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Aún no hay nada claro sobre el cambio en manejo del alumbrado público en Cali

La duración de la concesión de Megaproyectos está por definirse. El Municipio dice que se termina en julio y el contratista asegura que en el 2017. Historia de un servicio eficiente, pero costoso para los caleños.

12 de abril de 2015 Por: Zulma Lucía Cuervo Plazas | Reportera de El País

La duración de la concesión de Megaproyectos está por definirse. El Municipio dice que se termina en julio y el contratista asegura que en el 2017. Historia de un servicio eficiente, pero costoso para los caleños.

Los caleños iniciaron esta semana con una noticia: desde el próximo 3 de julio sería Emcali,  no Megaproyectos, la encargada de iluminar calles, parques y demás áreas comunes de la ciudad, un servicio  conocido como alumbrado público, que se paga mensualmente  en la factura de los servicios públicos, o en el caso de los lotes, con el  impuesto predial. Lea también: Debate: '¿Emcali puede manejar alumbrado público de la ciudad?'

  La finalización del contrato no está exenta de polémica: mientras el Municipio asegura que el servicio debe volver a las Empresas Municipales, el concesionario replica que existe un otrosí (adición al contrato), el número 8, que les extendió el plazo 30 meses más, o sea que su contrato expira el 31 de diciembre del 2017. 

 En medio está Emcali. Sus voceros dicen que puede encargarse de la operación del alumbrado en caso de tener que retomarlo en dos meses y medio, pero no se atreven a afirmar que el contrato finalice el 2 de julio.

 Por lo menos así lo anota el  gerente (e) Germán Marín Zafra, quien dice que recibieron un análisis “muy juicioso” de la Dirección Jurídica del Municipio, pero que Emcali, por ser la entidad contratante de Megaproyectos, será la que defina qué pasará con la operación del alumbrado público en la ciudad. Se desconoce la fecha en la que se tome la decisión final.

¿Cuándo se acaba?

La Alcaldía dice contar con los soportes jurídicos para manifestar que el contrato tiene una duración de 15 años, que se cumplen el 2 de julio del 2015.

Pero Megaproyectos argumenta que tienen 30 meses más, contados a partir del 2 de julio próximo,  porque hicieron inversiones superiores a los $8000 millones para  iluminar los corredores  del MÍO. “La extensión del plazo en el contrato es la forma cómo la empresa se paga las obras que hizo”, dice Hamir Padilla, director Jurídico del concesionario.

 Esas inversiones debían hacerse en la Transversal 121, Avenida 3 Norte y troncales de Aguablanca,  Sur y  Oriente, siguiendo el cronograma de Metrocali.

Según la interpretación del Municipio, Megaproyectos debía poner en la fiducia donde se administraban los recursos del alumbrado  $8859 millones para que cuando Metrocali presentara el plan de trabajo, se fueran descontando los pagos de las obras de dicho aporte. Ese dinero debía aportarse en 18 meses, de septiembre del 2007 a febrero del 2009, período que también se suponía que se harían todas las obras. 

 Pero Germán Padilla, gerente técnico de Megaproyectos, dice que la obligación era hacer las obras que Metrocali señalara, con los recursos del privado. “En ningún lado del otrosí dice que debíamos poner la totalidad del dinero en la fiducia”.

 Reconoce que hay obras que no se han hecho, como la iluminación de la Terminal Calima (que apenas está en construcción) o la Glorieta del antiguo Seguro Social (que Metrocali licita este año). “Pero no se puede atribuir como una falta de Megaproyectos la demora de Metrocali”, enfatiza Padilla.

La Dirección Jurídica del Municipio también argumenta que el otrosí número 8 se incumplió porque hubo obras que se pagaron con el impuesto del alumbrado, no con dinero de Megaproyectos.

Según el informe de interventoría firmado por el ingeniero Fernando Contreras, de Emcali, se pagaron $2594 millones de obras de iluminación de los corredores del MÍO con el impuesto de alumbrado. Están en ejecución trabajos por $1832 millones, que no han sido cancelados, y otras obras adicionales pendientes de liquidar, por $177 millones.

 El Director Jurídico sostiene que con los recursos que hay actualmente en la cuenta del Municipio (a donde hoy llegan los dineros del impuesto del alumbrado) se pueden cancelar las obras que hizo Megaproyectos de manera extemporánea.

Pero el Gerente Técnico de Megaproyectos asegura que las obras del otrosí número 8 no las han cobrado. “Se empezarían a cobrar en enero del 2016”.

Además, la Alcaldía dice que Megaproyectos hizo seis obras que no corresponden al polémico otrosí número 8.  “Por lo tanto no se pueden sumar al cumplimiento de las inversiones que tenían que hacer. Como no están todos los trabajos ni se puso toda la plata, no hay razón para prorrogar el contrato los 30 meses”, dice el Director Jurídico del Municipio.

   Pero el Gerente Técnico de Megaproyectos afirma que tiene todas las actas de Emcali que certifican que las obras que hicieron sí son del otrosí.

Cuestión de millones de pesos

Además de las obras adicionales del MÍO, el contrato con Megaproyectos (que comenzó en el 2000) buscaba mejorar la iluminación de la ciudad. Es obligación de Megaproyectos que el 95 % del sistema  de alumbrado funcione sin problemas. Cuando hay hurtos o se debe reponer una luminaria por su desgaste natural, estos deben ser atendidos en menos de 48 horas.

