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La falta de parqueaderos congestiona a El Peñón

Un promedio de 700 vehículos arriban a este tradicional barrio en una noche de fin de semana, ocasionando caos y congestión.

20 de febrero de 2012 Por: Vivian Jaramillo O. | Reportera de Vivir Oeste

Un promedio de 700 vehículos arriban a este tradicional barrio en una noche de fin de semana, ocasionando caos y congestión.

Un rosario de cien carros bordea por lado y lado las tres cuadras que conforman la Carrera 2 Oeste, el corredor vial más importante de El Peñón.Lo paradójico es que a escasos 100 metros existe un parqueadero público, cuyos 35 cupos a veces permanecen desocupados.Se estima que en una noche de fin de semana este tradicional barrio recibe unos 700 vehículos que ocupan las casi ocho manzanas que lo conforman, siendo las carreras 2 y 3 Oeste las más congestionadas. Hace 30 años, cuando Nelson Martín Martín llegó a El Peñón, el panorama era diferente: sólo eran los niños quienes llenaban los andenes del barrio.“De miércoles a domingo el sector es invadido por cientos de personas que vienen a disfrutar de una buena comida, de un buen licor o de la zona hotelera y eso no es malo, lo malo es la congestión que sale a relucir”, aseguró.Sin estacionamientosA él y a las familias que ocupan las únicas diez casas que quedan en el sector, el cambio de zona residencial a mixta dispuesto en el Plan de Ordenamiento Territorial, POT, de Cali, les ha traído muchas dificultades. No sólo porque dio vía al establecimiento de una treintena de negocios, de los cuales 23 tienen registro ante la Cámara de Comercio, sino porque en él no se incluyó la posibilidad de construir parqueaderos públicos en el sector.María Fernanda Penilla, subdirectora de Ordenamiento Urbanístico de Planeación Municipal, indicó que “El Peñón hace parte del Polígono 17 del POT y en él está estipulado que se puede hacer uso de suelo para restaurantes y bares, pero no para parqueaderos”.Agregó que el existente a la vuelta del Museo La Tertulia, el único que existe en los alrededores, “seguramente surgió antes del POT y por antigüedad se lo respeta”.Sin embargo, la comunidad del sector no está de acuerdo con esa restricción. “El Peñón ha cambiado su vocación y hoy es un sector comercial, gastronómico y de diversión nocturna, que requiere una mirada distinta, que permita que se habiliten zonas que demandan la actividad actual”, sostuvo el vecino Carlos Alberto Cubillos.A su vez, el concejal Michel Maya considera que “el POT debe ser revisado no sólo para mejorar la situación en El Peñón, sino para todo Cali, pero antes de eso se deben mirar con claridad los tipos de uso de suelo, pensando en la Cali que queremos tener y en cuál es la vocación de la ciudad”.Opinión que respaldó Italia Bernardi, presidenta de la Junta de Acción Comunal, JAC: “La falta de parqueo se ha convertido en un problema de seguridad, puesto que la presencia de tanto carro ha atraído a los ladrones”.De eso es testigo Raúl Orejuela, a quien hace poco le robaron algunas pertenencias que tenía en su vehículo mientras departía en uno de los restaurantes del sector.“La culpa no la tiene el dueño del restaurante, ni siquiera la Policía y menos los ‘pelados’ que cuidan los carros. El problema está en que no hay seguridad porque no hay lugares ideales para parquear”, aseguró.Ante esto, un patrullero de la Estación de Policía de La Flora, informó que siempre se hacen rondas por el sector para evitar atracos, pero que si los ciudadanos no denuncian los casos puntuales de los que son víctimas es complicado actuar.InvadidosLa invasión del espacio público es el otro dolor de cabeza que padecen los habitantes de El Peñón.“No tenemos la manera de construir zona de parqueo, por eso los clientes lo hacen sobre la calle, pero creo que eso también nos perjudica como comerciantes, porque a veces hasta ellos optan por irse”, comentó Maritza Guerrero, cajera del restaurante Carne y Maduro.Por su parte, José Rubio, residente en la Carrera 3 Oeste, insiste en que “se deben buscar soluciones prontas, porque el espacio para el peatón ya se perdió. Los que tienen carro no tienen por dónde pasar porque los tres carriles quedaron reducidos a uno”.Pero la inseguridad y la invasión del espacio público no vienen solas.“Debido a la congestión, uno se tiene que aguantar el pito permanente de los carros que quedan represados en la Carrera 2 Oeste, lo que no nos deja dormir y nos roba la tranquilidad”, sostuvo Edinson Gómez, quien añora el silencio que reinaba quince años atrás en su barrio.Por eso los vecinos unen su voz para solicitarle a la Administración Municipal que los libere del caos que la modernidad ha traído a este tradicional barrio del Oeste.

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