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La eterna agonía del río Cauca a su paso por la capital del Valle

Más de diez toneladas de desechos por segundo, escombros y basura recibe el Cauca cuando bordea a Cali.

13 de septiembre de 2014 Por: Luiyith Melo García, reportero de El País

Más de diez toneladas de desechos por segundo, escombros y basura recibe el Cauca cuando bordea a Cali.

El río Cauca es como un depredador que se consume a sí mismo para poder vivir. No de otra manera se entiende cómo se puede tragar las toneladas de mugre sólido y líquido que le llegan cada segundo de todos los caños y todos los ríos, sin morir envenenado.Allí mismo en el embarcadero de Juanchito, entre canoas, pescadores y areneros se ve la tragedia. Un inmenso chorro de unos 400 litros por segundo es expulsado por la boca de una tubería que vomita un agua turbia y ferrosa de no se sabe qué contextura química. Dicen que son desechos del tratamiento del agua potable de la ciudad que realiza Emcali en Puerto Mallarino. Enseguida, como a diez metros hacia el norte, otro potente chorro de alcantarilla explota como un cañón en el Cauca. Es una espuma blanca y espesa similar a detergente concentrado que hace burbujas y amplifica sus ondas en el río, de la cual increíblemente salió nadando Quícharo como si fuera un pez sobreviviente. Él, un joven pescador de aventuras, sigue campante por las calles de Juanchito pese a la osadía.Más aún, al ver esa densa mezcla de desechos devorarse al Cauca, no se entiende cómo el viejo Chucho, que ya camina inclinado como remando el viento, pueda meterse en su canoa y sacar una sarta de seis barbudos de semejantes aguas.Lo que pasa, insinúa Hernando Devia, un técnico de la CVC que va y viene cada semana por esas aguas, es que el río es aún tan poderoso que es capaz de engullir como depredador toda la porquería que le cae de todas partes. En su mandíbula de 250 metros cúbicos de agua por segundo es capaz de diluir lo que llega de los otros seis ríos de Cali (como seis toneladas de detritos por segundo), de canales putrefactos como el Interceptor Sur y de la Ptar donde se vacia el alcantarillado de más de dos millones de caleños (como otras seis toneladas de mugre por segundo) y de vertederos industriales de todas las tinturas y olores que le echan 600 industrias de Cali y Yumbo por cantidades, la mayoría sin tratamiento previo.Lo paradójico es que Cali toma el 70 % de su agua potable de ese cauce, y las bocatomas de las plantas Cauca y Puerto Mallarino están al lado de estos canales sanitarios de Juanchito, incluso después del vertedero del Canal Sur donde descarga la ciudad. En estos días por la falta de lluvias, “el río va seco”, dice Rosember, el lanchero con que iniciamos la aventura de recorrer los 17 kilómetros del Cauca a su paso por Cali. El caudal no lleva más de 100 metros cúbicos por segundo, sus niveles en la orilla han bajado más de medio metro y hay partes en mitad del río donde la profundidad no sobrepasa la cintura de un adulto. Frente a Desepaz un hombre se acerca a la lancha caminando sobre las aguas, gracias a los casquetes o morros que sobresalen, fruto del sedimento apelmazado. La sequía es evidente.Como una películaNavegando sobre sus aguas, el drama de sus orillas pasa como una película. Se ven casuchas desafiando la gravedad, prácticamente cuelgan del jarillon hacia el río Cauca. Parecen palafitos sostenidos en el aire por guaduas para no precipitarse al vacío. Esa es la invasión de Navarro, pero podría ser también la de Las Palmas, unos tres kilómetros atrás, adonde recalaron los invasores más necios del Nuevo Amanecer, un asentamiento que fue reubicado en Potrerogrande por el gobierno en su propósito de recuperar el jarillón. Debajo de las casas se chorrea un río de escombros por el terraplén hacia las aguas. Según el inventario de la CVC hay nueve escombreras identificadas a lo largo del dique entre Navarro (al sur) y el Paso