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"En el jarillón no se va a hacer un Disneylandia": Secretario de Gestión del Riesgo

El secretario Rodrigo Zamorano, dice que la salida del dique no es negociable y que la gente no se quiere ir porque no paga impuestos ni servicios.

4 de julio de 2016 Por: Alda Livey Mera | Reportera de El País

El secretario Rodrigo Zamorano, dice que la salida del dique no es negociable y que la gente no se quiere ir porque no paga impuestos ni servicios.

Antes de que el jarillón del río Cauca se rompa, Rodrigo Zamorano, secretario de la gestión del riesgo del Municipio  busca romper los paradigmas que  impiden que los habitantes de la zona de protección del principal afluente de la ciudad, accedan a la reubicación que les ofrece el Estado.   

Así lo dijo a El País cuando el 76% de  probabilidades de que haya Fenómeno de La Niña este año, reviven la amenaza de la ruptura de este dique y de una  inundación de gran magnitud en Cali. 

Cuando dicen que si  no  se hacen ya las obras del jarillón, este se puede reventar, ¿somos dramáticos, alarmistas o apocalípticos?

Tan importante, estratégico y amenazante es que el jarillón se fracture, que la Presidencia de la República y el Fondo de Adaptación  priorizaron en todo el país cuatro proyectos de  mayor  riesgo en términos de pérdidas de vidas y del patrimonio: Mojana, Gramalote, Canal del Dique y Jarillón del Río Cauca. 

Nuestra urgencia principal es la desocupación del jarillón del Río Cauca para la construcción de las obras de  mitigación y reforzamiento, pero aún no lo  han desocupado...

Falta romper paradigmas. Uno, que la gente diga que lleva allí 41 años y no ha pasado nada. Claro, pero porque no se han presentado dos eventos: el río hoy está a 240 mts 3/seg de volumen, pero cuando tuvimos Fenómeno de La Niña, estuvo a 1500 mts 3/seg. Los ingenieros holandeses  –esto es ciencia, no es  una pataleta–, nos decían que a 1500 mts 3/seg se generan unas presiones laterales muy fuertes. Y ante  un sismo o subducción o liberación de energía, esa zona 6 que abarca todas las comunas junto al río,  tiene una aceleración de 0,25 cm/seg. y  es probable que el jarillón se licúe. En una ciudad de dos millones y medio de habitantes, no podemos  apostar a que no tengamos Niño ni Niña.

¿Y cuáles son los otros mitos?

El segundo paradigma por romper es el que dice que la Nación va a poner allí un Disneylandia, lanchas, puertos,  edificios y  centros comerciales y  que eso es para los ricos. Eso no es cierto, es una leyenda urbana. Lo que sí va a haber es una gran alameda peatonal,  un  corredor de 26 kms., –desde el Canal Interceptor CVC Sur hasta el río Cali–, donde no habrá ninguna construcción sobre la corona del jarillón, como tiene que ser. Ni siquiera puede haber árboles. El humano debilita el jarillón porque las sobras de  comidas atraen la hormiga arriera, deja las aguas servidas,  mete vehículos.  Esta alameda será para la comunidad, para que en vez de darle la espalda al río, le de la vista al río.

¿Y el tercero?

El último es  que la historia no nos va a juzgar porque no pudimos sacar a estas familias del jarillón. Es innegable que se no se pueden quedar allí, se tienen que ir. Tenemos un compromiso muy grande de reubicarlas porque 8777 familias no pueden poner en jaque a dos y medio millones de habitantes fijos y 500 flotantes que tiene Cali.     

¿Cuál es el motivo de fondo por el cual no se quieren ir?

Uno, por la magnitud del proyecto, que es gigantesco,   el programa de relocalización más grande de Latinoamérica, de 8777 familias. No hubo alguno de estas proporciones. Y porque es más fácil quedarse allí no pagando predial, ni energía, ni agua, ni industria y comercio, ni valorización. Entonces, nadie se quiere ir. Claro, quién no quisiera vivir con acceso a vías, a servicios públicos y no  pagar un predial en su vida.

Pero ellos dicen que son dueños...

