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120 jóvenes se convierten en promotores de paz

Con talleres y actividades extracurriculares aprenden a encontrar soluciones pacíficas a los conflictos y a cuidar la ciudad.

4 de junio de 2015 Por: Diane Palacios Chamorro | especial para El País

Con talleres y actividades extracurriculares aprenden a encontrar soluciones pacíficas a los conflictos y a cuidar la ciudad.

Y yo por qué estoy aquí si a mí nunca me tienen en cuenta para nada?, le preguntó Juan David, un estudiante de grado once del Liceo Santa Clara  a Adriana Tenorio, sicóloga  social que trabaja con la Asesoría de Paz.  La respuesta de Adriana fue contundente: precisamente por eso.

En el segundo semestre del año 2013, las cifras de homicidios en la Comuna 6 evidenciaron dos circunstancias preocupantes: eran las más altas de la ciudad y los adolescentes, sus principales protagonistas. Por esta razón, la Asesoría de Paz puso en marcha el programa ‘Promotores de Paz’,  una estrategia en  las aulas  que busca   capacitar a los jóvenes en derechos humanos, resolución de conflictos y lucha contra la trata de blancas y  el reclutamiento forzado.

Una cátedra de convivencia

Inicialmente el programa se denominó ‘Patrulleritos de Paz’ y comenzó a funcionar en las seis instituciones educativas que conforman la Asociación  César Conto. En la actualidad, la estrategia se lleva a cabo en diez colegios.  

 “Es un proyecto muy bonito que trata de promover ambientes pacíficos desde el colegio para llevar un mensaje:   cada persona tiene la capacidad de construir paz. Y eso es lo que les llevamos a los niños, para que  la construyan desde sus hogares, sus colegios”, dice el asesor de Paz, Felipe Montoya.

 Las actividades, que dirigen dos profesionales del grupo de Derechos Humanos, tienen una duración de 20 horas, se llevan a cabo durante la jornada escolar y como si fuese una asignatura  más, los participantes adquieren conocimientos específicos y realizan tareas y exposiciones.

“Aprenden acerca de la Ley 1620 de 2013 o ley de convivencia escolar. Uno de los puntos clave es la prevención del acoso y que los muchachos  no terminen siendo víctimas de la trata de blancas o sean reclutados por pandillas o grupos delincuenciales”, dice Adriana.

En el aula, los jóvenes aprenden  a identificar señales de alerta y a entender su responsabilidad como ciudadanos y las consecuencias que tienen sus  actos en la vida de los demás. 

“Si el abuso se calla es más grave y pueden ocurrir casos como el del estudiante que se mató en Bogotá por bullying. Hay que frenarlo desde el principio”, dice Kaily, estudiante de la Comuna 6, en referencia al caso de Sergio Urrego, quien al parecer se suicidó tras haber sido víctima de discriminación por parte de las directivas del colegio donde estudiaba, luego de que se supiera que  era homosexual.

Comprometidos con el cambio

 La acogida del programa entre los niños y jóvenes es tal, que ellos mismos proponen  temas, actividades y cambios. Un ejemplo  fue la transformación del nombre de patrulleritos a promotores.

“Durante una actividad uno de los niños se me acercó y dijo que la palabra patrulleritos sonaba a policía y que él sentía que no eran eso. Se armó una discusión y finalmente otro estudiante dijo: es que nosotros somos promotores, eso es lo que somos”, cuenta Adriana.

El nombre no fue lo único que cambió. Luego de graduar el año pasado  una primera promoción de 274 promotores, Adriana y sus seis compañeros del grupo de Derechos Humanos  tomaron la decisión de incluir a los estudiantes con problemas de convivencia.  

“En principio eran los más destacados, pero se estaban dejando por fuera a aquellos que requerían mayor atención. Los estudiantes no son un problema, tienen dificultades y eso hay que saber identificarlo”, dice la psicóloga.

Así fue como llegó Juan David al programa. Luego de desertar de un colegio, de sentirse opacado y de creerse “un problema”, hoy se destaca entre sus compañeros de clase y entre los 120 estudiantes que se gradúan el próximo 17 de junio como Promotores de Paz.  

Semillas de  paz

Ghandi, Martin Luther King, Nelson Mandela, los Derechos Humanos. Javier enumera uno a uno los temas que dice ha aprendido con “la profe”. Este estudiante,  que cursa séptimo  en el colegio Antonio Maceo y que se describe como callado,   se pelea la palabra con sus compañeros para señalar los beneficios que le ha traído el programa.

“Las personas deben saber que no hay diferencias, que todos somos iguales y tenemos derechos”, afirma.

Debido a estos resultados, la Asesoría de Paz decidió integrar el programa a otras iniciativas como ‘Mi ruta se disfruta’ y ‘Mi primer empleo’, con el fin de darles continuidad a las actividades del programa y reforzar los resultados. Gracias a ‘Mi primer empleo’, varios jóvenes que se graduaron como promotores el año pasado, hoy laboran dentro de las instituciones de las que egresaron.

 Además de promover la convivencia pacífica en los sectores donde viven y estudian los niños y jóvenes, la Asesoría también busca que estos conozcan la ciudad y se integren con otros sectores de la población. Así, se planean salidas al zoológico, la Biblioteca Departamental, o la Cinemateca de La Tertulia.

 “La actividad de la Cinemateca fue muy chévere. Pasó de todo. Es lo normal de andar con niños y ellos quedaron muy antojados de entrar al museo. Es chévere abrirles los ojos y lo que queremos es visibilizarlos y que ellos se sientan importantes, que sientan que están jugando un rol importante”, dice Felipe Montoya.

 Las semillas que ha dejado el programa se pueden ver no sólo en los colegios, sino también en sus hogares. Muestra de ello es Kaily, quien cuenta que sostenía una relación difícil con su madre, pero hoy dialoga con ella.

“Cuando no me gustaba algo me quedaba callada y ya no lo hago, le digo y me he aprendido a calmar. Todos los días trato de hablar, porque si uno se calla, se ahoga solo. Ya no reacciono de forma violenta y ya sé que hablando se entiende la gente, porque no somos animales, somos personas que racionamos”, dice.

Colegios del programaAsociación Educativa César Conte  sedes Gaitán, Petecuy, Pízamos, San Luis y Nueva Base.Liceo  Rafaél García Herreros.I.E.  Jesús Villafañe Franco.Colegio  Monseñor Ramón Arcila.

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