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“Juegos Mundiales le subieron la autoestima a Cali”: Alcalde Guerrero

El alcalde de la ciudad, Rodrigo Guerrero, dice que el comportamiento de los ciudadanos ha sido destacado. Asegura que “fue una pena muy grande” que el presidente Juan Manuel Santos no asistiera a la inauguración de las justas.

28 de julio de 2013 Por: Diana Carolina Ruiz G. - Reportera de El País

El alcalde de la ciudad, Rodrigo Guerrero, dice que el comportamiento de los ciudadanos ha sido destacado. Asegura que “fue una pena muy grande” que el presidente Juan Manuel Santos no asistiera a la inauguración de las justas.

Cali va para arriba, como un cohete. Esa es la percepción que hoy tiene el alcalde de Cali, Rodrigo Guerrero, tras el inicio de los Juegos Mundiales, marcados por un acto inaugural que todavía es motivo de aplausos y comentarios.El Mandatario local confiesa que, como a muchos, le hubiera gustado ver al presidente Juan Manuel Santos en los actos de apertura y, además, que en un principio llegó a dudar de la realización de las justas orbitales. En diálogo con El País, Guerrero reiteró que estos no son unos “jueguitos” y que en cambio, los Juegos Mundiales, junto a las obras que se están entregando, le subieron la autoestima a Cali. Hoy todavía se habla de la inauguración de los Juegos Mundiales que para muchos superó las expectativas. ¿Usted cómo la vio?Yo la vi muy bien. El espectáculo artístico fue realmente impresionante, digno de cualquier inauguración que se hace en otras partes del mundo. A mí lo que me gustó mucho fue el comportamiento ciudadano. Yo estaba al lado del Presidente del Comité Olímpico Internacional, un señor muy serio, y me dijo: la gente de Cali es realmente especial y en el estadio el comportamiento fue extraordinario. Tal como lo esperábamos de los caleños. Aún persiste molestia entre los caleños porque el presidente Juan Manuel Santos no asistió a la inauguración. ¿A usted también le quedó ese sinsabor?Cuando me llamaron a las 5:00 p.m. del jueves a decirme que el Presidente estaba en camino a una clínica por un problema de bronquitis, me pareció una pena muy grande. Era la oportunidad para darle las gracias porque los Juegos, en muy buena parte, se deben a él. Entiendo que la rechifla fue por la frustración de la gente, que además no sabía que eran razones de enfermedad por las que no venía. Yo entendí las causas médicas, pero hubiera querido una explicación diferente. La antesala de estas justas tuvo incertidumbre económica y poca credibilidad ¿en algún momento pensó que esto no iba a ser posible?Estos juegos no se habrían podido hacer, si el Gobierno Nacional no hubiera comprometido los recursos iniciales. Nos ayudó con $60 mil millones. También invirtió el Comité Olímpico. La única condición que puse era tener una persona que nos diera absoluta tranquilidad de su capacidad administrativa y su idoneidad moral para el manejo del dinero. Fue cuando el doctor Rodrigo Otoya aceptó encabezar los Juegos y después, vino el Presidente de la República a hacer el lanzamiento aquí. En ese momento, ya no tenía ninguna duda de que esto iba a salir adelante. Al comienzo, sí lo pensé porque yo no sabía cómo se daría todo. Si no hubiéramos tenido un gerente como Otoya, yo no me habría comprometido.Desde algunas otras regiones del país se escucharon comentarios sobre si fue conveniente o no escoger a Cali como sede de estos juegos. ¿Qué piensa de esto? Eso es normal. Pero que no les dé envidia, sino que se despierte el espíritu de competencia. Es que Cali llevaba mucho tiempo frustrada. Hicimos la Cumbre del Pacífico, que mucha gente decía que eso no se podía hacer aquí. Yo creo que está bien que en esta ciudad se hagan otras cosas. A mí me gusta la emulación. Yo creo que de eso se beneficia toda Colombia, que todas las ciudades tengamos posibilidad de competirle a Bogotá, a Medellín, que Barranquilla compita con Cartagena y que Cartagena lo haga con Cali. Eso es bueno porque ayuda a mejorar las condiciones de todos.