Hay que romper otro  paradigma:  que una protocolización ante una notaría da propiedad del predio. Eso no es cierto. Si usted vive 40 años en la Plaza de Cayzedo y lleva  unos amigos testigos  a una notaría, el Notario da fe de que usted vive allí, pero eso no le da propiedad. Nos muestran esas protocolizaciones, pero eso  es un bien público, no es vendible, ni embargable ni prestable ni heredable.  Y si va a la Oficina de Instrumentos Públicos, no va a encontrar títulos ni  escritura de eso.     

¿Se han reunido con estas comunidades?

Sí, muchas veces. Hay un equipo sicosocial trabajando con ellas. En últimas, saben que se tienen que ir y el Estado les está ofreciendo una casa con servicios públicos, vías, colegios.  Ellos tienen que entender que cuando están en un predio que no es suyo, eso no prescribe.  Si parquea su carro hace 40 años en el andén de su casa, el andén es público.

¿Cuál sería el impacto para ellos?

Ese uso afecta la vida de miles de personas, porque en una eventual ruptura del jarillón, la PTAR (Planta de Tratamiento de Aguas Residuales) de Puerto Mallarino, se va a inundar. La gente de ladera  o de las comunas 2, 3 o 7, dicen: ‘no, a mí no me toca eso’.  Claro que sí los toca porque la PTAR queda fuera de servicio y  a los cuatro días Cali se declararía en cuarentena porque  no habría cómo potabilizar el agua. El de Santa Teresita, Santa Rita, El Bosque, La Flora, dice: ‘no,  los que se inundan son ellos’. No. El  impacto es en toda la ciudad.  Si se inunda, Dios no lo quiera,  los que no se inundan, les toca irse a vivir a Palmira, Cartago o Armenia porque Cali no será viable. Igual pasa con el sismo: creen que solo pasa en Ecuador, en Chile, en Armenia, pero no se dan cuenta que la onda es la misma.             

Pero se han vuelto a invadir sitios que ya estaban desocupados...

No, se han sacado. En algunos han armado cambuches, pero las zonas ya están liberadas. Es claro que la cifra no la vamos a mover: son 8777 familias verificadas en 2011 y no se van a hacer más verificaciones. El espíritu del proyecto  es  proteger la vida de los que estaban en riesgo en la ola invernal.  Es el único beneficiario. No es para el propietario de 7 u 8 casas con inquilinos. A ese no le va a tocar nada. Ni al que llegó  de España, Venezuela o La Guajira. Otra aclaración importante: si usted fue verificado en 2011, pero sale con ‘cruces’ como una propiedad en Floralia, en Mompox o en Villavicencio, tampoco le va a tocar.

¿Qué zona desocuparán primero?

Depende. Son siete tramos, cada uno con su tipología: urbana,  de reciclaje, de inquilinatos, hay empresas de hasta  2000 mts2 y hasta una piscina semiolímpica y un zoológico. Navarro, que es zona rural, tiene un tratamiento especial contemplado en el POT. Ahí está todo el espectro, pero de un bien público. En Puerto Nuevo sí tienen escrituras y para ellos hay otro tratamiento. El riesgo  es muy alto y riesgo que Usted no mida, es riesgo que Usted asume. Es más fácil pasar agachado y decir, ‘sino ha pasado en 40 años, sigamos’, pero es una decisión del alcalde Maurice Armitage y del presidente del Fondo de Adaptación, Iván Mustafá, que Cali no puede vivir con un riesgo inminente ni al azar.  

¿Las viviendas están listas ya?

En El Pondaje y Charco Azul hay un grupo grande, en Santa Helena, otro, porque el Fondo de Adaptación compra las casas. La Alcaldía no se quiere complicar. No tiene intereses comerciales. Hemos entregado 1900. Estamos en proceso de construcción, pero como no tenemos listas las familias, no se les  entrega. En enero de 2017 vamos a entregar unas 2000 y en dos años, el resto. El cronograma  está para adjudicar la totalidad en 2017 y 2018,  porque el Fondo de Adaptación desaparece en tres años.

¿Cómo es el plan de salida?

Cada  tramo tiene su equipo social (sicólogos, trabajadores sociales, antropólogos, sociólogos, economistas),  para decirles ‘ustedes se van a ir. La ida no es negociable. Vamos a ver cómo se van’.  Si la persona es discapacitada o un adulto mayor, le tenemos que dar una casa en un primer piso. Si tiene una tienda, lo ubican  en una esquina. A cada uno hay que darle una receta a su medida.

