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El drama de la donación de órganos en el Valle del Cauca

En Cali, donde se concentra la mayor cantidad de donantes del occidente colombiano, más del 40 % de las familias que pudieron haber donado el año pasado se negaron a hacerlo.

16 de marzo de 2014 Por: Paola Guevara | El País.

En Cali, donde se concentra la mayor cantidad de donantes del occidente colombiano, más del 40 % de las familias que pudieron haber donado el año pasado se negaron a hacerlo.

Hay que aclararlo de una vez por todas: a nadie pueden dormirlo en un bar y secuestrarlo para extraerle un riñón. Es solo una leyenda urbana que haya gente que despierte en un cuarto de hotel, sin córneas, a causa de la acción criminal de supuestos traficantes de órganos. Noticias como esas venden, perpetuando la ignorancia, pero el costo de este amarillismo irresponsable es espantar a los posibles donantes de órganos y, por tanto, condenar a la muerte a miles de pacientes, que están en lista de espera para ser trasplantados.Así lo sostiene el doctor Luis Armando Caicedo, jefe de la Unidad de Tasplantes de la Fundación Valle del Lili, quien ve con preocupación el desplome de las tasas de donación de órganos en Colombia: pasamos de 12 donantes por millón de habitantes en el año 2010, a tan solo 7 donantes por millón de habitantes el año pasado. Y mientras hubo 15,9 % menos trasplantes entre enero y septiembre de 2013, lo que sí aumentó fue el número de pacientes que requieren un órgano: 43,8 % más que en 2012.Explica María Angélica Salinas, coordinadora de la Red Nacional de Trasplantes, que en el último año “en Cali y en Bogotá se sintió con mucha fuerza la negativa a donar. Mientras que en la capital del Valle la donación de órganos cayó 13,5 % en 2013, en relación con el año anterior, en Bogotá el desplome fue aún más grande: 25,8 % en comparación con 2012”.El tiempo apremia, la vida de miles colombianos está en juego y si las familias siguen diciendo ‘No’ a la donación, uno de cada cuatro pacientes en lista de espera fallecerá. Para comprender las razones de este drama y hallar salidas hablamos con el doctor Luis Armando Caicedo. Hay muchos mitos sobre la donación. ¿Es posible, por ejemplo, que a alguien el roben un órgano? Jamás. Un cirugía de estas no se puede hacer al azar, ni en un motel, ni en el baño de una discoteca, es una intervención muy seria que necesita una parafernalia muy grande. Decir por internet o por la TV que a alguien le sacaron los ojos impacta, vende, pero al que le hacen daño estas noticias es al niñito que necesita un hígado. Esas leyendas lo único que logran es desdibujar la imagen de los trasplantes y equivalen a condenar a muerte a mucha gente. Solo personal altamente capacitado puede realizar una cirugía tan compleja –y en Colombia no son muchos los especialistas-, además, previamente hay que hacer complejos estudios de compatibilidad entre donante y receptor, para saber si la operación es viable. ¿Es cierto que alguien que tenga el dinero puede pagar para conseguir rápido el órgano que necesita?No. ¡Lo meterían a la cárcel, y al médico también! El comercio de órganos está prohibido en Colombia y en el mundo. Ahora bien, si una madre quiere donarle un riñón a su hijo, o de un hermano a otro, o de esposo a esposa, lo estudiamos y se puede llegar a hacer. Lo que en Colombia está terminantemente prohibido es la mediación económica.¿Lo extranjeros se quedan con órganos que eran para colombianos?Hace varios años se detectaron unos casos y de inmediato se encendieron las alarmas y se hicieron los correctivos. Hoy, por ley, mientras haya un colombiano en lista de espera tendrá prioridad absoluta. Lo demás es desinformación. Lo que pasa es que el programa ‘Séptimo Día’, hace poco recicló un especial viejo, lo volvió a transmitir como si fuera actual. ¿Qué podemos hacer los ciudadanos comunes y corrientes para contribuir? El primer paso es discutir con los familiares el deseo de ser donador. ¿Usted, por ejemplo, ha hablado con su familia? ¿Sabe si alguno de ellos desea donar llegado el momento?