Las Corporaciones Autónomas Regionales están inundadas por la politiquería

Las corporaciones autónomas se han convertido en las cajas menores de los políticos. Y el medio ambiente está al garete.La crisis de las CAR tiene que ver con problemas institucionales y de control y vigilancia

La situación de las Corporaciones Autónomas Regionales es como la de un motor al que no le funcionan sus bujías, pues padecen fallas estructurales y funcionales en su interior que impiden que cumplan las función para la que fueron creadas: preservar el medio ambiente.Expertos como Javier Sabogal, investigador del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional, aseguran que la crisis de las CAR tiene que ver con problemas institucionales y de control y vigilancia, que no dejan que el sistema para el que fueron creadas funcione eficientemente.El escándalo desatado esta semana, cuando el presidente Juan Manuel Santos responsabilizó a las CAR de no haber emprendido acciones preventivas para evitar las graves inundaciones que ha dejado el invierno, es sólo otro de varios que ponen en evidencia la crisis por la que atraviesan estas entidades, blanco de denuncias de corrupción, politiquería y hasta de hechos de violencia.A los señalamientos del Presidente se sumó la apertura de una investigación preliminar que anunció el procurador Alejandro Ordóñez, a las CAR, por el mismo motivo, y una denuncia penal del abogado Abelardo de la Espriella contra todos los directores de las CAR, incluida la del Valle, por la omisión y negligencia para prevenir y atender las alertas y emergencias ocurridas a causa de la temporada invernal.Adicionalmente, Santos ordenó (por medio del Decreto 4629 de 2010), controlar los gastos de 26 CAR y de 8 Corporaciones para el Desarrollo Sostenible.Las corporaciones defienden su gestión y afirman que han invertido en los últimos 4 años $527 mil millones en restauración, recuperación, conservación y protección del medio ambiente, en asesoría ambiental a municipios y en asistencia técnica para controlar inundaciones y erosión.Según las CAR, la ocupación inadecuada del territorio, la deforestación, conflictos por cambios en usos de suelo, la insuficiente inversión en estudios de prefactibilidad de obras de infraestructura, la insostenibilidad ambiental de políticas sectoriales, la falta de atención a pasivos ambientales y la pobreza son los mayores causantes de desastres invernales.El viceministro de Ambiente, Carlos Castaño, medió en la discusión y dijo que las CAR tienen la misma responsabilidad que el resto de las instituciones del Estado: “Se ha creído que ellas deben atender todo el tema de riesgos y amenazas, pero eso no es cierto, hasta se les ha pedido que destinen parte de sus recursos a cierto tipo de obras y manejos que no están dentro de sus funciones. Hay que ver cuál es la sinergia y el compromiso que tienen los municipios, las gobernaciones y los entes territoriales en su conjunto para evitar estas y otras catástrofes ambientales”.Ramón Leal, presidente de Asocar (agremiación que reúne a las corporaciones), dijo que “lo que hay que mirar es que nosotros somos solidarios en el sentido que acompañamos todas las medidas que el Gobierno ha planteado y hay que poner toda la capacidad tanto del Ministerio de Ambiente como de las CAR para realizar todas las intervenciones que haya que hacer”.Qué es lo que no funcionaEl Viceministro de Ambiente reconoció que hay múltiples problemas en las corporaciones y dijo que ya se inició un trabajo de cambio en el interior de éstas, que permitirá el cumplimiento total de las funciones para las cuales fueron creadas.“Vamos a reflexionar sobre cómo se va a visionar el cambio estructural de este problema y cómo vamos a prevenir y a atender futuras emergencias”.El Presidente de Asocar también cree que hay una oportunidad para que el Sistema Nacional Ambiental identifique las fallas y para que “reflexionemos sobre cuáles son las competencias y funciones que cada una de las entidades tiene y como velar por su cumplimiento”.Javier Sabogal es más claro al asegurar, pese a esas consideraciones, que “el problema de las corporaciones en parte está en que son mediadas por intereses de grupos políticos”, tras añadir que una solución sería involucrar en las CAR a otros sectores que representen los intereses de la sociedad, como la academia que sería importante por el aporte técnico y de investigación; “además, se podría imprimir transparencia en las CAR” .El ambientalista señaló que a esas entidades les hace falta control y vigilancia, “estas corporaciones manejan importantes recursos, pero la veeduría y la toma de decisiones debería hacerse desde los organismos del Estado y desde organismos de la sociedad como la academia” .Otro factor que no funciona, según los expertos, es el control que deben ejercer las CAR en construcciones en las regiones del país y están impactando negativamente los ecosistemas, lo que, según Sabogal, explica los escándalos por la utilización irregular de recursos que se deberían utilizar para fines como los de conservación de los ecosistemas” .El investigador ambiental reconoció que las CAR sí están ejerciendo una buena labor en su función de generar información ambiental, “esto consiste en información de los proyectos desarrollados en zonas afines y regiones que cubren” .Fortalecimiento institucional, vigilancia y control, alianzas institucionales y centros de investigación son las principales carencias de las CAR, según Sabogal. “Poseen recursos suficientes para fortalecerse y contratar personal idóneo, que les permita ser más eficientes y tener un mejor control para ejercer su función”, explicó.Marcela Restrepo, de Transparencia por Colombia, cree que las CAR como todas las entidades del Estado adolecen de sistemas de control disciplinario y fiscal eficientes. “Las CAR han venido desarrollando sistemas de control interno y de mejoramiento de calidad que no han sido suficientes. Por ello hacemos un llamado a las contralorías y procuradurías para que pongan más atención a estas entidades que manejan muchos recursos”, dijo.