Germán Padilla, gerente técnico de Megaproyectos, señala que el 85 % de los daños se reponen en las primeras 24 horas y el 10 % restante en las 48 horas que exige el contrato. La Alcaldía dice que no se cuestiona la eficiencia en la operación y mantenimiento del alumbrado. Lo que se pregunta el Municipio es si ese es el costo real  que deberían pagar los ciudadanos por ese servicio.

De hecho, la alarma la prendió la Contraloría General de la República en una auditoría  a la ejecución del contrato en un período de 11 años (del 2000 al 2011). El concepto fue desfavorable y encontró que tanto Emcali como Megaproyectos recibieron dineros del impuesto de alumbrado público sin ninguna justificación. (Ver recuadro).

El ente de control fue enfático en señalar que al Municipio le faltó hacer una verdadera supervisión a Emcali y a Megaproyectos. Además, hubo extralimitaciones: Emcali y Megaproyectos conformaron una fiducia para administrar el impuesto de alumbrado público, siendo  esa potestad exclusiva de los entes territoriales. De hecho, aún la fiducia existe y el concesionario reconoce que hay cerca de $17.000 millones que no han devuelto al Municipio porque, dice Megaproyectos, les falta la garantía del pago de lo que les debe Emcali.  

 El gobierno de Rodrigo Guerrero decidió no quedarse quieto y armó un grupo de 14 personas (entre abogados, economistas, administradores e ingenieros) para hacer la supervisión que exigió la Contraloría.

  Esa supervisión generó cambios que se traducen en menores costos. Por eso, asegura el Secretario General de la Alcaldía, desde julio del 2014 (cuando volvió el dinero del impuesto a ser administrado por el Municipio), se han generado excedentes financieros por $34.839 millones, que pueden ser utilizados para hacer expansión y para cambiar las luminarias de sodio a luz blanca o LED.

Lo cierto es que claridad sobre el futuro de este contrato no hay.

Lo que le deben al contratista Megaproyectos le reclama a  Emcali   $80.000 millones de valores no pagados en estos 15 años de la concesión.   Dentro de lo que le cobra  están impuestos, alumbrado navi-deño de varios años, bodegaje, mantenimiento de fuentes, las obras de iluminación del MÍO y la operación de los últimos 4 meses, entre otros. El informe de la Contraloría  dice que Emcali le ha pagado al concesionario tarde en varias ocasiones, afectando el equili-brio financiero del contrato. También informa el ente de control  que el concesionario aportó $18.060 millones en inversiones ($1118 millones más que lo pactado) en el periodo auditado (11 años) y se le pagó $46.315 millones en noviembre de 2009.
El duro informe de la Contraloría General  La auditoría de la Contraloría General  encontró  19 hallazgos administrativos, de los cuales 8 tienen presunto alcance fiscal por $70.360 millones, 10 con alcance disciplinario y uno con connotación penal. Indica el informe que el Municipio está obligado a administrar los recursos recaudados  del impuesto de alumbrado público. No obstante, es Emcali el que lo hacía (desde 2000 hasta junio de 2014) “con una visión de lucro”, a través de una fiducia que si bien la constituyó Megaproyectos, el primer beneficiario era Emcali y es el que controla los recursos. Dice la Contraloría que a Emcali le transfirieron $6369 millones de excedentes y rendimientos financieros. Además, se hizo un pago  por  $20.435 millones a Emcali amparado en una cláusula del contrato, que según el ente de control fue “sin ninguna justificación”. También cuestiona que la interventoría del contrato entre Megaproyectos y Emcali la hiciera la misma Emcali, constituyéndose en “juez y parte”. La interventoría externa nunca se contrató. Incluso, Emcali cobraba el alquiler al Municipio de tres  carros canastas (que fueron pagados con plata del impuesto) a pesar de que fueron adquiridos con el dinero del mismo impuesto. Es decir, el Municipio pagaba arriendo de algo que era suyo. No era el único alquiler que cobraba: las luminarias, que son del Municipio, también pagaban una tarifa de $11 por kilovatio consumido y otros $11 por la distribución del sistema, lo que costó en el tiempo  $17.721 millones.  Otra grave observación se relaciona con la compra de energía. Era Megaproyectos el que la adquiría, cuando esa responsabilidad era exclusiva del Municipio.   Por cuenta del desorden, se pagaron gravámenes a movimientos financieros que estaban exentos de ese cobro por ser un impuesto municipal por $2255 millones.  Finalmente, Megaproyectos también resultó beneficiado de la falta de control, debido a que recibió $12 millones por concepto de transferencia de tecnología, siendo que estaba obligado a hacerla sin costos adicionales a los que ya se le pagan por la operación del alumbrado público. 
“Emcali está preparado” El gerente de Energía de Emcali, Andrés Jaramillo, sostiene que la empresa está preparada para asumir la operación del alumbrado público. “El alumbrado funciona a través de un sistema de fotoceldas que se prenden y apagan automáticamente”, dice.  En el caso del mantenimiento, se necesitaría 90 personas para hacer la inspección en el campo, que tendrían que ser contratadas por las Empresas Municipales.  También tendrían que adquirir un software para la administración del servicio, tal como lo tiene la empresa Megaproyectos.

 

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