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Así es la pelea de los colegios públicos y privados de Cali por miles de estudiantes

La Alcaldía quiere aumentar la matrícula en colegios oficiales, pero los privados se resisten a devolver a los estudiantes. Radiografía.

10 de febrero de 2013 Por: Zulma Lucía Cuervo Plazas | Reportera de El País

La Alcaldía quiere aumentar la matrícula en colegios oficiales, pero los privados se resisten a devolver a los estudiantes. Radiografía.

Las cuentas son fáciles de hacer: 270.000 niños y adolescentes necesitan que el Estado les financie la educación mientras que el Municipio de Cali tiene apenas 176.244 cupos en el sector oficial. Siendo así, casi 93.756 menores no tendrían acceso a la educación pública.Para solucionar el problema, el Gobierno Nacional permite que los colegios privados llenen ese vacío y eduquen a los menores que se quedan por fuera del sistema y le cobren al Estado en la modalidad conocida como ampliación de cobertura. Así se hace desde el año 2002.Esta situación ha permitido que muchos colegios privados aún sigan en funcionamiento, como lo reconocen los directores de estas instituciones. Ahora, el Estado reclama para sus colegios a 19.715 de los 99.800 estudiantes que atendieron los privados el año pasado, mientras estos se niegan a devolverlos a la educación oficial con el argumento de que son los niños o sus padres los que escogen dónde formarse. Lo cierto es que el colegio privado recibe por cada estudiante $1.100.000 en promedio (al año). Eso significó que el año pasado se pagaron $110.000 millones por ampliación de cobertura.Este ‘tire y afloje’ ocasionó que unos 40.000 niños no comenzaran clase el lunes pasado, debido a que los colegios privados no tenían los contratos firmados con la Secretaría de Educación.Colegios vacíosVarias instituciones públicas tuvieron el año pasado aulas vacías, mientras que los privados se quedaban con los niños. Según lo detectado por la Comisión Vallecaucana por la Educación, 785 aulas de clase estuvieron vacías en los dos últimos años en las dos jornadas (mañana y tarde). Hoy, de no tomarse medidas, la situación podría seguir igual. 59 instituciones oficiales urbanas y 7 rurales tienen 19.715 cupos disponibles. Colegios como el Santa Librada, de gran tradición en la ciudad, tiene 1247 vacantes. Y la institución educativa Isaías Duarte Cancino, que estrenó una megasede el miércoles anterior, solo tiene 1055 estudiantes matriculados, cuando su capacidad es de 2880 alumnos.¿A qué se debe que los estudiantes no asistan a los colegios públicos? Para Carolina Quintero, directora ejecutiva de la Comisión Vallecaucana por la Educación, son los privados los que han manejado la matrícula de los estudiantes de la ampliación de cobertura y la Secretaría de Educación ha permitido esta situación, yendo en contravía de la Ley 1249 de 2009, que regula esta contratación.“La norma dice que la Secretaría hace el proceso de matrículas del sector oficial, luego ubica a los estudiantes en sus sedes educativas y cuando el cupo está lleno, busca a los colegios privados para que atiendan la población restante. Pero acá el colegio privado es el que lleva la lista de los niños que matriculó en el colegio y con base en eso pide el cupo de ampliación de cobertura”, dice Quintero.El secretario de Educación Municipal, Édgar Polanco, reconoce que así se ha manejado la ampliación de cobertura, pero asegura que esa situación está cambiando. De hecho, 15 colegios que el año pasado tenían contrato no lo tendrán este año por no cumplir con las exigencias de la Alcaldía. Al salir estos colegios, se deben reubicar 2455 estudiantes, que según el funcionario, deberán ir al sector oficial.Otras cinco instituciones privadas que pueden contratar tienen que entregar la mitad de sus estudiantes a la institución Isaías Duarte Cancino, que se construyó con recursos del Gobierno Nacional para atender esa demanda insatisfecha en el Distrito de Aguablanca, que hoy está en manos de los colegios privados. Adolfo Valderrutén, rector de uno de los colegios que contrata la ampliación de cobertura, asegura que “el niño o sus papás pueden escoger dónde estudiar porque el subsidio es del menor, no de la Secretaría de Educación”.Dice que con las decisiones tomadas por la Secretaría no se tuvo en cuenta que los menores llevan una continuidad en los colegios privados. “Algunos tienen condiciones especiales, como discapacidades, o son menores infractores, esos niños no se van fácilmente para un colegio público y entonces se quedan sin acceder a educación”, argumenta Valderrutén. Padres de familia dicen que además están los problemas de seguridad y de movilidad. María Fernanda Barreiro, quien vive en El Vergel, dice que “mientras en el colegio Gelver (que ya no puede contratar con el Estado) camino cinco cuadras para llevar la niña al colegio, ir hasta el Isaías me significa casi 20 cuadras”. Cilia, otra madre, dice que su familia vive en El Vergel y para ir al Isaías tiene que cruzar por el Retiro, Comuneros y Mójica. “Usted no se imagina lo peligroso que es por acá, las pandillas no tienen reparo en robarse las bicicletas o los maletines de los niños. Ni el bus ni el MÍO llegan hasta allá y si llegaran, igual no puedo porque no hay plata para transporte”, explica.Otras razones que aducen los padres es que en los colegios privados estudian todo el año y algunos tienen los alumnos hasta las 3:00 p.m., mientras que en los públicos salen al mediodía o los profesores dejan de dictar las clases para protestar por la educación o porque tienen capacitaciones.La Directora de la Comisión Vallecaucana por la Educación dice que ni todos los colegios públicos son malos ni todos los privados son buenos. “Lo fundamental es procurar el acceso a una educación de calidad. La apuesta de la Secretaría de Educación debe ser que en el 100 % de los colegios, sean públicos o contratados, se brinde la educación que el niño y el joven necesitan para que sean ciudadanos que le aporten constructivamente a su sociedad”.

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