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Familia de 'genios': los hermanos Caicedo Angulo, científicos caleños

Los tres hermanos estuvieron nominados a los premios ‘Afro 2011’, un concurso de la Fundación Color Colombia que buscar hacer visibles los aportes de la raza negra al país.

15 de enero de 2012 Por: Luiyith Melo García | Reportero de El País

Los tres hermanos estuvieron nominados a los premios ‘Afro 2011’, un concurso de la Fundación Color Colombia que buscar hacer visibles los aportes de la raza negra al país.

A Alicia Angulo le dicen que tiene un vientre mágico, porque pudo dar a luz tres científicos de talla mundial. Algo que no es frecuente en ninguna familia, sobre todo en gente campesina, sin antecedentes académicos como ella y su esposo Héctor Caicedo, que salieron hace casi 40 años de Barbacoas, Nariño, y llegaron a Cali, en busca de mejor futuro.Ella se siente orgullosa de sus hijos y de la admiración de los vecinos que vieron crecer a los muchachos en las calles del barrio El Troncal. Unos chicos humildes, amantes del fútbol, estudiantes de escuela pública que de pronto (y no por casualidad) hoy terminan en Harvard y MIT investigando nanotecnología, buscando curas para el Párkinson y vacunas para la malaria. O produciendo materiales más resistentes que el acero para la industria.Pero no es casualidad. “Es dedicación”, dice el profesor Pedro Pietro, el eminente científico de la Universidad del Valle que ha tutoriado a dos de los tres hermanos, Hugo y Julio César. El primero, apenas con 32 años, es ingeniero electrónico, candidato a doctor en bioingeniería en la Universidad de Illinois, y fue aceptado en un postdoctorado en el Health, Science and Tecnology, de las Universidades de Harvard y MIT, donde investigará micro y nanotecnologías para el desarrollo de la medicina regenerativa.El año pasado, Héctor Hugo ganó tres becas y fue reconocido por su “excepcional potencial en investigación   multidisciplinaria  y capacidad creativa” por la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos.Su familia dice que siempre fue bueno para las matemáticas y en el colegio Antonio José Camacho, donde hizo su bachillerato, empezó a formar su espíritu científico. Pero también jugaba fútbol, lo hizo en un equipo de Emcali de la mano de su padre que trabajaba en esta empresa. Pero lo suyo definitivamente sería la ciencia. En el 2006, la Universidad de Illinois se lo llevó a hacer alta investigación. Héctor Hugo había podido desarrollar en su tesis de pregrado en la Universidad del Valle -y en asocio con el Hospital Departamental-, una interfaz para el manejo remoto de pacientes con marcapasos o dispositivos cardiacos. Usando el celular, el paciente podría pasar información directamente del dispositivo al médico ausente para ayudar al manejo de situaciones críticas y prevenir infartos con el seguimiento de un protocolo.Ese era apenas el comienzo. Porque en Illinois entró a las grandes ligas. Allí trabaja hoy en su doctorado en biomedicina con un grupo de científicos para la creación de un dispositivo que ayuda a controlar el Parkinson. Según explica, el Parkínson no es más que un desbalance de una señal de voltaje, el cerebro rompe su comportamiento normal y envía señales de voltaje y por eso la gente empieza temblar. Lo que Hugo y el grupo científico intentan hacer es detectar esa señal y diseñar el dispositivo que envíe un contrapulso negativo para compensar esa disfuncionalidad.Pero todo no termina allí. Hugo ya fue aceptado en un postdoctorado en Harvard y MIT para trabajar en células madre que permitan la reconstrucción de neuronas, que son las únicas células del organismo que no se regeneran. Se trata de implantar células en el cerebro para que se empiecen a regenerar. Ni más ni menos que micro y nanotecnologías para el desarrollo de la medicina regenerativa. Julio César es el segundo discípulo del profesor Prieto Pulido y el otro diamante negro de la familia Caicedo Angulo. Es ingeniero de materiales, doctorado en ingeniería en la Universidad del Valle con apoyo de universidades de Estados Unidos, España y Suecia.Trabajó en la búsqueda de nuevos materiales que no están presentes en la naturaleza para usos industriales. Entonces descubrió un nuevo material que respondía mejor al desgaste de las herramientas de la industria del papel. Eso tuvo impacto internacional, y a Julio César también le ofrecieron irse a la Universidad de San Diego, California; a la de Campinhas, de Brasil y a la de Barcelona, España. Pero al igual que el profesor Prieto, él prefirió quedarse en la Universidad del Valle produciendo conocimiento para la región.Sorpresivamente, aquí sólo está como docente hora cátedra e investigador del Centro de Excelencia en Nuevos Materiales. Dice que quiere aportarle a la Universidad, al departamento y al país. Pero no sabe cuánto tiempo le pueda durar este sacrificio si no aparece el estímulo.Lo que Julio César hace es sintetizar en un reactor algunos materiales, se pulverizan, se provoca una reacción en el plasma y se hace una recombinación de ellos, lo cual genera nuevos materiales con propiedades sorprendentes.El profesor Prieto dice que no puede ser objetivo al hablar de su discípulo porque “no es sino mirar su hoja de vida, son pocos ingenieros con doctorado que tienen esa formación. Es un fuera de serie”. La tercera joya de doña Alicia y don Héctor (que en realidad es la primera, porque es la mayor de los tres hermanos), es Olga Lucía, una científica formada al lado del investigador Sócrates Herrera que busca con tesón hace muchos años la vacuna contra la malaria.Aunque dicha vacuna aún se está probando porque el virus es mutante y complejo, en ese proceso Olga Lucía logró probar un biológico con resultados eficaces para un tipo de virus en poblaciones de Tumaco y la Costa Pacífica.Contrario a sus hermanos varones, la niña Olga Lucía no salía de su casa. Cuando llegaba del colegio Intenalco, seguía pegada los cuadernos. Alicia, su madre, le decía que saliera, que fuera donde sus amigas y se divirtiera, pero no lo hacía porque gozaba más resolviendo sus tareas. En la Universidad del Valle estudio bacteriología realizó estudios de maestría en Ciencias Básicas Médicas en la misma institución. Actualmente es la jefe del Banco de Tejidos de la Fundación Cardiovascular de Colombia, uno de los dos bancos de tejido cardiovascular del país. En el 2008 fue la directora del Banco de Ojos de Cali. También se la reconoce por realizar investigaciones en inmunología con la Universidad del Valle, la Fundación de Medicina Tropical del Amazonas de Brasil y la Universidad de Michigan de Estados Unidos.Los tres hermanos estuvieron nominados a los premios ‘Afro 2011’, un concurso de la Fundación Color Colombia que buscar hacer visibles los aportes de la raza negra al país. Hugo y Olga ganaron en las categoría Academia y Sector Salud, respectivamente. Julio César dice que no ganó porque compitió en la misma categoría que su hermano Hugo. Pero es como si hubiera triunfado.De hecho, los tres son un triunfo de la ciencia. Unos de los mejores frutos de la Universidad y del Departamento del Valle. Y, sin duda, tres milagros del vientre mágico de doña Alicia.

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