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¿Cómo es vivir en los barrios con mayores índices de ruido en Cali?

Pastillas, cobijas, tapones y hacinamiento son las estrategias para huirle al bullicio.

4 de febrero de 2016 Por: Redacción de El País.

Pastillas, cobijas, tapones y hacinamiento son las estrategias para huirle al bullicio.

La llegada de la noche del viernes es una pesadilla. Lo ha sido desde hace ocho años, cuando a Juanambú empezaron a llegar bares, hoteles y discotecas que, sin control, alteraron el volumen de las noches de este barrio residencial de Cali.

Desde entonces, Daniela, una mujer de 70 años, no logra conciliar el sueño con normalidad. Antes bastaba con apagar el televisor y abrir los ojos al otro día. Ahora el descanso es un trabajo que solo puede completarse con un puñado de pastillas para dormir.

“Cuando veo que se acerca el viernes me deprimo, lloro y empiezo a sentir angustia porque sé que el fin de semana va a ser largo. A veces las pastillas no hacen efecto y tengo que aguantarme toda la noche el ‘pum pum’ de las discotecas y después soportar el ruido de los borrachos y los carros con equipos a todo volumen que se quedan en la calle hasta las 6 de la mañana. Solo hasta esa hora puedo empezar a dormir”, cuenta la mujer que reside sobre la Avenida 9N con Calle 10N.

Ese mismo drama lo vive Julián, un joven de 13 años, quien a duras penas alcanza a recuperar energía para afrontar las clases en su colegio. “Los últimos dos años no he podido dormir bien. Mis papás tuvieron que comprarme tapones para los oídos, pero ni así he podido descansar del todo, porque el ruido hace vibrar las ventanas.  A veces me toca dormir en la ruta del colegio para no estar tan cansado”, comenta. 

Según el Dagma, las principales fuentes generadoras de ruido son los establecimientos nocturnos, que aportan el 42 % de las emisiones; seguidas de las viviendas, que originan el 13 % del ruido; así como las tiendas y centros religiosos, que aportan el 9 % de las emisiones, cada uno. Asimismo, los talleres producen el 8 % del ruido, las construcciones el 7 % y los centros comerciales son responsables del 6 % de las emisiones en la ciudad.

Sonia Salcedo, quien vive en El Peñón, dice que “los restaurantes y bares hacen presentaciones en vivo a la medianoche y como no tienen sistemas de insonorización, se vuelven vecinos insoportables. En las noches hace mucho calor, pero hay días en los que tengo que cubrirme hasta con cinco cobijas para tratar de dormir y ni así es suficiente para acallar el ruido”.

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Sur, zona de conflicto

De acuerdo con un diagnóstico del Dagma, las comunas 17 y 22 son las más ruidosas en las noches. En ellas se registran índices de 68 y 67 decibeles, respectivamente. Cabe anotar que el límite normativo de emisiones en las noches está en 55 decibeles.

Victoria Motoa, presidenta de la JAC de Gran Limonar, dijo que “los bares de la Carrera 66 no están insonorizados y el ruido afecta al menos quince casas que colindan con ellos. Los adultos mayores ya tienen problemas de salud y dificultades para dormir”. 

Martha Gómez, habitante de Ciudad Jardín, dijo que las casas de eventos tienen en vilo el descanso del barrio desde hace más de cinco años. “En mi cuadra hay tres casas en extinción de dominio en las que mensualmente hacen al menos una fiesta. Esa noche es imposible dormir, con mis dos hijos y esposo tiramos colchonetas en el cuarto más lejano y nos hacinamos para tratar de descansar”, cuenta.

De otro lado, Mario Garcés, residente de Pance, dijo que las cabalgatas se han convertido en un martirio para los residentes de la zona, pues “las están haciendo dos veces a la semana con ‘burrotecas’ (equipos de sonido empotrados en consolas de cuero) a todo volumen y en horarios en los que la gente solo quiere descansar. Uno sale de la ciudad para huir del ruido, buscando calidad de vida, pero ni siquiera en una zona campestre se encuentra paz”.

Contra el ruidoHoy inician los operativos de control de ruido  del Dagma,  las secretarías de Tránsito y Gobierno y la Policía en los barrios Juanambú, Granada y la Carrera 66 entre Autopista Sur y Avenida Pasoancho, en el Limonar. En estas zonas,  actualmente, se cierran bares y discotecas a las 4:00 a.m. los jueves, viernes y sábado.

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