¿Y los de las marraneras?

Hay un señor que tiene 800 cerdos. Hay que pedirle  que nos muestre el registro fitosanitario y ver las aguas servidas dónde van a dar. Esas 8777 familias depositan sus aguas servidas sin tratamiento en el río Cauca. El riesgo y la amenaza es para toda la ciudad, no  solo para ellos. 

¿Hasta cuándo los esperarán?

Hay que persuadir a unos y sacar a otros, porque uno los persuade durante un tiempo, pero luego hay que sacarlos y hacer una restitución. Eso tiene que tener dientes. Se les dice, ‘mire, usted está en riesgo, se va a morir’, pero llega un momento en que se les notifica. A muchas familias ya se les ha notificado. De los reubicados, unos  fueron voluntarios, pero otros fueron por restituciones. 

¿Hay unos puntos de mayor riesgo?

Los ingenieros holandeses y de la Universidad del Valle ya hicieron unas batimetrías (perfil del río), midieron el riesgo e identificaron seis puntos críticos. Pero la intervención es en los 26 kms porque consideran  el proyecto fundamental para la ciudad. No es un capricho, es la única forma de que la ciudad sea viable en periodos de retorno de 1 en 500 años (la lluvia más intensa en ese lapso). 

¿Qué obras de reforzamiento y mitigación están terminadas y qué garantía dan frente a La Niña?

De los seis puntos más vulnerables, se han hecho dos obras muy grandes, la de Puerto Mallarino y la del puente del Río Cauca, son monstruos. En agosto próximo arranca el Parque de la CVC, que tendrá 1500 mts2. y se terminará este año. Por ahí, ya no se va a romper el río, porque empezamos por las más riesgosas. Consisten en construir  barreras físicas, dinámicas, unos muros de cemento enterrados de 10 o 12 metros, que van a contener ante un eventual sismo. 

¿Y cuándo llegará La Niña?

En junio el fenómeno neutro aumenta a un 80 %, o sea que hoy ya no tenemos Niño. Esa neutralidad empieza a bajar en agosto y muchísimo en octubre. La Niña empezó en junio con 10, 15 %, en agosto  aumenta a un 65 % y en octubre estará en un 72 %.

¿Qué riesgo hay de perder los recursos del Gobierno Nacional para esas obras, sino se realizan ya?

Ninguno. El proyecto vale $963.766 millones. El Fondo  aporta $529.000 millones, la CVC, $69.000 millones, Emcali, $82.000 millones y  el Municipio $127.000 millones. La directriz es  invertir esos recursos y dejar a Cali resiliente con respecto a su vulnerabilidad frente a un sismo. 

¿Qué tanto ha empeorado el jarillón desde la pasada ola invernal, que se decidió que había que desocuparlo?

La historia no nos puede juzgar por impericia ni por negligencia, porque nos están dando los recursos, el gobierno holandés y la Universidad del Valle ponen la tecnología, tenemos todo para que Cali sea resiliente y tenga posibilidades de sobrevivir porque estamos hablando es de un tema de amenaza a la supervivencia.

CifrasEl programa de reubicación beneficia a  8777 familias.   Han reubicado a 1860 y faltan 6917. Son unos 6000 techosLas obras abarcan 17,3  kms. del río Cauca, 7,7 kms. del Canal Interceptor  CVC Sur y 2 kms. del río Cali. Zonas vulnerables

 La zona de ladera tiene riesgo de derrumbes por deslizamiento  y por saturación de la tierra. Las comunas 1, 18 y 20 tendrían problemas  por el mal manejo de las aguas lluvias. “Por eso pedimos tanta colaboración porque cada día estamos retirando 111 toneladas de basuras. Hay inescrupulosos y sociópatas  que tiran  enseres al sumidero y  después de tenemos una desgracia”.

”Otros me dicen: ‘el río se me metió a la casa’.  Les digo, ‘a ver, usted se metió al río, mire que usted no observó la línea de protección’. O   ‘se me cayó  la loma encima’, pero viven bajo una pendiente de 70°”.

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