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Travesía de una familia tulueña que huyó de Venezuela y lo perdió todo

Los Trejos Hincapié dejaron todas sus pertenencias en el municipio venezolano de San José de Guanipa, en el estado de Anzoátegui, y regresaron a Colombia de donde salieron hace siete años.

27 de agosto de 2015 Por: Redacción de El País, Tuluá

Los Trejos Hincapié dejaron todas sus pertenencias en el municipio venezolano de San José de Guanipa, en el estado de Anzoátegui, y regresaron a Colombia de donde salieron hace siete años.

Sólo con la ropa que tenían puesta llegó a Tuluá la primera familia desplazada de Venezuela tras el cierre de la frontera con nuestro país. A ellos no les derrumbaron la casa, pero si las ilusiones y los sueños con los se fueron de Colombia hace siete años. Lea también: Ya van 1088 colombianos deportados de Venezuela tras cierre de la frontera

Los Trejos Hincapié lo perdieron absolutamente todo. Los enseres, electrodomésticos, y todas las pertenencias con que contaban en el municipio venezolano de San José de Guanipa, en el estado de Anzoátegui.

No les quitaron los tres niños que tienen, dos nacidos en el país hermano, porque Andrés Felipe Trejos Osorio, el jefe del hogar, tuvo que entregarles todos sus ahorros a miembros de la Guardia Venezolana para que los dejara pasar.

Junto a este tulueño de 30 años, quien se ganaba la vida como ayudante en un taller de mecánica, regresaron, su esposa, Paula Andrea Hincapié, sus tres pequeños hijos de 3, 5 y 8 años de edad y su cuñado, Óscar Eduardo Hincapié que trabajaba en una panadería.

Como el paso por la frontera está restringido les tocó caminar en medio de las trochas durante varias horas hasta llegar a Arauca en donde el Gobierno los acogió en un albergue temporal. Lea también: El calvario de los colombianos a orillas del Táchira es peor por la noches

Gracias a la gestión de la Personería de Tuluá, se logró que una empresa de transporte les regalara los tiquetes para que regresaran a su tierra natal.

"Tomamos la decisión de abandonar ese país porque prácticamente nos estábamos muriendo de hambre. Como no teníamos la famosa carta-huella, porque no teníamos la cedula venezolana, entonces no podíamos adquirir en los supermercados los productos de primera necesidad, como arroz, leche, azúcar y mucho menos las medicinas”, manifestó Paula Andrea Hincapié, quien dijo que la situación empezó a agudizarse hace dos años.

Su esposo, agregó que a los problemas para adquirir los alimentos y las medicinas para los niños, se suman las humillaciones y los vejámenes de los que son víctimas muchos colombianos que viven en la zona frontera.

Sin un peso en el bolsillo, durmiendo en el piso, y prácticamente viviendo de la caridad pública, esta familia vive de 'arrimada' en la casa de un familiar en el barrio Rojas de Tuluá.

La personera de Tuluá, Luz Piedad Ruiz Alvarado, informó que en las próximas horas a estas personas se les brindará una ayuda humanitaria de emergencia mientras el Gobierno Nacional da las directrices para conocer en qué forma se les atenderá.

"Hoy atendieron a los niños que están enfermos en el hospital Rubén Cruz Vélez y ya gestionamos para que les entreguen los carnés de salud”, indicó la representante del Ministerio Público.

[[nid:457592;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2015/08/mvd6709506.jpg;full;{El paso de colombianos por trochas que atraviesan el río Táchira, frontera con Venezuela, fue interrumpido este miércoles por la presencia de soldados en la orilla de ese país. Fotos: AFP}]]

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