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¿Están en riesgo los acueductos de la zona rural de Cali por la minería ilegal?

En corregimientos de Cali temen que el agua tenga cianuro y mercurio por la minería ilegal. Debate entre expertos crea preocupación.

26 de enero de 2015 Por: Redacción de El País

En corregimientos de Cali temen que el agua tenga cianuro y mercurio por la minería ilegal. Debate entre expertos crea preocupación.

El río Felidia ya no es el mismo. De un tiempo para acá, en la cuenca media, se ve revuelto y el lodo opaca lo cristalino de sus aguas. Antes, dicen los moradores de la zona, los sedimentos solo se notaban en épocas de lluvia, pero ahora hasta en verano se observa la tierra removida. También aparecen manchas sobre el espejo del agua. Como la que se encontró en la primera semana de enero un habitante de la vereda El Diamante, de Felidia. Era una capa aceitosa que pintaba el agua de un efecto tornasol. Y junto a la mancha vio a varias personas buscando oro en el río.Además del barequeo, esos mineros, dicen en el sector, estaban usando químicos. Tal vez mercurio y cianuro, como se hace en lo más alto de los Farallones de Cali, allá en las Minas del Socorro, en el Alto del Buey, donde la minería ya es semiindustrializada.Esta semana, y tras la denuncia de la comunidad, El País acompañó a un grupo técnico de Parques Naturales, entidad a cargo del Parque Natural Farallones de Cali, a la zona. En la inspección visual realizada se encontraron costales en los que, aparentemente, se guardaban químicos e insumos. El sitio está a hora y media de camino a pie de El Diamante.Adicionalmente, se pudo constatar la existencia de dos campamentos dedicados a la extracción de oro sobre el lecho del río. En ellos se encontró parte de los equipamientos usados para lavar la tierra y extraer el mineral.“En este sector, la coloración del río es más naranja. Eso está relacionado con un proceso de sedimentación que está afrontando el río, por cuenta de la remoción y lavado de tierra que se hace desde las Minas del Socorro y sectores cercanos”, explicaron técnicos de Parques a este medio durante la visita.A ciencia cierta, no se sabe si hay presencia de mercurio y cianuro en el agua. Voceros de Parques Nacionales en el Valle anunciaron que contratarán la toma de muestras para analizar la calidad del agua del río Felidia y otros afluentes en el segundo trimestre de este año. Porque la preocupación que ronda a los líderes de la zona rural de Cali y a las autoridades que cuidan el parque es que la minería ilegal contamine las fuentes de abastecimiento de sus acueductos.“En Peñas Blancas se dice que mascotas que tomaron agua de la quebrada La Mina, la que está más cerca de las minas de El Socorro, se enfermaron y luego murieron. La quebrada El Pato (en la Leonera) también sufre los efectos de la minería. El temor es que esta contaminación llegue a quebradas como el Roble y Felidia, de la que se surten cientos de personas. Es una realidad que las autoridades se niegan a ver”, dice un habitante de la zona rural que pide no publicar su nombre, por el miedo generalizado de denunciar a los mineros y la contaminación que provocan.Los rastros del problemaLa preocupación de los líderes comunitarios parte de una premisa: ¿cómo es que en las mediciones que hacen las autoridades ambientales a la calidad de agua no aparecen rastros de mercurio o cianuro, si la intensidad de la minería en los Farallones no ha parado en los últimos años? Parques Nacionales tiene documentado el hallazgo de cianuro de sodio en las Minas del Socorro, entre otros químicos, durante el último operativo de control realizado en la zona (septiembre del 2014) en conjunto con la Policía y el Ejército.“En esa ocasión encontramos desagües donde se lava el material con los químicos, sustancias tóxicas, tanques de arena donde se procesa el cianuro. Y la situación hoy es la misma. Estos insumos siguen llegando a la loma, se sigue extrayendo oro y los residuos están afectando las fuentes hídricas y el ecosistema en general”, indican voceros de Parques Nacionales en el departamento.El personero Andrés Santamaría advierte que “las comunidades son las vulnerables, toda vez de que están más cerca de las zonas de vertimientos y el recorrer del agua es mínimo, lo que hace que la presencia de metales sea mucho mas alta en la parte alta que en la parte baja”.No obstante, la CVC asegura que en las mediciones hechas en 2014 (se hacen cada semestre del año) encontraron trazas (rastros) muy pequeñas de cianuro “por debajo de los límites establecidos por la norma, que probablemente correspondan a lixiviación (descomposición) de semillas u otros procesos de origen natural”, explicó Luis Marina Baena, coordinadora del Laboratorio Ambiental de la CVC. Para el caso de mercurio “nunca fue detectada la presencia en las cuatro bocatomas en las que hicimos mediciones durante siete días, a la misma hora (Río Cali, La Reforma, Puerto Mallarino y la Rivera, de Emcali). Los resultados son tranquilizantes, no hay ningún peligro”, agrega la funcionaria.Carlos Duque, representante de la CVC en la Mesa Regional Minera, explica, además, que “el cianuro tiende a evaporarse y el mercurio queda en los sedimentos, se va hacia el fondo del afluente, por lo que es muy difícil que se contaminen las bocatomas que surten el acueducto de Cali. Las trazas mínimas encontradas no son perjudiciales para la salud humana”.Duque también argumenta que “las trazas bajas de esos metales indican que la minería que se está haciendo en los Farallones es de bajo impacto, no como lo ocurrido en Dagua. Arriba no hay un gran yacimiento de oro, por lo que la explotación no es tanta”.Pero para Inés Restrepo Tarquino, investigadora del área de Gestión de Recursos Hídricos del Instituto Cinara, de la Universidad del Valle “esas trazas pequeñas tendrán implicaciones de mediano y largo alcance. El peligro es que se sedimenten, que los microorganismos guarden ese químico y se transporte a través de la cadena alimenticia: los microorganismos lo pasen a los protozoarios, los protozoarios a los peces, los humanos se comen esos peces. La minería es un problema de salud pública”.Agrega que “no se hace la tarea completa en cuestión de mediciones de la calidad de agua. Todo el año deben hacerse muestras, una sola no dice nada, no hay datos significativos generales, son mediciones muy puntuales”.Para aclarar las dudas sobre la calidad del agua de ríos como el Felidia, Pichindé y algunas quebradas, los mismos líderes comunitarios estudiarán la posibilidad de contratar por su cuenta estudios y muestreos con laboratorios certificados.El próximo 29 de enero se realizará la primera reunión de la Mesa Regional Minera (que reúne a la CVC, Gobernación del Valle, Procuraduría Ambiental, Policía Nacional, entre otros) para analizar el problema en los Farallones.

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