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El 'ángel guardián' de los artistas colombianos

Siendo hermana de una cantante, Mery Salazar aprendió lo lejos que está el cielo para ellos, los artistas. Desde entonces lucha para acercarlo.

23 de julio de 2015 Por: Redacción de El País

Siendo hermana de una cantante, Mery Salazar aprendió lo lejos que está el cielo para ellos, los artistas. Desde entonces lucha para acercarlo.

Viviendo en carne propia lo que es hacer un artista, siempre me preocupó la estabilidad de los mismos, es por  esto que inicié una institución que respaldara y apoyara al artista colombiano. Se inició con el nombre de Gerardo Arellano y a los 8 meses se cambió por Fundación del Artista Colombiano.

El 24 de enero de 1990 reuní en mi casa 70 personas con las cuales se inicia (…) Soy hermana  de artista: Zorayda  Salazar, soprano caleña, y durante 13 años fui  su manager, viviendo en carne propia lo que es hacer y dirigir un artista. El tener conocimiento de las dificultades que se viven, influyó en mí crear esta institución (…) Realizar este trabajo en favor de los artistas, es cumplir con una misión que Dios me asignó”.

De esta manera, doña Mery Salazar de Sierra comienza explicando cómo fue que empezó su vida detrás de la Fundación del Artista Colombiano, de la que además de ser fundadora es su presidenta. Así que decir entonces que esa es su vida, antes que una explicación es precisión.

Ella, por ejemplo, una vez llegó a hipotecar su propia casa para pagar deudas de la entidad que superaban los noventa millones de pesos. Pasaron tres años antes de que pudiera hacerlo.  “Hay dolores de cabeza pero también satisfacciones por montones”, dijo hace tres meses en una entrevista a este diario, con motivo de los 25 años de labores de la fundación, que ahora en el 2015 celebra ese aniversario.

“Durante estos años de lucha y labor constante, hemos generado trabajo a más de 20.000  artistas a través de nuestros programas anuales: ‘El Musicalísimo’, que lleva 12 años; ‘De Regreso a Mi Tierra’, que cumplió 10,  y el ‘Festival Nacional de los Mejores Tríos’, que  llega a su edición 23 este año. Asimismo hemos logrado que 140 artistas serenateros gocen de Sisben a través de  la fundación. Igualmente atendemos nuestro semillero ‘Forjadores del Futuro, que son niños a quienes les enseñamos gratis música: guitarra, percusión, baile y canto. A la fecha atendemos los niños de Terrón Colorado, con quienes  abriremos la presentación del Festival Nacional de los Mejores Tríos el 5 de septiembre en la Plaza de Toros”.

La Fundación del Artista Colombiano empezó a funcionar en el Centro Comercial Plaza Norte, inicialmente en el mismo local donde doña Mery tenía una floristería: Flores Taiwán. Y de ahí pasó al 4-16 de la Carrera Quinta, en el barrio San Antonio, donde cumplió el cuarto de siglo. La historia de la forma en que doña Mery consiguió el lugar refleja, de una u otra forma, alguno de los rasgos más distintivos de su personalidad; aunque la intensidad que opera en ella, en todo caso, es intensidad de la “bueeeennaaaa”, tal como se lo dijo en otra ocasión también a El País.

Al preguntar por ese local, entonces una casa grande a la que estaban reparando el techo, doña Mery obtuvo un no. Y luego, otro día, otro no. Pero ella siguió insistiendo e insistiendo y ablandando con pandebonos al dueño, hasta que lo ablandó consiguiendo no solo el alquiler, sino que de los tres millones y medio que valía, le aceptara solo trescientos mil en plata; el resto lo negoció diciéndole que por ese monto le entregaba un certificado de donación. El dueño era el empresario Arcesio Paz (Harinera del Valle). “Don Arcesio me decía que si hubiera un curso donde enseñaran a la gente a ser intensa, tenía que escribirlo yo”, le contó a la periodista Merith Montiel Lugo, el pasado mes de abril.

Doña Mery dice que en estos 25 años nunca ha pensado en abandonar su labor. De hecho sigue trabajando en el sueño que trata de edificar desde hace mucho: la casa del artista.

En su sueño, se trata de un sitio propio, “una gran sede donde converjan todas la áreas del arte, el sitio obligado para que se reúnan todos los artistas, quienes conformando una gran familia, contribuyan a seguir dignificando su profesión. Soy una convencida que los artistas son bendecidos por Dios como seres especiales y que con ellos tenemos una deuda eterna ya que día a día nos hacen la vida más alegre y amable”.

Los sueños de doña Mery, suelen cumplirse y terminar sonando a ritmo de guitarras y tiples, con la afinación justa como para que también por eso: #DeCaliSeHablaBien.

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