El 'rebusque' de los venezolanos en Cali

Con una pequeña bandera de Venezuela amarrada a su cabeza, Ana Lobo y Judith Velasco sale todas las mañanas a ‘echarle bola’ (echar para adelante), como dicen en Venezuela.

Ellas hacen parte de la ola de venezolanos que instalaron negocios de empanadas y arepas en Cali. Es una escena ya común en varios puntos de la capital del Valle: inmigrantes del vecino país ofrecen este plato típico como alternativa de supervivencia.

Según Noralba García, secretaria de Convivencia y Seguridad del Valle, hasta su dependencia se han presentado cerca de 400 venezolanos a solicitar orientación, regularizar su estancia, acceder a servicios básicos de atención humanitaria, recibir información, y tramitar permisos de trabajo. No obstante, según datos de Migración Colombia, se calcula que al menos 4000 venezolanos habitan en el Valle del Cauca.

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Ana Lobo, de 53 años, oriunda de Mérida, vende arepas y empanadas en el barrio Versalles. Llegó a Cali hace dos meses buscando mejores alternativas para ayudar a sus familiares que aún se encuentran en Venezuela atrapados en la revolución Chavista.

“Yo empecé a vender empanadas porque vi que aquí la comen mucho, aunque la nuestra es muy diferente a la colombiana. Fue triste tener que llegar aquí, dejar todas nuestras pertenecías y no poder regresar. Esta ciudad nos ha brindado un apoyo grande y cálido”, narró la mujer.

En medio de lágrimas, Ana y Judith cuentan su historia. Las dos llegaron a visitar a sus hijos en Colombia y no pudieron regresar, pues el Estado de Mérida, en Venezuela, resulta ser uno de los más afectados por el régimen, en lo que ahora ellas llaman “un Estado de guerreros y libertadores”.

Daniel Capurro, un contador público de 27 años del Estado de Táchira, es otro venezolano que se suma a la venta de comida del vecino país en Cali. Desde hace dos meses labora en la Avenida Pasoancho con el puesto de comida que, según dice, han tenido muy buena acogida.

“Nunca en mi vida me imaginé estar en esta situación, pero por el bienestar de mi niña de dos años, mi esposa y yo tuvimos que tomar la decisión. Estamos agradecidos con los colombianos, con la comunidad caleña por la acogida, siempre son bienvenidos a comer arepa”, declaró
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Otro caso es el de la venezolana Sandra Díaz, de 33 años, que se pasea los fines de semana en el sector del Bulevar de Río con una nevera térmica vendiendo empanadas, llegó a Cali hace tres meses. Se refiere a la situación que ha tenido que enfrentar como frustrante y desconsoladora.

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“Yo estaba en República Dominicana, pero por ser una isla pequeña ya saturada de venezolanos, migración estaba deportándonos y yo no quería exponerme a eso, por eso decidí venirme para acá”, explicó.

Un perfil llamado Venezolanos en Cali, reúne a la comunidad del vecino país radicado en la ciudad. Un promedio de 9618 personas siguen la página que dispone de brindar toda la información para los residentes.

María José Pizani, una de las voceras de movimientos venezolanos en la región, y administradora de un grupo de WhatsApp llamado Organización Venezolanos en Cali, con 100 miembros, se pronuncia al respecto.

“Nos unimos en solidaridad con los nuestros, los que ya estábamos aquí y los que recién llegan, entre todos intentamos hacer público noticias de interés, empleos, orientar formas de tramitar los papeles, ya que hay muchos estafadores queriendo aprovecharse de la situación. En este espacio nos queremos sentir conectados como una pequeña parte de nuestro país unida”, concluyó la mujer.

Cualquier venezolano puede acercarse a las oficinas de Migración Colombia (Avenida 3A norte # 50N-20, barrio La Flora) o a la Gobernación del Valle (Edificio Palacio de San Francisco, Carrera 6 entre calles 9 y 10) para recibir orientación e información sobre la regularización de su estancia en Colombia.