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Jóvenes discapacitados de Cali buscan ayuda para jugar torneo de fútbol

Son jóvenes con discapacidad cognitiva, futbolistas que buscan apoyo para ir a Fides. Juegan desde hace dos años en las mañanas de los martes, miércoles y viernes.

23 de mayo de 2015 Por: Redacción de El País

Son jóvenes con discapacidad cognitiva, futbolistas que buscan apoyo para ir a Fides. Juegan desde hace dos años en las mañanas de los martes, miércoles y viernes.

La felicidad, casi siempre, está hecha de pequeñas cosas. La felicidad de Juan Felipe Mejía, por ejemplo, es ser el arquero estrella de su equipo de fútbol.

Para él no hay mejor momento que un entreno en la cancha de su barrio, el Ricardo Balcázar, al lado de sus ocho compañeros.  

Juegan desde hace dos años en las mañanas de los martes, miércoles y viernes. Todos son amor puro e infantil  empacado en cuerpos de gente grande. 

Tienen discapacidad cognitiva y deseos enormes de hacer miles de cosas:  participan en un proyecto de panadería, ayudan a otros chicos con discapacidad en las tardes y les están demostrando a sus familias y amigos que los límites solo están en la mente de quien los imagina.

Hacen parte de la Asociación de Discapacitados del Valle, Asodisvalle, esa iniciativa  de Jeison  Aristizábal, para quien la parálisis cerebral no ha significado nada más que un motor para ayudar a quienes más lo necesitan.

Su fundación atiende a  480 niños y jóvenes con problemas motores y cognitivos, pero esa es otra historia... 

El proceso de la mayoría de estos muchachos, cuenta Jeison, es muy similar. El encierro y la desorientación de las familias hacen que al comienzo los niños salgan poco y ni siquiera tengan  amigos. 

“Con quienes tienen discapacidades más complicadas incluso hay mucho rechazo y hasta abandono de los padres. Se cree que ellos no pueden hacer absolutamente nada, cuando en realidad lo pueden todo. Comenzamos por  demostrarles primero a las familias  que la vida de ellos también puede tener muchas facetas”, dice Jeison, quien cursa séptimo semestre de Derecho en la Universidad Santiago de Cali.

Esto del fútbol, entonces, es solo una excusa para incorporar a estos jóvenes especiales en actividades cotidianas que llenan sus vidas de sentido. 

Juan Felipe y sus compañeros adoran el balompié, como cualquier chico. La mitad es del América, la mitad del Deportivo Cali. Todos mueren por  Falcao,  por James, vieron el Mundial y están esperando la Copa América.

Sin embargo, hay un amor que supera a todos cuando de figuras de este deporte se trata: “¡David Ospina!”, grita, por supuesto, el arquero del Ricardo Balcázar, poniéndose la mano con guante en el pecho. Y entonces todos los demás contestan: “¡Sí!”.

 El Club Deportivo de Asopalle, como ellos lo llaman, fue invitado a participar de los juegos deportivos especiales de Fides de este año, en Bogotá.

Y no hay otra cosa de la que se hable ahora en este campo de juego. Bogotá, esa que es fría, que es lejos, pero donde habrá una cantidad de gente como nosotros, dicen.

Ahí es donde entra la magia de los milagros que siempre han rodeado la obra de Jeison Aristizábal. Este 30 de mayo se les acaba el plazo para pagar la inscripción de $6.200.000, que les incluye alojamiento y algunos refrigerios, pero la plata no está todavía, como tampoco los pasajes.

“Somos ‘cracks’ en busca de patrocinio”, dice el director de Asodisvalle y se ríe.  Sabe que pasará, que el patrocinio no es un imposible y que la felicidad, como bien lo sabe Juan Felipe, la harán las pequeñas cosas.

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