Por jugar con la tabla Ouija, menor se suicidó en Buenaventura

Así lo aseguró la madre de la víctima, al indicar que, de un momento a otro, su hijo empezó a invocar a satanás, de quién decía él era su padre.

De un momento a otro, cuentan los testigos, Julio César Miranda, se transformó y consiguió un cuchillo, con el cual se quitó la vida. Él y otra muchacha estaban atrapados desde hace rato en el juego de la tabla Ouija, a la cual culpa su madre de tomar tan fatal decisión.Julio César tenía 17 años, hacía poco había dejado de estudiar, no se sabe si influido por estos juegos u otra cosa, trabajaba de vez en cuando, pero desde hacia unos días estaba centrado en la tabla."El era un buen muchacho, dibujaba muy bien, diría que excelente, pero de un momento comenzó a cambiar", dijo su madre Meri Campaz.Relató que comenzó a llamar a Belcebú (Satán), de quien decía era su padre y a él le debía obediencia.El pasado tres de junio salió a la calle desnudo, hizo del cuerpo y les lanzó las heces a varias personas que lo golpearon.Pero el pasado lunes en la noche, su situación se complicó, poco antes le había dicho a su madre que si lo observaba raro, que lo golpeara y no lo dejara actuar, pues él tenía una orden de Belcebú de que debía sacrificar a su madre y una hija de ella, según comentó la señora Campaz.Ese día Julio César, residente en el barrio Puerta del Cielo, acosado por esa extraña posesión demoniaca, decidió quitarse la vida, una puñalada el estómago terminó con su locura.Cuenta su madre que lo llevó a una clínica herido, pero en la misma le dieron de alta, pues él aseguraba que no tenía nada. Pero al llegar a su casa murió.De la compañera del macabro juego se conoció que recibe asesoría sicológica, pues el impacto de la muerte de su amigo fue muy fuerte.Las autoridades iniciaron las investigaciones para precisar las reales causas de este suicidio, mientras que la Iglesia no se ha pronunciado.