El arte de la danza y la acrobacia

De martes a viernes, más de 20 jóvenes se reúnen en el barrio Miraflores para practicar esta disciplina. Destreza corporal, acrobacias, música y danza se unen en este arte marcial brasileño.

De martes a viernes, cuando los ultimos rayos de sol se asoman por la Sultana del Valle, un grupo de jóvenes caleños se prepara para cumplirle la cita al deporte de sus amores: la capoeira. Uno a uno llegan a la sede de la Fundación Guagua, ubicada en el barrio Miraflores, ataviados con sudaderas anchas, camisetas de algodón y algunos instrumentos musicales.Después de los saludos a sus compañeros y maestros, y una obligada sesión de calentamiento y estiramiento, una sinfonía de acrobacias, melodías y danza se hace presente en el recinto.Desde hace cerca de cuatro años, cientos de niños y jóvenes han practicado este arte marcial en Miraflores, convirtiendo este barrio en uno de los referentes del arte marcial brasileño en la ciudad.Édgar Mosquera es el entrenador y el capoeirista más experimentado del grupo. Asegura que más que un arte marcial, es un arte de lucha, ya que esta disciplina nunca fue concebida para la guerra, como sí sucedió con el karate, el kung Fu o el shaolin.Mosquera reconoce a la capoeira como un deporte integral, que puede ser practicado por cualquier persona.“Niños, ancianos, mujeres o personas de cualquier contextura física y habilidades motrices pueden ser capoeiristas. Sólo basta querer aprender y demostrar interés por esta cultura”, afirmó.La música en el recinto de entrenamiento no para y los movimientos que desafían la gravedad dejan sin respiración a los espectadores.Los menos hábiles practican expresión corporal, siguen la letra de los coros en portugués y prestan atención a las figuras de piso.Para Jorge Enrique Caicedo, uno de los practicantes de capoeira en Miraflores, este deporte es atractivo para muchos, debido a la multiplicidad de aprendizajes que brinda, tanto en la parte física como en la espiritual y cultural. “Esta práctica se hace cada vez más conocida por las exhibiciones callejeras, los juegos de video y las películas. Mucha gente está interesada en aprenderla y difundirla”, señaló. Actualmente, el Instituto Popular de Cultura apoya la práctica de la capoeira como un vehículo para emplear el tiempo libre de los jóvenes en la ciudad y es por eso que grupos como la Fundación Guagua imparten talleres de forma gratuita.“Mantener la mente ocupada en este tipo de actividades aleja a los muchachos de los vicios y los encamina desde pequeños al deporte”, agregó Mosquera. Aunque aún en Cali no hay torneos organizados ni una liga oficial, esta disciplina gana cada día más adeptos, que buscan ganar destreza y conocimiento antes que trofeos. Cuando son las 8:30 de la noche los más de 20 capoeiristas regresan a sus casas con las canciones en portugués repitiéndose en su mente.Al día siguiente, cuando el sol se esconda, una nueva cita con las acrobacias, la música y la danza espera por ellos.