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Así es la 'novela de amores y odios' entre Armitage y el Concejo de Cali

En este primer semestre, las partes han medido fuerzas en los debates de proyectos importantes. ¿Cómo está el ambiente entre las partes tras la aprobación del Plan de Desarrollo?

5 de junio de 2016 Por: Judith Gómez Colley | Editora de Poder El País

En este primer semestre, las partes han medido fuerzas en los debates de proyectos importantes. ¿Cómo está el ambiente entre las partes tras la aprobación del Plan de Desarrollo?

Una novela en la que hay coqueteos, amores, odios, peleas, reconciliaciones  y hasta infidelidades. Así parece ser la relación entre la Administración  Municipal y el Concejo de Cali. Y es que la reciente aprobación del Plan de Desarrollo  por parte de 19 de los 21 integrantes del Cabildo local ha sido interpretada en algunos sectores  como un posible  alineamiento  de la Corporación con el gobierno del alcalde Maurice Armitage, tras el duro pulso  del primer trimestre del año. A diferencia de las tensiones que generó el proyecto de facultades  para la reforma administrativa del Municipio -presentado en el primer periodo de sesiones y aprobado en extras-, la discusión del  Plan de Desarrollo fue tranquila, pese a que hubo momentos álgidos y duras críticas, pero esta vez Armitage tenía la sartén por el mango y de eso eran conscientes en el Concejo.   La aprobación del proyecto, al decir de concejales, fue un voto de confianza  para el Gobierno y para Armitage -pese a que denosta del Concejo, aseguran-, pero tras esto se avecina un  fuerte  control político al mismo, según lo anunció el miércoles el presidente del Concejo,  Carlos Pinilla.  Es decir, la medición de fuerzas seguirá.   Roberto Rodríguez,  del Centro Democrático y  uno de los concejales más críticos, asegura que aquí no hubo alineamiento con el Gobierno, porque el Plan de Desarrollo se vota sí o no.  A  juicio de Rodríguez,  el Concejo no podía perder la oportunidad de incluir programas  y hacer aportes para la ciudad en esta iniciativa. “Mi voto fue afirmativo y de confianza, como partido decidimos apoyar el proyecto,   eso sí, sin perder  la voz crítica para ayudar a construir. Cuando haya que cuestionar lo haremos y  si se trata de destacar lo bueno, también se hará”. La concejal del Partido Liberal, Clementina Vélez, sostiene que  el Concejo, durante el estudio de las facultades para la reforma administrativa en comisiones del  Plan y de Presupuesto, pudo  conocer al Alcalde y escucharlo  decir las cosas de frente, sin reservas y sin aceptar condiciones para que le aprobaran ese proyecto. “Pero allí se le acercaron muchos sectores a ofrecerles su apoyo”.   El  segundo ‘round’ entre Ejecutivo y Concejo se proyectaba  con   el Plan de Desarrollo, que por ley tiene una limitante  y es que  solo se le pueden hacer modificaciones y aclaraciones si se concilia con el Gobierno.  Es decir que la Administración tenía el control, pues  podía adoptar por decreto la iniciativa, en caso de no ser aprobada por los concejales. Por eso estos sabían  que había que golpear ‘pasito’.  Mientras que con las facultades la puja para la aprobación fue más dura y   el Gobierno  se tuvo que  comprometer a    mantenerles   los  PS (contratos de prestación de servicios) que traían  los concejales, pero  no a   darles más.   Ante  la  limitante tan fuerte  que tenía el Plan de Desarrollo  y ante la gran cantidad de proposiciones -más de 400- que hicieron  los miembros del Concejo, tras aprobarse en primer debate la iniciativa  hubo una especie de receso prolongado durante algo más de tres días para que el Gobierno    escuchara   las peticiones que llevaron los ponentes -Carlos Hernán Rodríguez y Carlos Andrés Arias-  para negociar y buscar  que las acogieran. Aunque hubo pulso,  el Ejecutivo aceptó incluir en el proyecto  260 proposiciones de los concejales, la mayoría sociales, pero faltaba el debate en  la plenaria, que era fundamental. Sin embargo, Clementina  Vélez asegura que  el Concejo tuvo claro que si no se aprobaba en segundo debate el Plan de Desarrollo, Armitage lo sacaba por decreto y sin modificaciones. “Los concejales entendieron que era mejor aprobarlo para que se tuvieran en cuenta las modificaciones logradas, aunque quedaron preocupaciones como la financiación de la reposición del alcantarillado en los barrios”, explica. En esas jornadas de conciliación quedó claro  cómo  manejará el Alcalde el Plan de Desarrollo y  su ejecución   y   que a   partir de la sanción del acuerdo,   el Concejo tendrá el ejercicio del control político sobre su aplicación. Fernando Tamayo, concejal conservador  y   duro crítico del Gobierno,  y de quien se dice  en el hemiciclo presiona fuerte, dijo que con la aprobación del Plan no se cerraron filas  alrededor del Alcalde ni hubo prebendas, sino que fue un reconocimiento a la Administración que permitió que se incluyeran en el proyecto  260  propuestas.  “No haberlo votado sería inconsecuente. Eso es muy distinto a  la   oposición negativa, que no vota, en vez de construir, que fue lo que hizo el Concejo. Los 19 votos son un reconocimiento  a una postura  generosa del Gobierno y con la ciudad. Aunque yo no voté el Eje 4,  que tiene que ver con el asistencialismo en el posconflicto, que es un error.  