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Carreteras del Valle están llenas de retrasos y sobrecostos

Las carreteras del departamento causan envidia en el resto del país pero su construcción está plagada de sobrecostos y retrasos. Controversia.

31 de julio de 2011 Por: Redacción de El País

Las carreteras del departamento causan envidia en el resto del país pero su construcción está plagada de sobrecostos y retrasos. Controversia.

No es una broma, ponga cuidado. Tome el número de años que tiene hoy y súmele 43. Al resultado no lo divida ni lo multiplique, sólo mírelo bien pues esa es la edad que usted tendrá cuando la Malla Vial del Valle y del Cauca regrese a manos del Estado, ya que por ahora esos 730 kilómetros de carreteras con sus diez peajes, tienen dueño, se trata de los hermanos Luis Héctor y Carlos Solarte, dos pastusos que desde hace 12 años construyen esa importante obra.A través de la Unión Temporal Desarrollo, UTD, los Solarte ganaron en 1999 la concesión para construir, operar y administrar una serie de carreteras de doble calzada en los departamentos de Cauca y Valle (ver gráfico), contrato que originalmente iba a durar 20 años pero que, debido a las 17 obras que le han adicionado, su plazo se amplió hasta los 55 años.Los recursos para pagar los trabajos de construcción y mantenimiento salen de diez peajes que tiene la red vial.Este proyecto es uno de los más importantes para el grupo empresarial Solarte que, tras la caída de los Nule, se erige como el nuevo emporio de las obras de infraestructura en Colombia.No en vano la prensa especializada calcula que de la ‘torta’ de $24 billones que el Estado tiene contratados en concesiones viales, los Solarte son dueños de una ‘tajada’ que representa la cuarta parte, o sea, que tienen carreteras y vías por un valor de $6 billones.Peligro, predios en la víaPese a que las vías que componen la malla vial son la envidia en otras regiones, las críticas en contra del proyecto no son nuevas, comenzaron desde el mismo arranque de las obras, en agosto de 2000.“Nos señalaron de no darle trabajo sino a gente de Nariño, lo cual se desmintió en su momento; una líder gremial nos acusó de talar los árboles de la recta Cali-Palmira, acción que nos exigen las normas de tránsito por seguridad, en fin, hemos tenido que superar muchas resistencias”, explica Miguel García, gerente técnico de la UTD.El tono de los cuestionamientos ha subido con el tiempo. La demora en la construcción de las obras, las adiciones al contrato de concesión, el incremento de los costos, así como la pobre gestión predial, son algunas de las inquietudes planteadas por la Cámara Colombiana de la Infraestructura, CCI, al proyecto.“No entendemos por qué la etapa de construcción, que originalmente debió terminar en el 2005, se ha extendido seis años más, la demora se aprecia en algunos tramos entre Palmira y Buga, donde la doble calzada no está completa”, reclama María Claudia Álvarez, directora de la CCI.Álvarez hace referencia al contrato básico que comprendía seis tramos de doble calzada y que en esencia une a Popayán con Buga. El tramo siete de la Malla Vial se adicionó en 2006 entre Mediacanoa y Loboguerrero.La razón principal para el atraso de esa parte de la malla vial ha sido la dificultad en la compra de los predios, que es responsabilidad del Instituto Nacional de Concesiones, Inco, entidad que luego de doce años aun no ha podido negociar con los propietarios de ocho lotes, entre Palmira y Buga, los cuales hoy se convierten en cuellos de botella en la vía.“Como los propietarios se negaron a vender por el monto que les propuso el Inco, le entidad inició el proceso de expropiación, que en promedio se demora siete años”, dice el gerente técnico de la UTD.Un buen ejemplo es el caso del Parador de Buga, predio que detuvo durante varios años la construcción de un anillo vial en el cruce de la vía Panorama con la Panamericana y el ingreso a la Ciudad Señora. Inicialmente el avalúo del Inco fue por $2.500 millones. Como los propietarios del lugar consideraron que esa suma no equilibraba lo que iban a dejar de percibir al cerrar su negocio, que era un punto bien ubicado y acreditado en la región, se negaron a vender y presentaron avalúos por $19.000 y $22.500 millones.Ante la negativa el Inco inició la expropiación, que aun está en proceso, pero logró que el juez del caso entregara el predio por adelantado para terminar la obra. El anillo vial será puesto en funcionamiento el próximo mes.Comunidades fantasmaOtro lío que enreda las obras de la doble calzada en el tramo que une a Buenaventura con el interior del país, es la sorpresiva aparición de comunidades.De acuerdo con la denuncia hecha por Lourdes Salamanca, directora del Observatorio de la Infraestructura del Valle, “cuando el Invías inició la doble calzada entre Mediacanoa y Buenaventura (donde está incluido el tramo siete de la Malla Vial), el Ministerio del Interior y Justicia sólo certificó tres comunidades afro e indígenas, pero entre el 2008 y el 2010 han aparecido otras seis, a las cuales hay que hacer consulta previa antes de otorgar el permiso ambiental”.Es tan grave el asunto que Salamanca invitó a los ministerios del Interior y Justicia, Ambiente, Transporte, así como al Inco y al Invías, para que “mejoren la coordinación con las comunidades, ya que se ha demostrado que sus peticiones generan grandes retrasos, lo que sólo beneficia a los contratistas pues las demoras encarecen las obras”.Por su parte, Patricia Cortés, gerente financiera de la UTD, niega que esto sea cierto, “las demoras en las obras no son buenas para lo contratistas ya que nos generan sobrecostos por la mayor permanencia de la capacidad instalada de las plantas de asfalto y materiales, así como por el incremento en transporte de equipos y personal y por el stand by de la maquinaria”.

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