¿Qué decir sobre aquellos comentarios que aseguran que estos juegos no son tan importantes a nivel mundial? En algunos sitios fuera de Cali, incluso en la ciudad, han dicho que estos son unos “jueguitos”, que eso no tiene ninguna importancia. Pues yo les quiero decir: El Presidente del Comité Olímpico Internacional fue quien los inauguró, en muy pocas ocasiones lo ha hecho. Para el Comité Olímpico, estos son unos juegos importantísimos. De modo que eso, a los escépticos, les da el mensaje claro de la importancia que tienen.¿Hasta ahora qué le dejan los Juegos a Cali?Primero, una infraestructura deportiva excelente. Se construyeron cinco escenarios deportivos, se remodelaron otros. Me llamó mucho la atención la inversión que hubo que hacer en el Coliseo del Pueblo, que era una cosa que a mí me tocó ver inaugurar hace 41 o 42 años. Estaba totalmente abandonado, las alcantarillas tapadas, sin agua, sin energía, sin silletería. Hubo que hacerle una inversión importante... ¿Y cómo se va a garantizar que después de esto los escenarios no queden en estado de abandono?Quiero crear una corporación para el deporte popular. Mi idea es hacerla con participación de las ligas, que son sus dolientes. Todos ellos tienen unas fuentes de ingresos importantísimas en los escenarios, tienen parqueaderos, tiendas y restaurantes que se pueden alquilar. El Municipio, el Gobierno Nacional y Coldeportes, ocasionalmente, donarían aportes especiales. Por ahora, hasta diciembre haremos un convenio con la Corporación para la Recreación Popular, para que explote esos escenarios, pero también se encargue de cuidarlos. El tema de orden público en la ciudad aún inquieta. Hay más de ocho mil policías en Cali custodiando los Juegos, pero hay quienes se preguntan si esto es suficiente...Es natural. Pueden producirse eventos naturales: un temblor, un rayo que apague la luz de un escenario y genere una estampida, se requiere una preparación para atender cualquier calamidad. Puede que haya gente interesada en generar desorden y entonces hay que prevenir todo. Los policías que tenemos aquí fueron los que manejaron la visita del presidente Obama en Cartagena. Tienen toda la tecnología: tres helicópteros van a estar permanentemente vigilando, hay aviones no tripulados, 300 cámaras en sitios estratégicos conectadas a un centro de comando, robots que desactivarían bombas. Estamos preparados y con la buena voluntad de la totalidad de los caleños no debe haber ningún problema. Organizaciones sindicales anunciaron protestas en el marco de los Juegos Mundiales para exigir lo que consideran derechos vulnerados... ¿Qué opinión le merece esto?Protestar es una característica fundamental de la democracia, y yo creo que es bueno, necesario y saludable. Creo que hay que estimularlo, pero depende de cómo sea la protesta y cuál sea la causa. Bienvenida sea la protesta, pero si es pacífica. Salir a hacer estas confrontaciones políticas, a dañarle la imagen a la ciudad es escupir para arriba. Los que quedamos mal somos todos. ¿Comparados con los Panamericanos del 71, los Juegos Mundiales marcarán una nueva historia para Cali?Yo creo que sí. Esto es una etapa que va a impulsar la ciudad hacia arriba, como un cohete. Lo digo porque, independiente de la cuestión económica, se trata de la autoestima colectiva, que los caleños nos demos cuenta de qué somos capaces. Los Juegos Mundiales le subieron la autoestima a Cali. Los ciudadanos están pagando US$720 millones de valorización. Eso significa confianza, es decir, que vale la pena. Con un túnel urbano, con el Bulevar del Río, con todas las opiniones de los que no son de aquí y que dicen “qué maravilla Cali”. Eso es muestra de que sí se están haciendo cosas buenas. No son solamente opiniones sesgadas de los que estamos comprometidos en eso.¿Cuál es el mensaje para los caleños durante estos días de fiesta deportiva?Lo principal es que tengamos un comportamiento impecable. Hay que recordar que cada una de esas personas que vinieron aquí van a volver a su país de origen llevando la imagen de lo que se encontraron: puede ser una ayuda, evitarle un problema a quien no entiende el idioma... esos pequeños detalles son los que debemos hacer todos los ciudadanos para tener una cultura muy grande. Tener especial precaución de la gente que pueda andar en otro plan, denunciar a la Policía cuando uno vea comportamientos anómalos, si es que se llegan a ver. Calidez, amistad, fraternidad, ese es el mensaje que tenemos que irradiar todos los caleños.

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