No hay que ser crítico reflexivo  sino activo”. El concejal de Cambio Radical,  Diego Sardi,  quien como presidente de  la Comisión del Plan orientó las discusiones del proyecto, sostiene que el hecho de    apegarse estrictamente  al reglamento y donde  él solo hizo de juez,  llevó a un debate respetuoso,   tranquilo y juicioso.  “Eso generó que el estudio fuera ordenado,  con argumentos profundos y la resultante fue lo que salió. Hoy puedo decir que me enorgullece pertenecer al Concejo de Cali”. Sardi, quien  es considerado por sus compañeros como  prudente  y tranquilo en sus actuaciones,   cree que de ahora en adelante las relaciones entre los dos poderes pueden  mejorar. No todo marcha sobre ruedas Pero, pese al clima de tranquilidad que se logró para aprobar el Plan de Desarrollo,    la relación entre   Administración y Concejo no es un jardín de rosas. Hay diferencias, especialmente con miembros de la actual coalición mayoritaria.   Las diferencias y malestares con el Alcalde persisten entre algunos concejales que no están conformes con el trato  recibido tras haber apoyado a Armitage en su campaña   y la manera como este se expresa de los integrantes de esa Corporación en los barrios.  Pero del lado del Gobierno también hay molestia por los pedidos y  ‘presiones’  de  concejales  que parecen no conformarse con la participación burocrática que tienen y que tratan de buscar trabas a los proyectos.   A raíz de eso, desde  hace algún tiempo, bajo la mesa se viene ‘cocinando’ una nueva coalición para ayudar al Gobierno  a impulsar iniciativas de ciudad, ante el fracaso de la que  lideró el hoy presidente del Concejo, Carlos Pinilla Malo en compañía de Fernando Tamayo y Albeiro Echeverri. El fracaso de esa alianza se debe, en parte, a que Pinilla fue perdiendo credibilidad debido a que la comunicación  con el Alcalde se hizo difícil y algunos concejales no sabían qué pasaba entre Concejo y Administración y no logró cumplir algunas promesas,  lo que hizo que el Presidente se fuera quedando  solo y hoy  muy pocos colegas lo acompañan,  mientras los demás buscaron otros canales con la Administración. El País conoció, de fuentes que pidieron reserva, que allegados y   colaboradores del  Alcalde le han sugerido que es mejor tener una nueva coalición, porque en la primera que se formó se cometió un error, “que fue jugar con los que no se debía haber jugado”, como aseguró un concejal.  Esa nueva alianza, que no pretende darle ‘golpe de Estado’ a Pinilla y   respetará los acuerdos políticos pactados en diciembre pasado, según aclararon algunos concejales y fuentes,  ya está  a punto de comenzar a actuar. Pero como en política cualquier cosa  puede pasar, no sería raro que hasta los pactos políticos se rompan, como ha ocurrido en otras ocasiones.     “Tras varios meses de trabajo, ahora  se ven   personas con las que se puede hacer una nueva coalición de ciudad, que quieren aportar y trabajar,  son propositivas”, dicen  concejales que formarían parte de esa alianza, tras enfatizar que los pactos de partidos se respetarán. Dentro de ese grupo se destaca una mayoría de concejales debutantes y varios antiguos.  Por lo pronto  la nueva coalición  ya tendría  asegurados 11 concejales y están a la conquista de 2 más. Allí estarían   3 liberales, 1 conservador, 3 de Cambio Radical,    1 del Verde, 1    de la U, pero entrarían 2 más. También contarían con 1 del CD,  y aunque el Mira tiene por disciplina no entrar a alianzas, sí sumaría a la hora de votar proyectos de beneficio para Cali. No obstante, concejales de la actual coalición no creen  que la nueva  prospere.  Fernando Tamayo, por ejemplo, dice que se sabe que hay asesores del Alcalde que le han recomendado conformar una nueva alianza de concejales, pero sostiene que para eso Armitage tendría que dar dádivas como secretarías o subsecretarías  y el Mandatario no se prestaría para eso. “No veo al Gobierno en una repartición de posiciones. El Alcalde no es de eso. Además, no entiendo porqué haya que armar una nueva coalición si a la Administración se le ha aprobado todo. Si quiere que no se disienta es que hay mermelada de por medio y eso no es bueno para la ciudad”, agrega Tamayo. Nicolás Orejuela, asesor del Alcalde  sostiene que este mantiene su posición de trabajar con los 21 concejales y no hacer acuerdos con nadie, ya que   su compromiso es sacar adelante la ciudad y agrega que  durante las discusiones del Plan de Desarrollo el Gobierno tuvo diálogo directo con todos los integrantes de la Corporación. Por ahora habrá que esperar qué sorpresas dejará este nuevo periodo de sesiones en la relación Concejo-Gobierno, que  tras la aprobación del Plan  de Desarrollo, traerá consigo ajustes al gabinete municipal. Cambios en gabinete  El alcalde de Cali, Maurice  Armitage,   según conoció El País, tiene entre sus planes  hacer ajustes a su gabinete.Los mismos se realizarían en las  próximas semanas y afectarían al menos tres  secretarías. De acuerdo con lo que se pudo establecer,  las modificaciones podrían ser en las secretarías de Tránsito y Educación. Una tercera podría ser Hacienda, pero el Mandatario todavía no ha analizado bien ese caso.Otro cambio, que se daría por la causal de edad de retiro forzoso, sería en la Secretaría de Gobierno. León Darío Espinosa, secretario de  Planeación y quien hace un tiempo expresó su deseo de marcharse del gabinete, al parecer no lo haría, pues el Alcalde está satisfecho con su trabajo y especialmente luego de que liderara en el Concejo la defensa del Plan de Desarrollo de Cali.

 

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