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¿Cómo será la restauración de la emblemática Hacienda Cañasgordas?

A medida que se lleven a cabo los trabajos, las piezas descubiertas revelarán un poco más de esta joya arquitectónica. Una vez culminen las obras, la casa podrá resistir otro siglo de vida.

17 de julio de 2011 Por: Redacción de El País

A medida que se lleven a cabo los trabajos, las piezas descubiertas revelarán un poco más de esta joya arquitectónica. Una vez culminen las obras, la casa podrá resistir otro siglo de vida.

A pesar de que sus paredes de cal están desbaratadas y sus balcones desvencijados, la Hacienda Cañasgordas no pierde su señorío. El proceso de restauración, que ya suma tres meses, comienza a dar sus frutos y su nuevo esqueleto de hierro le permitirá estar en pie con dignidad por al menos cien años más.Y como si se tratara de un libro abierto, a medida de que los obreros avanzan en el rescate de la edificación ésta revela pequeños trozos de su historia.Baldosas con marcas humanas y de extrañas aves, muros ocultos y restos de cementerios ancestrales son apenas algunas evidencias de lo que fue la colonia caleña. “A medida que avanzan las obras y comenzamos a encontrar vestigios antropológicos se hacen más reveladoras la páginas del Alférez Real, obra de Eustaquio Palacios que inmortalizó esta edificación y que recreaba la vida de la sociedad caleña”, señala Luis Francisco López, director del proyecto arqueológico del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Icanh.Una clara prueba de ello es el cementerio que se encontró a costado de la edificación. “Tal como lo narra el libro, alrededor de la hacienda estaban las edificaciones de los esclavos negros y estos huesos que encontramos son clara prueba de ello”, dijo el especialista. Tejas firmadas, trozos de cerámica y vestigios de altares escondidos son otros de los descubrimientos que los antropólogos han hecho en esta estructura.Carlos Rojas, secretario de Cultura de Cali, explicó que esta antigua hacienda fue construida por los colonos y esclavos sobre una estructura de madera y muros de barro pisado. “Para los cimientos hacían profundas zanjas en el terreno. Dentro de ellas paraban enormes troncos sobre piedras y ponían un palo corto que llegaba a primer nivel y otro más largo que iba hasta el techo”, expresó el funcionario.Para el antropólogo José Manuel Valencia, la Hacienda Cañasgordas aún guarda mucha información valiosa para la antropología y la arqueología. “Desde la antropología no se ha visibilizado una mirada más aguda para obtener información distinta a la que nos cuentan los libros y desde la arqueología lo que hay que hacer es generar aportes que narren esa historia que aún no se ha contado”, dijo.Así se realiza la restauración La Hacienda Cañasgordas tendrá en sus cinco salones un esqueleto hecho con vigas de hierro, que la sostendrán en caso de un terremoto, siguiendo las normas de sismorresistencia internacionales. Las columnas metálicas contarán con zapatas de concreto para que cuando ocurra algún movimiento transversal o longitudinal, la casa esté amarrada y no se caiga. Posteriormente se cambiarán los techos y los troncos que estén podridos. Por fuera también se realizarán amarres de las vigas de madera (troncos de árboles) con la estructura metálica, para que sostengan el segundo piso. Al final, la hacienda entrará en etapa de acabados para realizar repellos y mampostería.Cementerio de esclavosLa Hacienda Cañasgordas tenía muchos esclavos y su trapiche era uno de los más grandes de Colombia para la época. Producía enormes cantidades de miel y panela.Contiguo a su capilla (la cual ya no existe) arqueólogos del Instituto Colombiano de Arqueología e Historia, Icanh, encontraron un par de cráneos, un fémur, tibias, dientes y mandíbulas.“Es una tumba elaborada especialmente para un individuo. Se determina que fue elaborada entre los años 1720 y 1830, dando los primeros indicios que en esta hacienda existió el primer cementerio de esclavos negros en el Valle del Cauca”, informó Luis Francisco López, director del proyecto arqueológico.

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