El Club Campestre cumple 85 años de tradición caleña

Su presidente, Ernesto de Lima Bohmer, habló con El País de los retos que tienen en materias social y ambiental.

El 27 de octubre de 1930 unos 20 socios dan el primer paso para lo que hoy se conoce como el Club Campestre de Cali. En sus orígenes se crea como un club de golf y, según cuenta su actual presidente, Ernesto de Lima Bohmer, hubo épocas en los que dicha organización “estuvo en la olla”.

Fue cuando alguien propuso que pusieran allí un hotel, que se convirtió en uno de sus motores de desarrollo.

Hoy este colectivo, que llega a los 85 años,  cuenta con más de 1630 socios. La conservación del pulmón verde que tienen en sus predios  y el desarrollo de obras sociales a través de su fundación son sus retos, de lo que habló con El País de Lima Bohmer. 

¿Qué significa para Cali el Club Campestre? Es un polo de desarrollo deportivo en el sur de la ciudad y una fuente de empleo para cerca de  940 personas. Adicionalmente es un pulmón de Cali. Si usted mira ciudades como Londres, París, Barcelona, Madrid, todas tienen pulmones y las autopistas les han dado la vuelta, no los han intervenido o cortado por la mitad porque la gente de estos países desarrollados valora muchísimo el tema del medio ambiente. En el Club Campestre de Cali existe uno de los pocos bosques secos que queda en esta región del país. Así que este es un ícono de desarrollo en Colombia. Es un club que ha sido líder en el manejo ambiental y en la pulcritud con que maneja sus proveedores y colaboradores. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a esta institución, que está cumpliendo 85 años. ¿Qué están haciendo para cuidar ese pulmón verde? Hemos desarrollado una serie de alianzas con la CVC y la Universidad del Valle. En el caso de los árboles se hizo un inventario muy detallado. Los bosques del club están regidos por una norma  del Ministerio del Medio Ambiente y no pueden ser intervenidos a no ser que este dé algún tipo de orden. Tenemos una gran riqueza en materia de fauna,  guatines y muchas aves migratorias. Incluso el  Club fue sede del encuentro internacional de avistamiento de aves y vinieron expertos a aprovechar este espacio, ya nos pidieron las instalaciones para el próximo año y en esa dirección estamos trabajando. Tenemos alrededor de 1.250.000 metros cuadrados de parque natural y eso le aporta a la ciudad un beneficio importante, por ejemplo, en calidad de aire. Aquí albergamos al menos 150 especies de aves, muchas de ellas vienen en época migratoria desde Estados Unidos o Canadá. Además, se ven muchos animales como el guatín, que está en vía de extinción, o perros de monte y lobos.  Recibieron recientemente una certificación ambiental, ¿en qué consiste? Hace un par de meses el Icontec certificó al Club Campestre de Cali en la norma ISO 14001, y hay que decir que  somos el primer club en Colombia en obtener esta certificación ambiental. Esto nos alegra y compromete como institución para tener cada día una mayor responsabilidad con el medio ambiente.  Dicha certificación está enfocada en organizaciones de diferentes tamaños y sectores que estén buscando reducir impactos y cumplir con la legislación ambiental.  ¿Y qué han hecho para reducir impactos en el medio ambiente? Lo otro que hemos desarrollado es la planta de compostaje, donde se están recogiendo los desechos orgánicos que producimos. Desde hace tres meses está funcionando y para darle una dimensión, transforma un 65 % del peso total de los residuos orgánicos que se generan. También, con la fundación hemos hecho la siembra de 6800 árboles en las cuencas de los ríos Lili y Meléndez, en lo que nos ha acompañado la CVC. Tenemos en proyecto una nueva sembratón con las familias del club, en diferentes áreas de nuestro espacio.  ¿Cuáles han sido los aportes hechos en materia social? En el 2002 se creó la Fundación con el objeto de mejorar las condiciones de vida de los boleros y los caddies que no contaban con beneficios  como salud, educación, apoyo en vivienda y otros temas básicos. En esos doce años hemos trabajado en los temas de educación, alimentación, salud y vivienda, hemos graduado más de 30  jóvenes en carreras técnicas, tecnológicas y profesionales y hemos otorgado beneficios de vivienda a más de cien personas. ¿Ahora cuál es la apuesta de esa Fundación? Con el apoyo de la Alcaldía empezamos el proyecto del Centro de Desarrollo Infantil (CDI) al otro lado del río Meléndez. Todos los socios del club mensualmente damos una cuota y esa cuota, más unos recursos de la Alcaldía, son destinados para construir esta escuela para el desarrollo de esta zona. El presupuesto son $5000 millones y esperamos tener la obra lista para finales de este año. Ahí se proyecta  atender alrededor de 350 niños diariamente. Eso será en la Comuna 18, altos de Santa Elena. El proyecto va en un 50 % de desarrollo.  ¿Por qué se interesaron en ese proyecto? Porque es deber nuestro velar por nuestros vecinos, colaborar con la gente que nos ha colaborado. Muchos de los vecinos son caddies del club, otros son personas que trabajan dentro de las instalaciones. Es una manera justa de compartir un poco de esa gratitud que tenemos hacia ellos.   ¿Qué se viene para el Club con sus 85 años? Estamos trabajando en una idea que es interesante, que es ‘85 años, un solo club’. Cuando inicié la presidencia encontré que por la naturaleza misma del club hay diferentes sectores, digamos, golf, natación, hípica, ecuestre, etc, y hemos tratado de articularnos más, de trabajar más como una empresa y se viene una serie de cambios interesantes. Se están haciendo inversiones en remodelación de los greenes de la cancha de golf, porque  ya les pasó su  momento.