron prebendas para cambiar esos acuerdos?Comentarios siempre hay. Algunos concejales me decían: ‘Me ofrecieron esto’, pero no pude constatar ninguno. Lo que sí me dolió fue que el grupo disidente trató de involucrarme en algunas cosas, pero siempre me mantuve al margen y seguí trabajando callado hasta lograr hacer que la palabra se honrara.¿Cuál fue la verdadera razón para que abandonara al senador Roy Barreras?Al senador Barreras le faltó mayor compromiso y cumplimiento con el grupo que yo representaba y eso hizo que me alejara de él. Esa fue una de las razones. Volviendo a la agenda del Concejo, les van a llegar proyectos importantes como el POT, la escisión de Emcali y la reforma administrativa del Municipio. El temor que existe es que se recurra a viejas prácticas para apretar al Alcalde y hacerle exigencias, especialmente con el tema Emcali...Tienen que primar los intereses de la ciudad. En el 2009 salimos aplaudidos y fuimos reconocidos por los gremios, porque sacamos adelante las condiciones que nos impuso el Gobierno Nacional. Aprobamos los proyectos de capitalización del Telecali, de emisión de acciones de Termoemcali, y eso fue muy importante. Que después procesos como la capitalización de Telecali no hubieran dado resultados y que el Gobierno no decidiera devolverla, no fue culpa nuestra. En el caso de Emcali ahora se nos han impuesto las mismas tres condiciones para devolver la empresa: escisión de Emcali y de telecomunicaciones, acuerdo de buen gobierno y renegociación de deuda con la Nación. Si no aprobamos el proceso de telecomunicaciones, nos van a decir que la culpa de la no devolución de Emcali es de los concejales.Pero el principal riesgo de Emcali en estos momentos es la deuda con la Nación. Por más que escindamos telecomunicaciones, si el problema de la deuda, que asciende a un billón de pesos, no se resuelve, la empresa podría ser devuelta al Municipio, pero con unas condiciones financieras terribles. El acuerdo de deuda es infame. Es una deuda odiosa, donde se capitalizan los intereses trimestralmente. ¿No es un contrasentido que usted insista en que se condone la deuda cuando ya Emcali la reconoció?Claro que es un contrasentido, pero lo que pido es más benéfico para Cali. Lo hago porque los procesos administrativos no son tan expeditos. El problema es que por los enredos legales, cuando Emcali pague, tiene que consignar a la Tesorería General de la Nación y para que el Gobierno la devuelva debe incorporarla a un documento Conpes y a una ley de la República, y para que esa ley se ejecute, el Gobierno caleño tiene que presentar todos los proyectos y allá tienen que aprobarlos. Lo mejor es que si se devuelve la empresa a la Administración, que esta sea la que defina libremente cómo va a hacer las inversiones. Es una cuestión de dignidad que nosotros manejemos nuestros recursos y empresas.Usted debe designar los ponentes para esos proyectos. ¿Se escogerán por su preparación o con criterio político?Con ambos. No soy vergonzante del término político, porque la política que hago no me avergüenza, cuando uno es político representa una comunidad y tiene que salvaguardar sus intereses. No me puedo pendular solo hacia lo tecnócrata, porque este tiende a ver solo los números y se olvida de lo que está esperando la comunidad. Cuando digo ambos, tiene que ser un hombre o mujer con sensibilidad social, pero también con fuerte solidez académica y profesional para balancear las dos cosas. ¿Qué ambiente hay en el Concejo para aprobar el proyecto de Emcali?Hay un ambiente positivo. Habrá posiciones personales, unos piensan que sí, otros que no, pero lo importante es que nos demos la oportunidad de estudiarlo con total apertura y de trabajar para que la empresa sea devuelta.El Concejo, incluido usted, fue el que aprobó la entrega del recaudo de impuestos a particulares. ¿No se siente responsable del detrimento que se le causó al Municipio de Cali? Lo que se aprobó fue la modernización de Hacienda, las características del contrato las definió el Alcalde de la época (Apolinar Salcedo), quien decidió que por el cobro ordinario el contratista recibiría el 2,8% y por el extraordinario, el 4,9% y además, el particular no podía hacer cobro coactivo, ahí fue el veneno. Nosotros facultamos, pero el alcalde decidió y en esas condiciones se le dio la pulpita al contratista y el Gobierno quedó con el problema.¿No se arrepiente de haber facultado al Alcalde para lo de Sicali?No me arrepiento. Me da un poco de tristeza que se hizo un contrato donde se debieron cambiar las condiciones para no pagar tanto por el recaudo.

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