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“El agua para Cali hay que buscarla al sur”: director de la CVC

Óscar Libardo Campo dice que la ciudad no sufrirá de desabastecimiento. Afirma que la región necesita grandes obras.

28 de agosto de 2012 Por: Luz Jenny Aguirre Tobón, editora de Entorno.

Óscar Libardo Campo dice que la ciudad no sufrirá de desabastecimiento. Afirma que la región necesita grandes obras.

En su tercera oportunidad frente al timón de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca, CVC, el ingeniero civil Óscar Libardo Campo, asegura que una de las prioridades de la región debe ser completar el proyecto de regulación del río Cauca, que comenzó con la construcción de Salvajina. Afirma también que aunque en el corto plazo Cali no va a quedarse sin agua, sí tiene que pensar en el abastecimiento a futuro, por lo que le suena la opción de aprovechar los ríos de zonas vecinas, como Timba y Jamundí. El fenómeno de El Niño y los estragos de la minería en el Valle, otros de los temas sobre los que Campo habló con El País.¿Está la región preparada para el inminente fenómeno de El Niño?Se habla de posibilidades del orden del 80% de que tengamos Niño. Es una probabilidad alta. Si nos atenemos a esos indicadores podemos decir que es mejor prepararnos que quedarnos de brazos cruzados. Por eso se han recogido los aspectos legales sobre el uso del agua y generado reuniones con empresas públicas de la región buscando que se establezcan planes de contingencia. Estamos usando todos los medios de comunicación para que se involucre a la comunidad, de tal manera que si El Niño es tan drástico como en otras épocas, estemos preparados. En el sur de California están viviendo unas sequías terribles, con problemas en la producción de alimentos. Nosotros nos podemos ver abocados a riesgos de esa naturaleza, no tanto en el Valle como en otras regiones del país, si el fenómeno se presenta de esas dimensiones. ¿Los efectos de ese fenómeno pueden ser mucho más agudos debido al mal estado de nuestra cuencas?, en el caso de Cali ya nos ronda el fantasma del desabastecimiento...Eso es relativo. El agua en el Valle tiene un uso competitivo altísimo. El consumo doméstico tal vez es el más bajo. Están el agrícola, que es un porcentaje importante (alrededor del 70%), el industrial y el recreacional, independiente de que la norma establece que el consumo para uso doméstico es prioritario. Esto significa que en el momento de una situación extraordinaria nosotros tendríamos que buscar que la actividad agrícola no asumiera el uso de las fuentes superficiales con la intensidad de hoy, sino que empezara aprovechar las subterráneas. ¿Qué tan serio es el riesgo de desabastecimiento?Cali es la ciudad que menos riesgo tiene de un desabastecimiento de agua porque Salvajina le permite garantizarle 110 metros cúbicos por segundo siempre a la altura de Juanchito. Ese caudal se estableció en su momento para por lo menos proveer una condición de calidad del agua. Creo que eso ha bajado, pero el agua todavía en las condiciones en las que se capta es tratable, salvo algunos eventos transitorios.Es que el caudal que se toma a la altura de Juanchito y que nosotros consumimos es de 9 o 10 metros cúbicos por segundo frente a 110 que lleva el río Cauca. No podemos ni siquiera pensar que nos quedamos sin agua, sería un evento catastrófico y aún no es tiempo del Apocalipsis. No obstante está claro que Cali tiene que avanzar en nuevas opciones de abastecimiento de agua...El tema de agua para Cali está más asociado no a los caudales sino al deterioro de la calidad y curiosamente la calidad se afecta con mayor continuidad en las épocas donde hay más abundancia de agua, por las crecientes de los ríos, que arrastran mucho material y se generan problemas de intratabilidad. La ciudad tiene que buscar que se pueda garantizar adecuadamente el suministro de agua y Cali está creciendo a una velocidad altísima hacia el sur. No es justo que el agua que viene por gravedad a lo largo del río Cauca la captemos a la altura de Puerto Mallarino y la devolvamos por bombeo para el desarrollo de Cali hacia el sur, eso habrá que evaluarlo, el bombeo es costoso porque va incluida la variable de energía. El agua de Cali, además de estar en el río Cauca, está al sur, en los ríos Jamundí, Claro y Timba, que son fuentes que hay que ir evaluando con proyección a 25 o 30 años, de tal manera que al menos se tengan los proyectos y sus corredores asegurados. ¿Qué tan viable es la propuesta de que Cali aproveche todo su capital acuífero subterráneo?Las aguas subterráneas son más la gran reserva antes que candidatas al aprovechamiento inmediato. Mientras haya aguas