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Durante el sellado del motor, los anillos y cilindros deben quedar herméticamente ajustados entre sí para obtener alto poder motriz. | Foto: Foto: Fotolia / El País

¿Cuáles son los cuidados que se deben tener con el motor de un carro nuevo?

Los primeros ‘pasos’ son vitales para el funcionamiento de un motor. Uno bien ‘sellado’ es más eficiente y dura más.

24 de agosto de 2017 Por: Álvaro Mejía G. / Especial para El País

Al contrario de lo que ocurría con los motores de los autos de antaño y gracias a los avances de ingeniería, nuevos materiales y alta precisión de construcción, los motores modernos no requieren de un tratamiento especial en los primeros kilómetros de recorrido.

De acuerdo con lo anterior, la planta motriz de un vehículo de estreno puede ser usada normalmente y exigida al máximo por el conductor, sin haber sido sometida antes al ya obsoleto proceso de ‘afloje’ del motor demandante de mil o más kilómetros de ‘cuidados intensivos’.

Sin embargo, es preciso aclarar que el tratamiento dado a un motor en sus primeros kilómetros sigue siendo definitivo para lograr el mejor desempeño, mínimo consumo de combustible y larga vida útil de cualquier máquina.

Para obtener estos buenos resultados es necesario ‘sellar’ perfectamente el motor, y más precisamente, los anillos y cilindros que deben quedar herméticamente ajustados entre sí para obtener una alta rata de compresión, traducida, como ya dijimos, en alto poder motriz, poca demanda de gasolina y mínimo desgaste de la máquina.

Este sencillo procedimiento de sellado del motor, que se debe hacer en los primeros 500 o 1.000 kilómetros de recorrido del auto, se puede efectuar durante la conducción diaria en ciudad.

Sin embargo, lo ideal y recomendado para conseguir un óptimo y expedito sellado del motor es tomar carretera y usar la caja de cambios para mantener el tacómetro del auto entre las 2.000 y las 3.000 revoluciones, realizando aceleraciones y desaceleraciones durante 20 ó 30 minutos como máximo.

De esta manera, al acelerar estaremos sellando el motor y al levantar el pie del acelerador le daremos a la máquina un merecido baño de aceite que permite ‘asentar’ los anillos y cilindros de forma precisa, generando la mínima fricción posible.

Este proceso de sellado debe ir acompañado de un aumento paulatino en el tope de revoluciones, que se debe incrementar 500 vueltas cada 15’ a 20’ hasta llegar a las 4.000 o 4.500 r.p.m. como máximo.

De esta fácil manera y en muy pocos kilómetros, el motor estará listo para ofrecerle al propietario del coche centenares de miles de kilómetros de vida útil, plena potencia y un mínimo consumo de combustible.

Es obligatorio mencionar que, si bien es cierto que los motores modernos pueden ser llevados hasta su límite de revoluciones desde nuevos, también es cierto que la aguja del cuentarrevoluciones no puede permanecer en el tope máximo permitido por más de un segundo.

Esta imperativa ‘ley’ aplica desde el mismo momento en que se reciben las llaves en la vitrina hasta cuando el auto ‘muere’ por vejez y se da de baja su matrícula.

Ya que tratamos este importante detalle técnico es preciso puntualizar un tema que resulta confuso para muchos conductores como es el correcto uso del tacómetro en un coche contemporáneo.

En este sentido es perentorio dejar muy en claro que los motores modernos están pensados, desarrollados y construidos para aprovechar la inercia que contrarresta la inexorable ley de gravedad de Newton.

De acuerdo con lo anterior, y contrario a lo que se piensa comúnmente, un motor moderno trabajando en ciudad por debajo de las 2.000 rpm (sub-revolucionado) entrega menos ‘perrenque’, consume más gasolina y ‘fallece’ muchos kilómetros antes (100 mil o más) que uno usado entre las 2.000 y 3.000 vueltas, que es el régimen de revoluciones indicado para transitar en ciudad.

Como se podrá comprobar, el cumplimiento de estas sencillas recomendaciones redundará en una conducción más eficiente, segura, económica y placentera.

Datos de interés

Debido a que el peso de cualquier vehículo se multiplica en proporción a la inclinación del terreno por el que transita durante la conducción en cuestas, (La Línea, Minas, Letras, etc.) el motor de un auto realiza su mayor esfuerzo. Por esa razón y con el fin de garantizar un buen caudal y presión de aceite al transitar en montañas, el motor debe funcionar siempre por encima de las 2.500 r.p.m.

En este caso hay que cuidar el bolsillo, preservando el motor y no economizando gasolina marchando a bajas y dañinas revoluciones.

Además de resultar inocuo desde el punto de vista motriz, mantener el motor en su límite de vueltas genera el flotamiento de válvulas, alteración o pérdida de los parámetros de sincronización y un prematuro y acelerado desgaste de la máquina, entre otras consecuencias.

Así mismo, y para proteger el motor, cualquier auto actual corta la entrega de corriente a la unidad de potencia tan pronto y como la aguja del tacómetro llega a la ‘frontera’ divisoria de las zonas blanca y roja.

Por norma, entre 2.000 y 3.000 r.p.m. se consigue un adecuado sellamiento del motor, imposible de lograr por debajo del rango de las 2.000 r.p.m. en el que la culata se ’carbona’ aceleradamente, debido a la pobre combustión.

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