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¿Cuál es la clave para frenar la delincuencia en Siloé y Petecuy?

Dos jóvenes líderes en Siloé y Petecuy coinciden en que sí es posible acabar con el fenómeno de la delincuencia juvenil en el 2026. “Solo se requiere voluntad e inversión social”.

24 de abril de 2016 Por: Redacción de El País.

Dos jóvenes líderes en Siloé y Petecuy coinciden en que sí es posible acabar con el fenómeno de la delincuencia juvenil en el 2026. “Solo se requiere voluntad e inversión social”.

Dos jóvenes líderes en Siloé y Petecuy coinciden en que sí es posible acabar con el fenómeno de la delincuencia juvenil en el 2026. “Solo se requiere voluntad e inversión social”.

 

 

 

“Los jóvenes, más que plata, necesitan familia”: Einson Valenzuela

Einson Valenzuela. 38 años. Tres hijos. Caleño. Toda su vida ha vivido en Siloé. Toda la vida ha conocido las pandillas, las oficinas sicariales, los muchachos que deciden consumir drogas, asesinar, porque sí, porque ese mundo les ofrece un lugar al cual pertenecer. Una de esas pandillas lo hizo salir de su casa hace unos años. “Se metieron con nuestra familia. Nos amenazaron y tuve que irme a vivir más abajo”. Para esos días ya dirigía la fundación  Juventud, Arte y Vida que enseña diversas disciplinas artísticas a jóvenes y adolescentes de alto riesgo. 

 Hace cuatro años decidió regresar a su casa, arriba, entre calles angostas, al pie de la penúltima estación del MÍO Cable. “Quise volver, porque este mi barrio, por el que vivo, por el que trabajo”. 

¿Qué es lo que se debe hacer para que en diez años Siloé deje de tener los niveles de violencia que tiene?

Mirá, yo que llevo toda mi vida trabajando aquí sé muy bien que el problema con los jóvenes de nuestro barrio no es la pobreza. No, aquí los jóvenes no deciden hacer parte de un pandilla porque sean pobres y con eso quieran tener dinero o tener las cosas materiales que ahora no pueden. Aquí los jóvenes entran a hacer parte de esos grupos porque vienen de hogares disfuncionales, donde no tienen figuras paternas y maternas fuertes, y eso los hace sentir solos. Para ellos la pandilla es algo a lo cual pertenecer. Por eso, siempre lo he dicho: Siloé, y tal vez todo Cali, necesita reformular los valores de la familia. Los jóvenes requieren núcleos familiares que los orienten, que les sirvan de ejemplo, que les muestre un camino. El problema de Siloé es de amor, nos falta mucho amor.

Desde tu fundación, ¿qué se está haciendo?

Aquí uno se encuentra con otro problema. Muchos jóvenes no encuentran proyectos de vida, proyectos a los cuales pertenecer. En Juventud, Arte y Vida se hace eso. Nosotros les enseñamos a los jóvenes teatro, circo y carnaval, pero todo eso ligado a un proyecto de recuperación y fortalecimiento de valores y de convivencia, así como de recuperaciones espacio. Los adolescentes que trabajan con nosotros aprenden a hacer circo, aprenden a hacer teatro, pero también aprenden a respetar al otro, a convivir con el otro, a ayudar al otro y apropiarse de los espacios del barrio. Ese punto es importante, porque nosotros queremos que los jóvenes entiendan que los espacios del barrio no son para la confrontación, sino para el goce de todos.

¿Usted cree que en diez años el problema se las pandillas y violencia y Siloé pueda resolverse?

Sí, claro. Se requiere mucho trabajo, pero por supuesto que es posible. ¿Qué se requiere? Por un lado, mayor inversión, no solo en dinero, sino en recurso humano y en ideas. En Siloé, así como Juventud, Arte y Vida, hay muchas otras organizaciones trabajando con jóvenes desde hace mucho, y las cosas se hacen por pasión, por corazón. Pero uno tiene que ser franco, con eso no es suficiente. En Siloé, por ejemplo, no tenemos espacios para que las organizaciones desarrollen sus actividades. Juventud Arte y Vida trabaja bajo una estación del MÍO Cable. Entonces, se necesita inversión y, además de eso, direccionar correctamente la inversión. En este barrio se han presentado casos de fundaciones que se ganan contratos de intervención social que jamás han estado aquí y no conocen a los muchachos ni las necesidades del barrio. Para eso están todas estas organizaciones que tienen experiencia, en las que los jóvenes confían y por eso necesitamos que desde el gobierno se nos apoye con proyectos a largo plazo que permitan cambiar la ciudad. Claro que en 10 años se puede, solo es necesario juntar los esfuerzos de manera adecuada.

¿Pero los jóvenes realmente   quieren salir de toda esta espiral de violencia?