- No, no lo he hecho formalmente…Ese sería un buen comienzo, fíjese que la gente se pone a pensar en la muerte y decide que quiere que lo cremen, o que lo entierren, que le lleven mariachis o que le canten “nadie es eterno en el mundo”, pero qué tal si, más bien, todos nos pusiéramos de acuerdo y dijéramos: el día que yo muera estoy dispuesto a donar para que parte de mí pueda seguir viviendo, para salvar la vida de otros, para que unos hijos no pierdan a un padre, para que unos padres no pierdan a un hijo, para darle esperanza a una familia colombiana que sufre. ¿Es necesario tener un carné que lo acredite a uno como donante?Más que tener un carné, lo urgente es manifestarles a los familiares que si uno llega a estar en situación de donar, desea hacerlo. Si alguien dice que no, hasta allí llega la discusión. ¿Pero hay una base de datos nacional donde uno quede registrado? No existe tal registro, por muchas razones. Se presta para suspicacias, porque la gente dice: “Me tomaron mis datos, ahora me van a mandar a matar”. ¡Es que la gente es así! ¡La gente piensa tan a la colombiana que ese tipo de métodos no funcionan! Es mejor que usted tome la decisión y se la comunique a su familia. Si la familia no aparece a tiempo, ¿hay permiso para extraer los órganos de un potencial donante?Si me caí de una chiva rumbera y llegué a la clínica con muerte cerebral y nadie se acredita como mi familia, hay una presunción de donación. Eso legalmente existe, si nadie aparece como familiar estaríamos autorizados, desde lo legal, para usar esos órganos. Pero esa posibilidad nosotros no hemos querido utilizarla, aunque la ley nos proteja. Y no nos gusta por una razón: imagínese la mala prensa si alguien lleva seis días buscando a su familiar y cuando lo encuentra resulta que ya le sacaron los ojos. Eso nos acabaría todo. Aparte, los familiares dirían “quién sabe si estaba muerto”.¿Y quién les asegura que el paciente, en efecto, está muerto? El concepto de muerte ha cambiado. Hace tres siglos se definía la muerte como la ausencia de respiración, por eso le ponían al muerto un espejo para ver si respiraba. Más adelante se creyó que alguien moría cuando su corazón se detenía. Hoy el mundo científico acepta, desde el punto de vista biológico y legal, la muerte cerebral. Muerte cerebral no es lo mismo que el estado de coma, donde uno puede perder la conciencia por días o meses y luego despertar. La muerte cerebral es definitiva, irreversible, por eso el médico puede desconectar al paciente sin pedirle permiso a nadie. Hay situaciones que dejan al cerebro sin circulación, el paciente murió pero con ayuda de equipos especiales el latido cardiaco y la respiración pueden sostenerse unas pocas horas para preservar órganos. Ese es el paciente que buscamos como donante. No todos pasan por muerte cerebral, eso hace que los candidatos a donar sean muy escasos.Con qué otra prevención se ha topado en estas décadas de trabajo¡Ah! Hay quienes ven una clínica como la Valle del Lili, tan bonita, y dicen “para qué donarles a los ricos, o a una clínica que es privada y que hace negocio con eso”. En primer lugar, la Valle del Lili no es privada, es una fundación sin ánimo de lucro y no es para los ricos, atiende a todos los pacientes sin importar su condición social. En estos años he visto pasar por aquí al señor que maneja la tractomula, niños, amas de casa, todos pacientes comunes y corrientes. Las EPS son las que pagan, nuestra labor es proteger la vida de todos. Donantes: ¿Vivos o muertos? El Dr. Caicedo explica: ”En casi toda actividad de curación se necesita un enfermo y un médico. Pero con los trasplantes es distinto: hace falta un tercer actor, que se llama donante de órganos, que puede ser vivo o fallecido.Donante vivo es el padre que le dona a su hijo un riñón para solucionar su falla renal. Pero no todo el mundo tiene un familiar que le done, o no aplica el donante vivo cuando lo que se necesita es un corazón o un hígado. Si no hay donantes, podemos tener las mejores clínicas, gran tecnología de punta, pero no habrá nada qué hacer, médicos y pacientes nos tendremos que quedar con los brazos cruzados. ¿Cuál es la ruta a seguir para un paciente? Entrar a una lista de espera. Si alguien está en falla renal, por ejemplo, lo dializan para que siga vivo pero la EPS le permite practicarse una serie de estudios para determinar si puede ingresar a lista de espera.

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