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El electrizante arte de sobrevivir en las alturas

La pericia de los ‘linieros’, los hombres que se encargan de reparar los daños de energía en las alturas, es un arte. También un deporte. Una empresa del Tolima es su máxima exponente. Un vallecaucano, su gran campeón.

30 de agosto de 2014 Por: Redacción de El País

La pericia de los ‘linieros’, los hombres que se encargan de reparar los daños de energía en las alturas, es un arte. También un deporte. Una empresa del Tolima es su máxima exponente. Un vallecaucano, su gran campeón.

La prueba es tan seria que los hombres de Enertolima se estuvieron preparando durante los últimos cuatro meses. En todo ese tiempo ocho linieros de la compañía dejaron de trabajar y se dedicaron, exclusivamente, a entrenar. La jornadas de ocho horas diarias incluían sesiones de trote y gimnasio. Después, trepados en los postes de energía, se dedicaban a ensayar una y otra vez los procedimientos. Enertolima obtuvo el primer lugar en ‘rodeo eléctrico’, la prueba reina de la versión número once de los Juegos Nacionales del Sector Eléctrico que este mes se disputaron en Cali.Hicieron moñona. Uno de sus integrantes también ganó la competencia que, dentro del ‘rodeo eléctrico’, otorga el prestigio más grande que puede obtener uno de sus participantes: liniero de oro. Su nombre es Esleyder Grajales y aunque trabaja muy lejos, en Ibagué, nació en Jamundí. En la premiación, cuando escuchó el himno del Valle del Cauca, Esleider se erizó. Quizá tanta alegría se deba a que nunca había quedado campeón de nada y lo hizo por primera vez en su propia región. Al Tolima llegó muy joven, cuando apenas tenía 13 años, y todo fue por su padre, un comerciante de sombreros que viajaba de pueblo en pueblo. Hasta que llegó a El Guamo, un municipio considerado capital artesanal de Colombia, ubicado al suroeste del Tolima, y se quedó. En El Guamo se fabrica el sombrero tolimense. Esleyder hizo su vida. Ahora tiene una esposa, dos hijas y desde hace seis años es liniero. El oficio lo aprendió de forma empirica. “Es un arte”, dice. El arte de mantenerse a salvo El trabajo del liniero consiste en subirse a los postes de energía de los campos y las ciudades y reparar daños enfrentando dos enemigos: 13,200 voltios de electricidad y la altura. Esleyder sospecha que es el trabajo ideal para un hombre que, cómo él, necesita sentir el vértigo con tanta frecuencia como comida en la boca. Necesita, dice, sentir adrenalina, es una manera de sentirse vivo. El miedo del liniero, además, nunca desaparece y es necesario para no confiarse, para evitar dar un paso en falso. El ‘rodeo eléctrico’ consiste en hacer, precisamente, el trabajo que se hace todos los días, solo que a nivel competitivo. En las pruebas – son siete en total - se deben hacer montajes de circuitos, cambiar un transformador, hacer maniobras de rescate de compañeros representados por muñecos fabricados a escala real, pruebas de agilidad con balones.Gana quien haga todo en el menor tiempo posible y siguiendo todas las normas de seguridad. En este caso, tomar riesgos significa perder. En el trabajo cotidiano, arriesgarse puede significar morir o quedar mutilado, calcinado. En el rodeo eléctrico, en todo caso, se compite en postes sin energía y según John Wilmar Valencia, auxiliar de ingeniería de Emcali y organizador del campeonato en la ciudad, esta práctica también se hace en Estados Unidos, México, Argentina, Brasil. “La competencia esta vez estuvo muy reñida. Todos los compañeros están en muy buen nivel con lo que se demuestra que en Colombia el trabajo del liniero se hace cada vez con más seguridad. ¿Qué ganamos? Yo creo que el reconocimiento, el respeto”, dice Esleyder, hablando aún con el tono agitado de quien ha ganado algo importante. Los vencedores en el ‘rodeo eléctrico’, sin embargo, reciben una medalla, nada más. Un liniero gana al mes entre un millón y un millón y medio de pesos, dependiendo si trabaja en la ciudad o en la zona rural, y para ser aceptados en el cargo deben cumplir ciertas condiciones: no ser obesos, por ejemplo, no tenerle fobia a las alturas y haberse capacitado en electricidad en instituciones como el Sena, son algunas de esas condiciones. Los Juegos Nacionales del Sector Eléctrico surgieron inicialmente para cumplir la Ley del Deporte expedida el 18 de enero de 1995 y respetar un derecho de cualquier persona, no interesa el número de horas que trabaje: ejercitarse.La idea con los Juegos es que los trabajadores de todas las empresas electrificadoras del país hagan deporte a la vez que se integran, se conocen e intercambian conocimientos sobre nuevos procedimientos. ¿Cómo hacer para cambiar un transformador sin arriesgar el pellejo? Los Juegos son de tanta importancia para empresas como Enertolima que además de preparar a sus trabajadores durante meses, los considera, casi, atletas de alto rendimiento: su equipo se hospedó con todos los gastos pagos en el Hotel Intercontinental de Cali. Junto a ellos, 1470 deportistas en representación de 18 empresas electrificadoras estuvieron compitiendo en 19 disciplinas distintas: ajedrez, atletismo, baloncesto, billar tres bandas, bolos, ciclo montañismo, fútbol, fútbol 5, golf, minitejo, natación, tejo, tenis de campo, tenis de mesa, voleibol mixto, voleibol arena, ciclismo en ruta, kartismo. En todas ellas, lo más importante era participar. En solo una, lo único importante era ganar: el ‘rodeo eléctrico’. Esa la máxima demostración del rigor con que esos hombres asumen un trabajo que beneficia a un país, que mueve a un país. Premiar la seguridad con que un liniero hace su labor, es un reconocimiento que va más allá del mismo concurso porque el oficio de esos hombres tiene alcances insopechados en todas partes: la escuela, el trabajo, el hospital, la casa, la calle, el parque, la cocina, el baño, el estadio. ¿Qué pasaría sin ellos? ¿Qué sucedería si nadie tuviera la valentía de subir a un poste de energía para reparar un daño y convertir la oscuridad en luz?Esa es la razón por la cual las pruebas deportivas no son otra cosa que una extensión de la realidad que los operarios deben cumplir con el mismo uniforme que llevan a diario, cuando no están compitiendo por una medalla: casco, botas, gafas con filtro UV, guantes, arnés, mosquetones de seguridad, líneas de vida, eslingas de posicionamiento y absorbedora de choques.En los Juegos Nacionales del Sector Eléctrico, Enertolima ha sido campeón en tres oportunidades desde cuando empezó a participar en el 2004. Esta vez, la prueba reina la ganó con Esneyder Grajales, vencedor al subir a un poste y ubicar en la cima un banderin aplicando todas las normas de seguridad. Las influencias de este vallecaucano entre los compañeros de su empresa pueden estar llegando incluso a otros ámbitos. En la capital de la salsa, Enertolima también ganó el concurso de baile y pocos en Cali lo pueden creer.

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