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Accidentalidad sigue cuesta arriba en camperos

En el último año, los ‘yipetos’ protagonizaron 1.660 accidentes, con más de 65 heridos. Estos ocurren con más frecuencia en Terrón Colorado y en la vía a Cristo Rey. Alcaldía considera que en la ciudad unos 400 vehículos circulan de manera informal.

5 de julio de 2010 Por: Carolina Bohórquez R., reportera de El País.

En el último año, los ‘yipetos’ protagonizaron 1.660 accidentes, con más de 65 heridos. Estos ocurren con más frecuencia en Terrón Colorado y en la vía a Cristo Rey. Alcaldía considera que en la ciudad unos 400 vehículos circulan de manera informal.

“¡No te colgués más. Metete antes de que nos vea el guarda!”. De nada valió la advertencia que le hizo el conductor del campero rojo al joven que desde la Carrera 10 con Calle 11 venía bamboleándose en la parte trasera y pregonando, a todo pulmón, la ruta a Cristo Rey y a los corregimientos de Pichindé y Los Andes. El guarda, que ya los había visto de lejos al doblar por la Calle Quinta, detuvo el vehículo. Son las 5:30 p.m. y la marcha desde el Centro se inició con diez pasajeros que viven en Pichindé. Algunos de ellos empezaron a impacientarse porque el hombre de uniforme azul pálido pidió los documentos del carro modelo 79. “Vos sabés que no se puede llevar gente colgando. Si los papeles no están en regla habrá problemas”, advirtió el uniformado al motorista, mientras miraba receloso la tarjeta de operación de ‘la guala’. Uno de los ocupantes cuestionó el retén en voz baja. “¿Por qué no los dejarán trabajar?”, mientras otro susurrando, comentaba: “Están ‘pilas’ desde hace una semana cuando en un accidente murieron cuatro personas que se habían montado en un campero con esta misma ruta”.A los pocos minutos el chofer y su joven pregonero dieron un suspiro profundo al recibir de nuevo la licencia que, al parecer, estaba en orden.“Ya podés gritar de nuevo”, dijo el muchacho del volante, que al subir por Bellavista aumentó el cupo de diez a quince personas, dos de ellas un bebé recién nacido y un niño de unos 3 años. Todos sin cinturones de seguridad, porque el automotor no los tiene. El techo del vehículo se hundía un poco por una bicicleta, una viga de madera y otros paquetes con mercado y costales de los usuarios.A medida que el campero avanzaba su marcha, el camino a la zona rural parecía estrecharse. Ya había transcurrido una hora. Anochecía y la carretera sólo se iba iluminando con las luces del ‘jeep’, porque hacia Pichindé la mayor parte de la vía permanece en tinieblas.Metros después, el campero paró para permitir que otra ‘guala’ de la misma empresa tomara la dirección contraria. No se veía ningún otro tipo de vehículo de transporte público. La desolación se combinaba con el silencio de quienes iban desocupando el carro durante el ascenso a Los Andes, donde el camino serpentea en forma de trocha. Luego, el conductor le comentó: “El otro día en este paso (un puente sobre un riachuelo en Pichindé, totalmente oscuro) se trabó la tercera y no funcionó la caja de cambios. Y como la farola estaba dañada me quedé a oscuras toda la madrugada”. ¿La ruta de la muerte?Esa misma ruta por la vía a Cristo Rey se ha venido convirtiendo en una carretera de la muerte con camperos que terminan con la lámina retorcida por choques, volcamientos o porque ruedan por un abismo.En la vereda Brisas de los Cristales hay una foto de una niña que murió atropellada cuando tenía 5 años. Otro caso ocurrió el 5 noviembre pasado, cuando Apolinar Valencia también pereció. La familia recuerda que el hombre, de 58 años, iba en su motocicleta cuando, dicen sus allegados, fue arrollado por un ‘yipeto’.Algunos testigos dijeron entonces que dos camperos iban en sentido contrario por esa carretera y al tratar de ser esquivados por el motociclista, éste cayó embestido por uno de los automotores. Seis meses después, la muerte volvió a presentarse. En esta ocasión fallecieron cuatro personas y otra decena quedó lesionada, porque el campero rojo en el que se desplazaban habría tenido fallas mecánicas. Esta ruta, según la Alcaldía, es cubierta por la empresa La Estrella, que, de acuerdo con la Secretaría de Tránsito Municipal, no está autorizada.Sin embargo, la prestación de este servicio genera ‘choques’ de opiniones. La comunidad lo respalda: “Nosotros vivimos lejos y por sólo $1.300 nos llevan hasta la casa, a donde otros no suben por el estado de las