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Con frecuencia, los conductores de vehículos olvidan su responsabilidad al volante por estar curioseando accidentes en las calles, por lo que frenan o aceleran en forma inesperada, causando un accidente adicional. | Foto: FOTOLIA / ELPAÍS

Los riesgos de chocarse por 'curiosear' un accidente de tránsito

La curiosidad de los conductores que se distraen para ver un accidente previo es la gran causa de los segundos accidentes.

25 de julio de 2017 Por: Álvaro Mejía G. / Especial para El País<br><br>

Los bien llamados‘ segundos accidentes’ se presentan como consecuencia de la ‘amarillista’ curiosidad de muchos conductores que olvidan sus responsabilidades frente al volante por conocerlos pormenores de lo acontecido en un accidente previo. Por este simple, humano, pero peligroso motivo, muchos de estos conductores curiosos terminan con sus coches incrustados en el baúl del vehículo de adelante, que también frena o desacelera para satisfacer la curiosidad de quien lo guía.

Otro factor que dispara las posibilidades de que ocurra un segundo accidente es la exagerada demora en la llegada de las autoridades de tránsito encargadas de levantar el plano respectivo y de mover rápidamente los vehículos afectados a un sitio seguro para evitar otro incidente entre los curiosos automovilistas que pasan por el lugar.

En la seguridad terciaria la batería se aisla para evitar cortos circuitos y es reemplazada por una diminuta pila que activa las luces de parqueo.

Vale anotar que además de evitar segundos accidentes, la oportuna presencia de las autoridades resulta definitiva para impedir las riñas y las acaloradas discusiones que se registran entre los conductores y pasajeros de los vehículos afectados.

A propósito de lo anterior es preciso recordar que muchos de los conductores y pasajeros que salen ilesos en un incidente de tránsito terminan muertos o heridos como consecuencia de la ira de la contraparte.

Como si fuera poco, la demora en la llegada de los guardas de tránsito, que en Cali se toman horas para hacer presencia en los sitios de accidentes, genera otro grave e inminente peligro como es el de ser víctima de los ladrones, que aprovechan la nefasta situación para desvalijar los autos accidentados y hurtar las pertenencias de sus ocupantes.

Entre los modelos dotados con seguridad terciaria están las versiones más lujosas y costosas de la serie 7 de BMW y de la Clase E de Mercedes Benz.

Afortunadamente, la industria automotriz ha tomado cartas en el asunto, creando lo que se conoce como seguridad terciaria, complementaria de la ya conocida seguridad activa, destinada a evitar los accidentes y de la pasiva, que nos protege en caso de accidente.

De acuerdo con lo anterior, los autos modernos dotados con seguridad terciaria, por ahora unos pocos de gama alta, incorporan un sofisticado sistema electrónico encargado de cortar la entrega de combustible y de electricidad y de llamar automáticamente a los centros de asistencia de emergencia y de servicio de la marca, ubicados cerca del lugar del accidente.

Gracias a la inminente llegada y ‘democratización’ de la seguridad terciaria se evitarán muchos de los absurdos segundos accidentes que suceden por la natural y a veces peligrosa curiosidad humana.

Ojalá y su llegada sea lo más pronto posible.

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