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Obras de Nelson Saavedra, escultor de imágenes católicas en El Cerrito, Valle. | Foto: David Quintero / El País

EL CERRITO

Nelson Saavedra, el hombre detrás de las imágenes de la Semana Santa de El Cerrito

Conozca al hombre detrás de las imágenes que salen todas las noches en los hombros de cargueros jóvenes y adultos por las calles de El Cerrito.

19 de abril de 2019 Por: David Quintero / Especial para El País

Preguntarle a Nelson Saavedra sobre cuántas esculturas ha tallado puede ser algo complicado para él, pues no tiene la respuesta precisa. Tal vez más de mil, responde sentado en el taller donde les da vida a todas las imágenes religiosas de la Semana Santa del municipio de El Cerrito, centro del Valle.

Es el padre de tres hijos, dos hombres y una mujer y se considera un hombre religioso y muy creyente. Esto se lo debe a sus padres y ancestros que le inculcaron las costumbres y tradiciones religiosas de este municipio, y a su relación con la iglesia, pues de niño era acólito.

Tiene 49 años y 29 de ellos se los ha dedicado a servir, como dice él, a través de un talento que solo pocos tienen. De hecho, en este pequeño municipio, él es el único que lo posee.

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Hay escultor en el pueblo

El arte siempre ha estado en la vida de este cerriteño de casi un metro con noventa centímetros de altura, cabellera larga recogida en una cola de caballo y hablado pausado. Él asegura que todo empezó cuando era un estudiante de bachillerato.

“Desde niño con mis hermanos dibujábamos. En mi época de bachillerato me interesaba mucho por la figura humana, el rostro, el cuerpo. Entonces empecé a dibujar lo que veía en los recortes de prensa políticos, modelos, todo lo que veía. Cuando terminé el bachillerato empecé a modelar figuras humanas en barro”, cuenta.

Poco a poco el universo hizo silenciosamente su tarea y Nelson se dio cuenta de que Dios, como dice él, le había dado un talento. Para entonces, terminaban los años 80, y tuvo su primer contacto con una imagen religiosa de la Semana Santa.

Fue por un primo suyo que llevó una imagen de un santo a su casa, por el que entró a este mundo de fe y devoción católica. Pero para esa época las imágenes no tenían los mejores acabados ni tampoco eran estéticamente presentables. Él cuenta por qué.

“Las imágenes eran de cartón y no eran tan bonitas. Incluso los fotógrafos, en aquel tiempo, nos decían que no nos tomaban fotos porque eran muy feas”.

Esta fue una de las razones que lo llevó a buscarle solución a este pequeño problema. Decidió de manera muy artesanal y empírica, darles forma a las imágenes utilizando lo primero que se le ocurrió.

“Empecé a hacer el nazareno, pero en cemento, muy rústico, porque yo no tenía idea de todo ese proceso. Incluso, se quedaron pegadas, hasta martillo me tocó darle para que saliera”, relata con cara de preocupación que, en instantes, reemplaza por risas.

Después de fallar con este método encontró la manera más adecuada de hacer figuras resistentes y livianas: yeso, madera, cedro, yeso americano y resina son los elementos de los que están compuestos los santos que Nelson talla. A partir de este momento todo cambio para él y el Municipio.

-Ya hay escultor en El Cerrito, tenemos escultor en el pueblo-, era lo que la gente decía cuando se dieron cuenta del talento de este moreno grande. Para él, esto fue una bendición, pues su carrera como escultor se disparó y el trabajó creció tanto como él.

Entonces, la Semana Santa pasó de tener 15 imágenes sencillas a casi 49 con finos acabados de las que casi todas, él es el creador. “Me llegaban trabajos para hacer y yo me sentía tan confiado de mí mismo que a todo el que me pedía una imagen yo le decía que sí, pero mentiras, por dentro yo estaba asustado, tenía miedo”, confiesa.

Su nombre fue sonando tanto que llegó a municipios como Jamundí y Yumbo, y departamentos como Cauca y Boyacá, desde donde asegura que ha recibido llamadas para que realice imágenes o restauraciones.

Nelson confiesa que no estudió, que todo fue empírico y que fue gracias a Dios que las cosas se le fueron dando. “Mi mayor inspiración es Dios, siempre me encomiendo a él, porque fue mi guía y mi orientador”.

Además, agrega que, aunque es empírico, sí tiene referentes internacionales que le sirven para hacer sus creaciones. “Una buena parte de las obras las hago porque me inspiro en el escultor español Manuel Martín Nieto. Nicodemus, una de las imágenes de la Semana Santa que hay en mi familia, es inspirado en una de sus obras”.

Al preguntarle cuánto tiempo tarda en realizar estas obras, asegura que depende de qué tanto le rinda el día, pero que, en promedio, por una sola imagen dura dos meses y si son obras más grandes y con mayores detalles, tres.

Este cerriteño, además, tiene la tarea de cargar entre sus hombros más de 100 kilos durante la Semana Santa. Entre hombro y espalda carga al Cristo de las Angustias, La Negación de Pedro y la Crucifixión. Y durante todo el año se dedica a restaurar vírgenes, o crear santos, porque asegura que vive de esto, aunque advierte que vivir del arte en Colombia no es tan fácil.

“Vivir del arte es bastante duro, a veces hay trabajo, a veces no, por eso no he influenciado a mis hijos. Siempre les he dicho hagan una carrera, y luego si les gusta este cuento del arte que lo tomen como una opción”.

Entre tanto, por estos días santos, Nelson tiene una agenda apretada en la que distribuye su tiempo para restaurar, pintar y tallar, para que cuando caiga la noche en la ciudad cariño, sus imágenes se sumerjan entre incienso, parafina y el silencio de la peregrinación de los días santos.

Así es Nelson Saavedra, el hombre detrás de las imágenes que salen todas las noches en los hombros de cargueros jóvenes y adultos por las principales calles de El Cerrito, la segunda Semana Santa más importante de Colombia.

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