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El temor ronda a los vecinos de la Bandera

Habitantes de barrios como La Cascada, Pampalinda, Cañaveral del Oeste y Cuarto de Legua están preocupados por el aumento de la explotación minera. La inseguridad y los problemas sociales que hay detrás de esta labor, el otro problema.

17 de septiembre de 2010 Por: Ximena Payán | Cali Sur

Habitantes de barrios como La Cascada, Pampalinda, Cañaveral del Oeste y Cuarto de Legua están preocupados por el aumento de la explotación minera. La inseguridad y los problemas sociales que hay detrás de esta labor, el otro problema.

En enero eran 120 y hoy sobrepasan los 750. Ese es el estimativo que el Comité Ambiental de la Comuna 19 hace sobre el número de mineros que están arañando el Cerro de la Bandera.Y es la preocupación de los moradores de barrios como La Cascada, Pampalinda, Cañaveral del Oeste y Cuarto de Legua, vecinos de la montaña amarilla que amenaza con venirse encima de ese pedazo de Cali, debido a la explotación minera a la que es sometida desde hace muchos años.“En alguna ocasión nos dijeron que habían cerrado todas las minas porque el cerro se podría desmoronar y que ya no se podía explotar más. Pero ahora vemos cómo suben las volquetas a la Bandera, lo cual no deja de ser un peligro”, aseguró Nubia Orozco, habitante de Pampalinda.Para la Policía Ambiental, que en días pasados hizo un recorrido por el sector junto con un experto de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, que el cerro colapse no es una posibilidad lejana.“El impacto ambiental que se está generando allí es muy grande y si no se toman medidas inmediatas podría registrarse una emergencia, pues existe explotación tan artesanal que, de colapsar, pueden morir muchos mineros”, afirmó el comandante de la Policía Ambiental, sargento Yovanny Ñañez.Durante el recorrido, las autoridades constataron la apertura de nuevos socavones, muchos de los cuales miden hasta 150 metros de profundidad. Y, lo que es peor, que están sostenidos con una madera tan artesanal que podría generar accidentes.Mary Patiño, geóloga de la CVC, explicó que “la mayoría de mineros nuevos aducen que son desplazados de Micay y de otras partes del país. Otros llevan quince años y dicen que aún están esperando ayudas prometidas por muchos gobiernos locales que les incumplieron”.Agregó que, debido a las recomendaciones de la entidad, muchos mineros afirman que están ayudando a restaurar parte de la montaña a través de la siembra de pinos. También sostuvo que “hay varias partes del terreno que son susceptibles de fracturas, pero se requieren de estudios detallados para decir cuál es la situación real de éste”.De acuerdo con Irma Loaiza, quien vive en Bella Suiza, “el miedo es permanente y preocupa que haya presencia de tantos mineros, porque están socavando por debajo y dañando el cerro, lo que promueve posibles derrumbes”.Ante esta preocupación de los moradores de la parte baja de la Bandera, un arquitecto representante de la Constructora Jaramillo Mora, que adelanta un proyecto habitacional en el sector, sostuvo que “pese a que el tema preocupa, el proyecto contempla la reforestación de unas zonas secas del cerro y que lindan con las casas nuevas”. Y añadió que “nosotros, al contrario, hemos notado una disminución de la minería, no compartimos la opinión de que haya aumentado”.Sin embargo, el geólogo Flawer Raúl Ortiz, quien trabajó en el área de Recursos Naturales de la CVC y hoy integra el Comité Ambiental de la Comuna 19, aseguró que el sector es muy susceptible para realizar nuevas construcciones.“Por eso estamos buscando apoyo internacional para hacer realidad el proyecto de crear un ecoparque en el cerro, para lo cual se requieren unos 45 millones de dólares y un tiempo de diez años para trabajar en la recuperación del cerro”, anotó. Otros líosSi bien el tema ecológico es materia de mucha preocupación para los vecinos de la montaña, también los intraquilizan los problemas sociales que hay detrás de la minería ilegal. Parte de ello son los asentamientos de familias que explotan el cerro y de mendigos que ven que la zona se está poblando de manera subnormal y levantan allí sus cambuches. “Vemos con preocupación que en la Bandera, en la parte alta de Pampalinda, se están construyendo cambuches en cartón y madera, por lo cual la comunidad de la Calle 1 con Carrera 62 estamos angustiados, ya que esto ha generado inseguridad en los barrios aledaños”, denunció un habitante de ese barrio.Y es que varias familias de mineros han optado por establecerse en la montaña para evitar largas caminatas a la hora de llevarles el almuerzo o al terminar sus jornadas de explotación.Así lo sostiene Ortiz, quien explica que “además de atentar contra los recursos naturales, acabar con la fauna, se gestan problemas de inseguridad, pues por el cerro y las zonas aledañas ya no se puede caminar tranquilo”. Y aclaró: “No estamos diciendo que sean los mineros los que estén robando, pero al darse los asentamientos ilegales se propaga la llegada de gente inescrupulosa”.Por eso, las voces residentes en los barrios contiguos a la Bandera se levantan para que las autoridades generen soluciones que las beneficie y, de paso, les resuelva la situación a quienes se ganan la vida arañando la enorme y árida montaña amarilla que los amenaza.Historia de La BanderaHasta los años 90 el cerro perteneció a la empresa Chidral, que le dio vida a Procarbón e Inducarbón, las cuales garantizaban el suministro del mineral y la función de plantas eléctricas.Un total de 81 hectáreas de esta montaña fueron explotadas durante 30 años por la Central Hidroeléctrica de Anchicayá, que extrajo mineral.En 1995, tras el cierre de Chidral, la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, firma un convenio con los mineros del cerro para que lo desalojaran en ocho días.Ese mismo año se creó el Dagma y los mineros hicieron otro convenio con esta entidad para permanecer en allí. Sin embargo, la Alcaldía procedió a desalojar a los mineros y se buscó desarrollar lo que se denominó Ecoparque del Cerro de la Bandera.Entre 1995 y 1996 se frenaron las licencias de construcción en el lugar por parte de Planeación Municipal, ya que la zona fue declarada por el Estatuto de Usos del Suelo como de reserva forestal.En 1996, según una proyección, la construcción del ecoparque se demoraría diez años y su costo sería de $6.000 millones.El cerroUbicado al suroriente de Cali, entre las comunas 18, 19 y 20, este cerro tiene una altura sobre el nivel del mar de 1.080 metros. Su temperatura es de 24 grados centígrados. Es un bosque seco tropical. De acuerdo con un estudio de la Universidad del Valle, los periodos de lluvia son en los meses de marzo, abril y mayo, en el primer semestre, y septiembre, octubre y noviembre en el segundo semestre. Los otros meses corresponden a los secos.Parte de la vegetación de la Bandera corresponde a gramíneas, ciperáceas y algunas malezas de hoja ancha. Entre los árboles se destacan bambú, mano de oso o pata de gallina y aromo, entre otros.El cerro linda, entre otros, con los barrios La Cascada, Cuarto de Legua, Pampalinda, Puente Palma, Guadalupe y Cañaveral del Oeste.

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