del Comercio (al norte). Son nueve, pero parecen 90 por la cantidad de restos de construcción y basura que forran pedazos del jarillón. La multa para el responsable es de un millón de pesos y si es persona jurídica cinco millones. Pero es difícil aplicarla.La película del Cauca proyecta otras escenas: Una romería de vacas al filo del jarillón (ganadería de ‘manga larga’, esa que no tiene lote definido para pastar), pescadores tirando el anzuelo en las orillas, un desfile de barcazas y malacates extrayendo arena del lecho del río. Son 25 máquinas (unas legales, otras no) en el tramo correspondiente a Cali, de las cuales, según Devia, dependen 750 familias (30 por barcaza). Una barcaza lleva seis toneladas de arena que se acopian y comercializan en un playón frente a Desepaz.Las escenas siguen pasando como las garzas reales y patiamarillas sobre las aguas, como los pellares que cuidan huevos en las orillas forradas en cañabrava.La lancha se detiene en la cara oculta de Alfonso López, del lado del río. Los técnicos de la CVC han divisado una carretilla descargando escombros en el jarillón de ‘Brisas del Cauca’. Alguien advierte que es en el rancho de Plinio, un reciclador que ya tiene noticia judicial porque no cesa de echar escombros al río. El carretillero es un muchacho, no tiene identificación, dice que es NN, que no sabe cuándo nació, ni cuántos años tiene. La patrulla de Policía que llega encuentra tres balas de revólver en su maletín. Lo detienen.Pero lo que no se detiene es el vertimiento de esos escombros y otros desechos al río que le da de beber a Cali. Tampoco la destrucción de su cuenca, porque el déficit forestal del río Cauca en el departamento del Valle es de 260.453 hectáreas, según la CVC.A su paso por Juanchito el oxígeno se agota, la turbiedad que a veces sobrepasa las tres mil partes por millón no permite tomar el agua para su potabilización y se debe parar la planta de tratamiento. Ha ocurrido como 40 veces este año. Rosember apaga la lancha, pero la película inconclusa del río queda dando vueltas como un fantasma.Un Conpes limitadoÓscar Libardo Campo, director de la CVC, dijo que el Conpes de $1,3 billones hecho para salvar el río Cauca en su momento se vio mucho desde la óptica de los sistema de tratamiento de aguas residuales. Pero, de las aguas servidas el mayor impacto que recibe el Cauca es de la ciudad de Cali, y solo en la medida que esta capital avance al nivel secundario en el tratamiento de la Ptar Cañaveralejo, y en la medida que maneje las aguas servidas del sur de la ciudad, se van resolviendo los problemas.Alberto Ramos, presidente de la Junta Directiva de la CVC, dijo que el río está afectado porque no hay plantas de tratamiento de aguas residuales en el norte del Cauca y el sur del Valle. Además, hay afectación industrial y de producción pecuaria en orillas del río que vierten sus desechos al afluente.Los expertos dicen que el río presenta contaminación difusa a lo largo de su trayecto, generada por químicos resultantes de los procesos de fumigación o de fertilización en parcelas agrícolas. También recibe aguas provenientes de minería a través de los ríos tributarios del departamento del Cauca.Obras en CaliLa CVC y el Fondo Nacional de Adaptación invierten $212.000 millones en obras para recuperar el jarillón de Aguablanca en Cali. La CVC tiene comprometida una contrapartida por valor de $12.895 millones para las obras prioritarias.El cronograma de actividades se extiende hasta finales del año 2016, tiempo en el cual la CVC intervendrá un total de 26 kilómetros, en tres puntos neurálgicos: 17 kilómetros del jarillón del río Cauca en Cali, 7 kilómetros del dique de la margen izquierda del Canal Interceptor Sur y 2 kilómetros de un tramo de la margen derecha del río Cali en su desembocadura al Cauca, en el barrio Floralia.Vea aquí las fotos que le muestran el estado actual del río Cauca.

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