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Caleño revela clave para ser Mejor Médico Interno del país

El médico Alejandro Enríquez recibirá el premio a Mejor Médico Interno Ascofame 2014, el 20 de noviembre en Bogotá.

3 de noviembre de 2014 Por: Lorena Rosero Suárez - Reportera de El País

El médico Alejandro Enríquez recibirá el premio a Mejor Médico Interno Ascofame 2014, el 20 de noviembre en Bogotá.

Alejandro Enríquez Marulanda nació para cumplir sus retos y sueños. No le teme a nada, desde muy pequeño se retó a ser excelente, y lo consiguió. Durante su formación en el Colegio Juanambú (primaria y secundaria), estuvo siempre en el escalafón de la excelencia; tanto así, que antes de culminar su bachillerato fue exaltado con la placa ‘Bachiller del Año’. Además, inició sus estudios profesionales becado en la Universidad Icesi; beca que aún sostiene.Este joven caleño, de 23 años, es tímido, tranquilo y capcioso en el hablar; pero a su vez, es una persona apasionada, organizada, valiente y estricta, cualidades que demuestra en lo que le gusta, la medicina. Fue educado para ser excelente, por esta razón, ha recibido con satisfacción el premio a ‘Mejor Interno del Año’ que le otorgará el 20 de noviembre, la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina.El médico interno, luego de un turno exhaustivo de 24 horas, le contó a El País apartes sobre su vida y lo importante que ha sido este premio en su carrera profesional: ¿Por qué se inclinó por medicina? Desde muy pequeño me gustó la medicina. Me contaba mi madre (María del Pilar Marulanda) que yo tenía juguetes de médico, como estetoscopios (risas). Pero la decisión final, la tomé cuando estaba en secundaria. La verdad siempre fue mi primera opción, no veía otra alternativa que pudiera superar la medicina, sabía que era una carrera de mucho esfuerzo y que requería tiempo. Pero aún así persistí en mi sueño. Algo que me llamaba mucho la atención es la parte social que tiene esta carrera, el poder ayudar a los demás. Lo vi mucho en mi padre (Charles Enríquez), quien siendo médico pediatra, ayudaba a niños de escasos recursos, dándoles consultas gratis. Lo más difícil de la carrera... Lo más difícil ha sido la transición del colegio a la universidad. Y más al iniciar una carrera como medicina; para mí fue un cambio drástico, el ritmo de estudio es muy distinto, requiere mucho esfuerzo y mucha organización. Lo bueno y lo malo... Lo bueno, es poder ayudar a las personas porque la medicina es una carrera muy social. Por lo general, la esencia del médico no es el dinero, sino dar un buen servicio y ayudar a sus pacientes. Lo malo, es el sistema de salud. No es un sistema ideal, equitativo y no cumple con las leyes estipuladas. A veces uno percibe muchas dificultades en los pacientes, los doctores tratan de ayudar, pero se les sale de las manos. Lo que para mí es muy triste. ¿Qué tal su experiencia en la ‘U’? Considero que la Universidad Icesi me ha entregado todas las bases necesarias para mi carrera, me ha formado como profesional y como persona integral. Es una gran escuela. ¿Hace cuánto llegó a la Fundación Valle del Lili? A la Fundación llegué en el 2011, es decir, en sexto semestre. Llegué a realizar rotaciones: inicié con medicina general; luego, en séptimo semestre, en pediatría; en octavo semestre, en ginecología y obstetricia; en noveno semestre, en cirugía general, y en décimo semestre, las demás especialidades, incluyendo neurocirugía. Justamente la rama que me apasiona. Aquí me encontré nuevamente con uno de los docentes que más he admirado, el doctor Javier Lobato, quien es una persona increíble, sabe demasiado, es excelente persona y es muy dedicado a su trabajo. Además, ofrece su tiempo para enseñar, es un gran tutor. ¿Cómo se enteró del premio? Recibí la noticia en un pos turno, o sea que también estaba un poco dormido (risas). Recuerdo que me llamó el director de la carrera, el doctor César Guevara. De verdad no le entendía nada, no sabía de qué me hablaba. Hasta que por fin logré captar el mensaje y fui muy feliz con la gran noticia. ¿Cómo se preparó para la prueba? Desde los primeros semestres me he venido preparando; de hecho, estudio más de lo que me enseñan en la Universidad, trato siempre de ir más allá. De todos modos, el nivel académico de la Universidad y de la Fundación me ha ayudado mucho, son excelentes instituciones. No hubo necesidad de curso preparatorio, la prueba fue basada en lo que ya hemos aprendido en los programas. ¿Se sintió seguro al responder? Sinceramente, fueron preguntas muy complejas. Sin embargo, muchos de los temas ya los habíamos visto, entonces respondí con seguridad las que ya sabía. Por ahora en el plan curricular no hemos visto anestesia, quizás las preguntas relacionadas con ese tema no las respondí con certeza. Pero, las contesté. ¿Cómo reaccionaron sus allegados? Mi familia, mis amigos y mi novia están felices. Es una alegría completa, mis padres están que saltan de la dicha, ellos no paran de felicitarme (risas). Además, me invitaron a un Congreso de Urgencias que se realizará los días 21, 22 y 23 de noviembre, en la Clínica Shio de Bogotá, lo que aumenta la satisfacción. Si devolviera el tiempo, ¿estudiaría esta carrera? Sí, claro que sí. La estudiaría de nuevo en la Universidad Icesi y con el apoyo de la Fundación. Definitivamente es una carrera apasionante y siento que todo lo que esperaba de ella, lo he obtenido. El nivel académico, que tanto buscaba y esperaba, también lo he recibido. ¿Cómo se ve en un futuro? Lo único que tengo proyectado es que quiero estudiar neurocirugía, pero aún no me inclino por ninguna subespecialidad, me gusta endovascular. Pero la verdad aún no sé. Tampoco tengo claro dónde deseo trabajar. Tengo mucho por definir y faltan muchas cosas por llegar. ¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? Hay muy poco tiempo libre porque permanezco aquí en el hospital. Pero si uno se organiza bien y administra el tiempo, se pueden realizar muchas cosas. A mí me gusta dormir, trotar, creo que es un estilo de vida saludable, me desestresa y me gusta la sensación de libertad que se siente. También estoy asistiendo al gimnasio, cuando puedo. Antes tocaba guitarra y cantaba. Generalmente, en el colegio, en reuniones familiares y en fechas especiales como el Día de la Madre y en diciembre. Aquí en la Fundación también canté para un diciembre, recuerdo.

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