vías. Está bien que se diga que deben tener más control, pero no se les puede prohibir que transiten, porque nos están colaborando”, comenta Lidia Guzmán, moradora del corregimiento. Pero los guardas de tránsito que están intensificando operativos, como lo anunció el titular de la dependencia, Fabio Cardozo, después del accidente, manifiestan que aunque hay una necesidad social de por medio, los ‘yipetos’ no acatan los controles. “Ahora habrá medidas más drásticas”, sentencia Cardozo. La Secretaría de Tránsito le hizo un llamado al orden a la transportadora La Estrella para que suspenda el trayecto a Cristo Rey. En la dependencia informan que se están reuniendo evidencias, pero no es fácil porque ningún testigo se ha acercado a rendir una declaración oficial de lo que pasó hace una semana, cercanías a la imagen de la Virgen de Pichindé.Lo más estremecedor son las cifras, pero no sólo de este caso. Desde el último año hasta abril pasado, en Cali se contaron 1.660 accidentes de camperos, con reportes de más de 65 heridos. En dos años ya van trece muertos.Un panorama que para las autoridades es recurrente por problemas mecánicos y por la imprudencia de motoristas, pero también de otros carros particulares.Este año han sido inmovilizados 39 camperos y se han puesto 101 comparendos de las empresas La Estrella, Tax Emperador y Cootransol. Más de la mitad de las multas obedecieron a sobrecupo. Un campero no debe está autorizado para transportar más de diez pasajeros. Incluso, la Secretaría de Tránsito afirma que en Cali la mayor cantidad de quejas por violaciones de tránsito involucran a estos vehículos, lo que es rechazado por sus conductores.Álvaro Lara, gerente de La Estrella, dijo que aunque reconoce la crítica situación, “la Alcaldía también tiene responsabilidad y si se habla de Pichindé, este servicio se presta por la necesidad de esas personas. Falta que se resuelva la inclusión en el MÍO. Llevamos años esperando y nada, y hay zozobra entre los cien trabajadores porque no hay garantías”. El gerente de Tax Emperador, John Jairo Pérez, dijo que “no podemos desconocer la realidad y, por eso, se trabaja para entrar al MÍO, pero no hemos podido por intereses de monopolio de la Alcaldía”.Lo cierto, es que mientras no les brinden alternativas, los habitantes de zonas como Pichindé, a donde sólo llegan los camperos, tendrán que seguir usándolos, por muy peligrosos que sean.Camperos quieren hacer parte del MÍOLa Secretaría de Tránsito dijo que son seis las empresas con 800 camperos autorizados para circular en Cali y lo hacen en la zona de ladera que comprende las comunas 2, 18 y 20, es decir, donde están situados barrios como Terrón Colorado, Siloé y Alto Nápoles. Estas empresas legales son La Estrella, Cootransol, Trans Calipuerto, Tax Ermita, Cootransunidos y Tax Emperador, las cuales esperan en esta semana la entrega de un estudio financiado por Metrocali para analizar las opciones con las cuales se vincularían al MÍO.Sin embargo, los transportadores aseguraron que desde hace cuatro años están en conversaciones, sin ningún resultado. Dicho estudio, con un costo de más de $214 millones estaría considerando incluir a los camperos como alimentadores o complementarios del sistema masivo de transporte en las zonas de difícil acceso. Al respecto, el director de Transporte del MÍO, Juan Carlos Orobio, sostuvo que aún no se ha llegado a ningún acuerdo y que el propósito de la Alcaldía es lograr que estos vehículos presten un servicio eficiente, con calidad y que garanticen la vida de los usuarios.Datos clavesLa ruta hacia Cristo Rey y Pichindé, que era transitada por el campero que se accidentó hace una semana, dejando un saldo de cuatro muertos, no tiene autorización alguna. Sin embargo, la zona rural reclama esa opción.La Alcaldía considera que en la ciudad, además de los carros que circulan con la respectiva autorización, unos 400 lo hacen de manera informal, sobre todo, en el Oeste y en el Distrito de Aguablanca.Los principales accidentes de estos ‘yipetos’ o ‘gualas,’ como son conocidos en la ladera, ocurren con más frecuencia en Terrón Colorado y en la vía a Cristo Rey.Cifras432 accidentes ha contabilizado la Secretaría de Tránsito de Cali de sólo camperos, entre enero y abril de este año. 999 accidentes de camperos registró la Alcaldía en el año 2007. Comparando esta cifra con la del año pasado, hubo un aumento en el 2009 de un 23%.

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