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Trágico accidente en carreteras de Nariño enluta a Candelaria

Los familiares de los integrantes del bus que rodó por un abismo, al parecer por exceso de velocidad, en la vía que de Ipiales conduce a Pasto, hablaron con El País sobre el accidente.

14 de noviembre de 2011 Por: Luz Stella Cardona | Reportera de El País Palmira

Los familiares de los integrantes del bus que rodó por un abismo, al parecer por exceso de velocidad, en la vía que de Ipiales conduce a Pasto, hablaron con El País sobre el accidente.

En la tarde de este lunes la confusión se apoderó de los habitantes del barrio Santa Ana, en el municipio de Candelaria, tras conocerse la noticia de que uno de los buses que partió el pasado viernes de esta localidad con destino a Tulcán, Ecuador, se había accidentado en la vía que de Ipiales conduce a Pasto, dejando un saldo de seis personas muertas y 29 heridas.Aunque el percance se registró, al parecer hacia las 7:30 de la mañana, dos horas más tarde familiares, amigos y vecinos seguían sin conocer la suerte de sus seres queridos y desesperados trataban de comunicarse vía telefónica con el Hospital Civil de Ipiales donde fueron remitidos todos los pasajeros del autobús.Doña Libia Pérez, madre de María Fernanda Herrera Pérez, de 32 años, fue la primera en enterarse que su yerno, Carlos Alfredo Rivas, 36 años, había sido una de las víctimas del trágico insuceso.Según indicó la mujer, su hija, quien sufrió lesiones en el pecho y en la cabeza, había decidido salir de viaje con su esposo porque él quería conocer Ecuador.“Él trabajaba como guarda cívico en Cali y el sábado se había graduado en la Secretaría de Tránsito del Municipio de Cali, por eso, también decidieron hacer el viaje”, indicó doña Libia quien agregó que la pareja llevaban juntos más de 18 años y tenían dos niñas, una de 16 y otra de 15.“Es una tragedia todo lo que pasó”, añadió.Entretanto, Betty, hermana de María Fernanda, relató que el viernes, hacia las 9:00 de la noche, partieron tres buses de Candelaria con destino al vecino país, pero cada excursión fue organizada por una persona diferente.“Mi prima Claudia Patricia Herrera organizó el viaje en el que viajó mi hermana. Ella ya había hecho uno el pasado puente festivo, pero a Medellín. Este era un paseo que se hacía cada año y algunos aprovechaban para conocer y otros para hacer compras”, explicó Betty quien agregó que al parecer el accidente se habría registrado por exceso de velocidad del conductor del bus.Informes de la Policía de Tránsito y Transporte de Nariño señalan que el accidente se produjo a la altura del kilómetro 18, en la vía que de Ipiales conduce a Pasto, en el corregimiento San Juan, cuando el bus, de placas VOV - 133, afiliado a la empresa Transportes Especiales Alameda de Cali se quedó sin frenos y rodó por un abismo de quince metros de profundidad chocando en la caída con varios árboles.Mauricio Cisneros, comandante del Cuerpo de Bomberos de Ipiales, manifestó que “hay versiones de un exceso de velocidad y también de fallas mecánicas, pero lo único que podemos dar es un balance negativo de esta situación”.Dijo también que en automotor viajaban 35 ocupantes, entre adultos y niños.En efecto, el comandante de la Policía de Tránsito y Transporte de Nariño, Miguel Ángel Moreno Castellanos, indicó que el bus perdió el control “al parecer por un exceso de velocidad” provocando la muerte a seis de sus integrantes y lesiones a más de veinte personas.En el impacto perdieron la vida, Gabriel Raigoza Rivera, Carlos Alfredo Rivas, Alejandro Steven Barrientos, de 11 años, Cecilia Jaramillo, Adriana Patricia Brand Bedoya y Rosa Imelda Díaz Romo.Según indicaron algunos vecinos del barrio Santa Ana, Gabriel Raigoza viajaba en compañía de su esposa, Argenis Orejuela y dos sobrinos, Geraldine y Hugo Hernán Raigoza, quienes sobrevivieron a la colisión.Por su parte, Luz Eliana Pinchao daba gracias a Dios porque su padre, Luis Anselmo Pinchao, aparecía también en la lista de sobrevivientes. Sin embargo, no pudo contener el llanto cuando conoció que Gabriel Raigoza, su inquilino, no corrió con la misma suerte.“Mi nieto está vivo, gracias Dios mío”Don Carlos Arturo Herrera, padre de Claudia Patricia, la organizadora de la excursión, tenía la angustia marcada en el rostro.El hombre de tez trigueña trataba de mantenerse tranquilo pero la ansiedad lo estaba matando por dentro al pensar en lo que le habría podido pasar a su hija y a su nieto Cristian Camilo, de 7 años, quien también iba en el viaje.Sin embargo, una llamada hecha a una de las pasajeras del bus, María González, quien estaba bajo observación en el hospital le devolvió la vida.La mujer le confirmó que su nieto y su hija estaban bien. Levantando las manos al cielo el hombre dio gracias al Altísimo y oró.“Mi nieto está vivo, gracias Dios mío”, no se cansaba de repetir don Carlos Arturo, mientras su madre, doña Licenia lloraba incontrolable al saber que su nieta y bisnieto habían salido ilesos del terrible percance.Don Carlos Arturo explicó que Claudia, su hija, era una mujer muy trabajadora y realizaba diferentes actividades para sacar adelante a su familia.Dijo también que no es la primera vez que ella organiza este tipo de excursiones y aclaró que lo hace en compañía de otra persona cuyo nombre no reveló.Este lunes se trasladaron a Pasto varios familiares de las personas que iban en el bus para ayudar a sus parientes e informar a los que se quedaron en Candelaria sobre la evolución de sus seres queridos.

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