Sí. Los jóvenes sienten que eso no es vida. Muchos han visto a varios amigos caer, a varios familiares y ellos mismos han estado cerca de la muerte. Pero hay que ofrecerles oportunidades de formación, de trabajo, de desarrollar talentos, para que ellos crean en sí mismos y crean en la ciudad. Si se trabaja en ese sentido Siloé va a dejar de ser visto como un barrio violento y será un ejemplo para toda la ciudad.

“Hay que jugársela toda por la educación”: Gustavo Gutiérrez

Gustavo Gutiérrez. 30 años. Tiene un hijo y espera una bebé. Escritor. Su primer libro lo tituló: ‘Vivamos de joven lo que de viejo sufriremos’. El segundo es una ficción sobre lo que podría ser la resurrección de Andrés Caicedo: ‘Ahora que regreso que vuelvo a atravesarme’. El tercero: ‘Desde Abajo’. Mientras escribía se preguntaba: ¿y si los jóvenes de Petecuy escriben? ¿Y si leen así como yo lo he hecho? ¿Y si tenemos un club de lectura para todos esos niños y jóvenes que no tienen nada más que la calle? Entonces concibió la idea: ‘Biblioghetto’. Se trata de un colectivo que tiene como propósito crear clubes de lectura en Petecuy, llevar libros a lugares en las cuales las probabilidades son las más remotas, las más escasas; enseñarle a niños, adolescentes y jóvenes que el universo se extiende mucho más allá de las fronteras de su barrio. Petecuy ha llegado a ser el barrio más violento de Cali. ¿Qué habría que hacer para que en diez años el barrio mejore?Hay que cambiar las medidas y empezar a pensar más en lo que los jóvenes necesitan y no tienen.  Yo hace poco leía un periódico de hace más de 15 años en donde se titulaba que para contrarrestar la violencia en el oriente de la ciudad se iba a aplicar el toque de queda, y hoy en día se sigue haciendo lo mismo. Claro que esas medidas son necesarias, porque la situación en Cali es un rompecabezas muy complejo. Ahora bien, más allá de las medidas policiales, lo que se requiere es el fortalecimiento de las iniciativas que los propios jóvenes estamos desarrollando. Nosotros en Biblioghetto trabajamos porque amamos este barrio, y así, con lo poco que tenemos, logramos impactar a la comunidad, logramos que muchos niños y adolescentes se metan a leer y a escribir y sueñen con ir a una universidad, con ser escritores, con llegar lejos. ¿Usted se imagina si recibiéramos apoyo fuerte del Estado? A veces recibimos ayuda, pero la verdad es que no es suficiente, más bien parecen  migajas. ¿Qué papel juega Biblioghetto para que en diez años el barrio mejore?Tiene un papel muy pequeño pero a la vez fundamental, porque Biblioghetto hace, aunque a un nivel muy corto, algo en lo que el estado está fallando:   llevar educación a los niños que no tienen acceso.  Es que lo que es más urgente  en Cali es fortalecer la oferta educativa, fortalecer los colegios, ofrecerle a los niños y adolescentes todas las posibilidades para que estudien y se formen.  Es decir, la educación es clave para el futuro del barrio...Es clave para el futuro de toda la ciudad. Mire, en Petecuy hay jóvenes que hacen parte de la delincuencia y hay jóvenes que no. Uno se pone a analizar y encuentra que la mayor parte de los jóvenes que ingresan a pandillas o bandas  provienen de familias destruidas, familias donde no está el padre, no está la madre, y casi todos tienen además el común denominador de no tener horizontes de vida, porque además la ciudad no se los ofrece.  Quieren estudiar, pero no tienen cómo, no tienen el dinero para los uniformes, para los cuadernos, para el pasaje, para la lonchera...  La inversión hay que hacerla ofreciendo oportunidades, facilitándole las cosas a los jóvenes. Si el Estado no hace presencia con proyectos serios de inversión, los delincuentes, las grandes mafias sí hacen presencia y ellos les ofrecen otras cosas.  Y no se trata solo aumentar la cobertura, sino mejorar la calidad de la enseñanza y preocuparse de que los adolescentes tengan lo que necesitan para poder asistira a las clases. ¿Y eso sí ayudará a reversar el fenómeno de la criminalidad?Obvio que sí. Los niños que yo conozco viven en medio de todo este contexto de consumo de drogas y crimen, pero en Biblioguetto se enteran de otras cosas, leen, ven películas, entienden que el mundo sí tiene cosas para ofrecerles. Entonces, si se mejora la educación, si además de aumentar la cobertura se mejora la calidad y se asegura que los estudiantes tienen lo necesario para ir al colegio,  se le está quitando jóvenes a los criminales. No van a tener adolescentes para instrumentalizar, no van a tener adolescentes para consumir drogas, etc., etc. Claro, es un proyeco a largo plazo, exactamente, un proyecto que como mínimo tomaría diez años.   

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