superficiales dejemos quietas las subterráneas y conservémoslas. ¿Hace falta endurecer las sanciones frente al mal uso del agua, teniendo en cuenta situaciones como las de Cali y Yumbo, donde las pérdidas son de más del 60%?Lo de endurecer sanciones es muy relativo. Si nos referimos a las pérdidas es algo que está en el marco de lo técnico y son situaciones que Emcali viene abordando y tiende a resolver porque es parte de su negocio. Para nadie puede ser negocio producir un metro cúbico y en las redes perder la mitad. No se puede tender a pérdida cero, pero sí moverse entre el 15% o 20%. El impacto asociado a esas pérdidas de agua no hay que mirarlo bajo el esquema de garrote, creo que hay que promover un cambio de cultura. ¿El Valle ya se repuso de los golpes de la pasada ola invernal?He sabido que algunas de las obras fueron las necesarias y que se hicieron adecuadamente, pero hay muchas más que es necesario desarrollar.¿Como cuáles?Mire, hace 30 años hablábamos del plan de regulación del río Cauca. Trabajé en Salvajina y en los primeros dimensionamientos de las obras en las planicies. Se hablaba en esa época de 20 o 25 anillos para adecuación de tierras y muy poquito de eso se hizo. Salvajina era parte de la solución, no toda. Evidentemente ahí hay una gran labor que debe ir de la mano del sector privado. Las obras no son de mucha complejidad, pero cuestan. Un anillo considerado en toda su dimensión implica diques en el río Cauca, diques en los ríos tributarios, canales de intercepción y de drenaje, así como sistemas de bombeo. En los años 80 había un crédito de US$25.000 millones con el BID para desarrollar esas obras. Ahora cuesta mucho más. Tenemos un convenio con el gobierno holandés para establecer cuáles son los trabajos que definitivamente necesitamos en el Valle para dormir tranquilos. Cuando lo sepamos hay que reunirse con todos los actores y ver cómo se financian. Las ‘obritas’ son necesarias, pero son muy importantes las ‘obrotas’, mire Salvajina. En mi última época en la CVC iniciamos el Brut, contra muchos que pensaban que eso era una locura. Y lo que hoy vemos es que en el norte del Valle tenemos siete municipios que se han reído de El Niño. ¿Por qué decidió volver a la CVC?Profesionalmente nací aquí, no sé si aquí me vaya a morir. La CVC es una organización emblemática que se ha ido diluyendo. No diré que era un barco en riesgo de naufragar, pero estaba navegando en aguas agitadas. Se me ocurrió el último día de las elecciones traer mi hoja de vida. Nunca pensé que me fuesen a tomar como referente, me sorprendió, así como la unanimidad en mi elección. Se ha señalado a la CVC por haber estado al servicio de la politiquería... ¿Cómo garantizar que eso no sea así?El problema de fondo es que la empresa asuma con responsabilidad el reto que la sociedad le ha impuesto. Y eso se logra trayendo gente buena si es necesario o promoviéndola. Independiente de los elementos partidistas lo más importante son el conocimiento y el compromiso. La gente le pide de todo a la CVC, pero a veces no le da mucho. La CVC no hace milagros.Situación en Zaragoza ¿Cuál es hoy la situación de la cuenca del río Dagua, fuertemente afectada por la explotación minera? La zona se ve con daños muy profundos...Eso fue un fenómeno explosivo e incontrolado en su momento, pero que ya se ha ido moderando progresivamente. En esa zona se movieron muchos intereses más allá de los que unos se imagina. En ese orden de ideas se ha logrado avanzar en el control de esas acciones, que involucran no sólo al río, sino a la Doble Calzada. Infortunadamente es un problema muy complejo.Lo que parece es que sencillamente los explotadores del oro se hay ido moviendo hacia otras zonas donde les va mejor, porque ya prácticamente acabaron con Zaragoza. ¿Qué ha pasado con la labor de recuperación?Entiendo que las máquinas, que en su momento llegaron a ser muchas, fueron todas desalojadas. Hay algunas allí, pero inmovilizadas. Lo que se hace con dragas está todo controlado, lo que perdura en algunos casos es la minería artesanal. Estamos buscando el acompañamiento del Gobierno nacional. Hay una sentencia que nos obliga a interactuar con el antiguo Ingeominas y nos obliga a aportar unos recursos para que la Universidad Central del Valle avance en estudios que permitan orientan los trabajos de recuperación. Eso no es fácil, incluso hay que esperar que la naturaleza nos ayude. Habrá algunas obras de estabilización de orillas, de recuperación de la zona forestal protectora, etc.¿Pero cuándo se verá algo de ese trabajo?Lo más importante es que esa intervención agresiva se suspendió, eso ya es mucha ganancia.

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